Borbones: una alta traición continuada. Sentencia 28-11-1931 / La ‘gran evasión’ guerrillera: así huyeron los maquis de la represión franquista / Tomàs Urpí, de republicano a ‘Kapo’ criminal en Mauthausen.

Foto. Alfonso XIII y Primo de Rivera.

Memoria histórica imprescindible:

-Borbones: una alta traición continuada.

En la mañana del 13 de setiembre de 1923 se hizo público el manifiesto titulado “Al país y al Ejército españoles”, que anunciaba el comienzo de la primera dictadura militar del siglo XX en España, la de Primo de Rivera, con el total apoyo del rey Alfonso XIII.

Pero llegó abril de 1931, y el rey felón tuvo su respuesta:

Esta sentencia fue publicada en el diario oficial, la Gaceta de Madrid, el 28 de noviembre de 1931, página 1250. Está ajustada a Derecho, fue aprobada por las Cortes legítimamente constituidas, y no ha sido derogada por otra sentencia del mismo rango, por lo que todavía está vigente.

“Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico de su país, y, en su consecuencia, el Tribunal soberano de la Nación declara solemnemente fuera de la Ley a D. Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional.

Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar legalmente ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, le declara decaído, sin que pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores”.

En consecuencia, el llamado rey Felipe VI no lo es legalmente. Pero han cometido tantas ilegalidades los borbones que no puede sorprendernos una más.

https://loquesomos.org/borbones-una-alta-traicion-continuada/

Foto. Dos guerrilleros en Asturies.

-La ‘gran evasión’ guerrillera: así huyeron los maquis de la represión franquista.

Los guerrilleros antifascistas de Galicia, Asturias, Zamora y el Bierzo contaron con una red de apoyo para escapar a Portugal a través de la ‘raia seca’ y luego embarcar en Oporto rumbo a Francia y América.

La frontera dividía dos Estados. La raia seca, en cambio, los unía. Un territorio difuso, a caballo entre Ourense y Portugal, transitado secularmente por contrabandistas y pastores, pues ya se sabe que los traficantes no tienen confines y las vacas tampoco entienden de lindes. Sus gentes no eran extranjeras, sino vecinas, hasta que el golpe de Estado de 1936 provocó la huida de muchos republicanos, quienes cruzaron esa línea imaginaria para evitar la represión franquista, con el objetivo de escapar a Francia, a América o a la España que no claudicaba ante la acometida de los rebeldes.

Fueron acogidos, antes de embarcar en Oporto o Lisboa, por sus hermanos portugueses. Algunos, antifascistas contrarios a la dictadura de António Salazar. Otros, la mayoría, eran sencillamente unos paisanos que abrazaron, en una muestra de solidaridad, al prójimo. No debe extrañar ese gesto humanitario en un territorio cuya divisoria no dejaba de ser un capricho político que no había impedido las relaciones comunitarias y sentimentales entre los raianos. Una ayuda de ida y vuelta, que ya se había dado en el pasado y que se repetiría en el futuro.

A las desbandadas improvisadas durante los primeros meses de la guerra civil les siguieron unas fugas más planificadas, a ambos lados de la frontera, cuya porosidad se vio amenazada por el despliegue de uniformados a la caza de rojos. «Las tradicionales redes de paso se convirtieron en redes de evasión. Y, tras el comienzo de la actividad insurgente, hubo una relación intensa entre las comunidades raianas y los guerrilleros, quienes bascularon entre la Ciudad de la Selva y Os Calhostros, donde construyeron refugios».

Además de quienes intentaban huir del país, aquellos caminos eran transitados por maquis procedentes de Asturias, el Bierzo, Zamora y Galicia, quienes se habían hecho fuertes en el monte ourensano y que terminarían integrándose en la Federación de Guerrillas de León-Galicia en 1942. Un flujo en ambos sentidos de hombres armados, que contaban con dos retaguardias, una en Casaio (Ourense) y otra en Vinhais (Trás-os-Montes). Paradójicamente, las emboscadas en Portugal ayudarían a consolidar la organización antifranquista y la propia Ciudad de la Selva, el gran campamento secreto de los guerrilleros ubicado en los montes de Valdeorras.

Tras cruzar la frontera, donde no era necesario vadear el río Miño, de ahí la denominación de raia seca, los republicanos y los guerrilleros contaron con el apoyo de ángeles de la guarda como Manuel Barros Gonçalves. Este maestro antisalazarista acogió en su casa de Tourém, entre otros, al comunista Luís Soto, quien tiempo después recordaría que se encontró en un pueblo de cuarenta vecinos al doble de refugiados gallegos, hambrientos y «sin un duro», quienes «escapaban al monte cuando entraba la PIDE». A la temida policía secreta del Estado Novo habría que sumar otras fuerzas armadas como la GNR y la Guarda Fiscal, mientras que a este lado la represión corría a cargo de la Guardia Civil, el Cuerpo de Carabineros, la Policía, el Ejército y las milicias falangistas, que no dudaban en adentrarse en Portugal a la caza de guerrilleros…

https://www.publico.es/politica/gran-evasion-guerrillera-huyeron-maquis-represion-franquista.html

Placa homenaje a sabadellencs en campos nazis. Meten a Tomàs Urpí.

-Tomàs Urpí, de combatiente republicano a «Kapo» y verdugo de Mauthausen.

Barcelona (barrio de Hostafrancs), 7 de diciembre de 1912 – Mauthausen-Gusen, 7 de mayo de 1945. De profesión fundidor. Él y su familia se trasladaron a Sabadell a finales de los años 20. Tomàs residía en la calle Fra Luís de León, 63. Era miembro de la Junta Directiva de ERC y fue miliciano de la Columna Macià-Companys.

Se exilió en Francia y el 16 de mayo de 1939 fue internado en el campo de refugiados de Barcarès con el número 8927. Posteriormente, fue trasladado al campo de Les Alliers. El 20 de agosto de 1940, dos meses después de que la Francia de Vichy firmara el armisticio con la Alemania nazi, fue deportado desde Angulema a Mauthausen en un convoy en el que iban 927 refugiados españoles. Ingresó en Mauthausen con el número 4013, y posteriormente fue trasladado al subcampo de Gusen.

Allí, Tomás se convirtió en «Kapo» (encargado de la vigilancia) de las chabolas 22 y 31, donde destacó por la brutalidad contra sus compañeros. La escritora y periodista Montserrat Roig en el libro «Els catalans als camps nazis», recogió varios testigos sobre los malos tratos y asesinatos cometidos por Enric Tomàs Urpí. Según Prisciliano García, una noche que estaba de guardia, para evitar cualquier ruido que pudiera molestar a los SS, asesinó a 38 compañeros que se quejaban. Jacinto Cortés, otro deportado, asegura que no hubo prácticamente ningún superviviente en el barracón 31 ya que Tomàs Urpí, a la más mínima falta, los ponía delante del alambre electrocutado y los golpeaba en la nuca, si no morían del golpe, se electrocutaban al caer en el alambre. Casimir Climent, otro superviviente, afirma que a Tomàs Urpí le gustaba escribir poesías y si le molestaban los gritos de los agonizantes, los aplastaba a golpes de zuecos

Fue liberado el 5 de mayo de 1945 y asesinado dos días después. Un republicano asturiano al que acudió a saludar sacó una pistola y le descargó en la cabeza todo el cargador. Tomàs no se dio cuenta de que era el hijo de un hombre que había asesinado en las duchas de Gusen.

La novela autobiográfica «K.L Reich», de Joaquim Amat-Piniella, escrita en Andorra entre 1945 y 1946, pero que no pudo ser publicada hasta 1963 por la censura franquista, se inspira en Tomàs Urpí para el personaje de Ernesto José Luis Gavilano Laso, a partir de los cuadernos de uno de los supervivientes de Mauthausen, Prisciliano García Gaitero, autor de «Mi vida en los campos de la muerte nazis», 2005. También el libro de Carlos Hernández de Miguel, «Los últimos españoles de Mauthausen. La historia de nuestros deportados, sus verdugos y sus cómplices», 2015, hace referencia al comportamiento despreciable de Tomàs Urpí en Mauthausen.

El padre de Tomàs Urpí, Enric Tomàs, domiciliado en la calle Buxeda, 79, de Sabadell, solicitó en mayo de 1962, una indemnización de 16.954 marcos, una cantidad importante para la época y una pensión mensual de 128 marcos.

https://serhistorico.net/2023/09/19/tomas-urpi-de-combatiente-republicano-a-kapo-y-verdugo-de-mauthausen/

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