Terror militar USA contra República Dominicana. 1868-1966. I de II.

USA contra R. Dominicana. I de II.

Estados Unidos: Así expolia y masacra

-Agenda

Constantes desembarcos Yanquis en la República Dominicana.

1868 – 1966

Mapa R. Dominicana.

-I de II-

En los años 1868-70, establecida la independencia de la República Dominicana, los EEUU pretendieron la anexión del país mediante el arriendo o compra de partes de la isla. El gobierno títere, favorable a estos planes, fue apoyado con la llegada de siete navíos de guerra yanquis para derrotar a los patriotas dominicanos que se oponían a vender el país. Más adelante se pretendió que el pueblo dominicano, a través de un plebiscito, votara por la unión a los Estados Unidos. Los patriotas dominicanos llamaron al pueblo a las armas para defender su independencia y los yanquis, en esos años, no se arriesgaron a responder militarmente. Aunque el movimiento antianexionista hizo fracasar los planes militares colonialistas, en las últimas décadas del siglo XIX no cesó la penetración económica en la isla. Empresas norteamericanas acabaron monopolizando el comercio de azúcar; otras compraron tierras, edificaron sus fábricas y el sojuzgamiento financiero del país comenzó cuando los empréstitos europeos pasaron a ser gestionados por tenedores norteamericanos.

A fin de ampliar, por todos los medios, la influencia y ocupación norteamericana, había que inmiscuirse en la lucha política entre las diferentes agrupaciones dominicanas. En 1905, apoyándose en un gobierno lacayo, los Estados Unidos se hicieron con la recaudación de aranceles de todas las aduanas dominicanas; un funcionario norteamericano, nombrado recaudador general, administraría los ingresos del país. Tal cobrador general actuaría bajo la protección de la flota norteamericana, en caso de que alguna potencia pretendiera ignorar sus competencias. Toda una Armada, con el buque insignia de la escuadra caribeña a la cabeza, fondeó en aguas dominicanas. Se establecía así el control financiero de los EEUU sobre una nación formalmente independiente, convirtiéndola en un protectorado norteamericano.

Desde 1915 se buscaba poner bajo el poder colonialista todos los ingresos internos del país. Además, se proponía disolver el ejército dominicano, sustituyéndolo por fuerzas policiales adiestradas por instructores norteamericanos. También debían ampliarse los poderes de los consejeros norteamericanos en la dirección de las obras públicas y de la red telefónica y telegráfica del país. Como aceptar semejante ultimátum significaba reconocer abiertamente la condición de pelele de los EEUU, estos advirtieron a las fuerzas patrióticas, que no permitirían manifestación alguna y utilizarían, en caso de necesidad, la fuerza armada. En Santo Domingo, la capital, nuevos buques de guerra desembarcaron la infantería de marina estadounidense. Al año siguiente, ante los crecientes disturbios en diferentes regiones del país, los EEUU enviaron más barcos de guerra, ocupando otros puertos del país y amenazando con bombardear Santo Domingo si los patriotas no se rendían. La capital fue ocupada por los marines sin hallar resistencia y se tomaron más puertos y lugares estratégicos de la isla.

Paralelamente se venían imponiendo condiciones humillantes e inaceptables para así crear “en el país condiciones de turbulencia interna que tendremos que reprimir”, había dicho el político yanqui de turno. Se implantó el estado de guerra, se destituyó al gobierno constitucional y la República, formalmente soberana, pasó a ser administrada por gobernadores militares norteamericanos. La ocupación militar permitió al capital monopolista de los EEUU penetrar profundamente en la economía del país. La administración militar promulgaba sus propias leyes sobre la tierra y los impuestos, favoreciendo ante todo los intereses del capital norteamericano. Más de medio millón de acres de cultivo de caña pasó a manos de los monopolios estadounidenses. La llamada “oficina de obras públicas”, gastaba a manos llenas el dinero del pueblo mediante la construcción de carreteras, puentes y otras obras. Aumentó la deuda estatal para el enriquecimiento de banqueros, industriales azucareros y funcionarios norteamericanos.

El pueblo dominicano no se resignó a la ocupación militar de su país. Los invasores se veían obligados a recurrir a la fuerza armada y los tribunales militares para luchar contra los patriotas … /…

Continúa el domingo 17 de marzo.

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