Luchas obreras rescatadas del olvido. Venezuela, 1936, La Gran huelga petrolera.

Foto. Trabajadores petroleros.

Luchas obreras rescatadas del olvido

Agenda.

Venezuela -1936-

La Gran huelga petrolera

A comienzos del siglo XX, los imperialistas ya se habían fijado como objetivo estratégico el control de la extracción de hidrocarburos, con el fin de alimentar su industria y posicionarse favorablemente de cara a la guerra imperialista. Las distintas potencias iniciaban una carrera por el reparto de los territorios en donde se ubicaban los recursos de energías fósiles, subyugando a sus pueblos y convirtiendo a esos países en dependientes de los monopolios imperialistas extranjeros. En este contexto, el imperialismo yanqui provocó un golpe de estado en Venezuela para derrocar en 1908 a Cipriano Castro y colocar en su lugar a Juan Vicente Gómez, un títere militar al mando de una servil dictadura. De esta forma, el capital norteamericano y anglo-holandés tuvieron barra libre para instalarse en Venezuela, beneficiados por una mano de obra barata y una permisividad total para llevar a cabo todas sus fechorías.

A la par, se fue conformando un joven proletariado ligado a las plantas petrolíferas que, a pesar del aislamiento de un país dependiente como el suyo, aprendió rápido a organizarse, lo que le permitió sacudirse el yugo de la ignorancia para levantarse contra los abusos y las condiciones de auténtica semiesclavitud a la que les sometía el imperialista extranjero. La esperanza despertada por el triunfo bolchevique y la construcción socialista en la URSS y las revoluciones anticoloniales, despertaron en los obreros venezolanos el interés por la lucha política decidida. En 1935, la clase obrera y el resto del pueblo trabajador se echaron a la calle para exigir auténticas libertades democráticas. La organización primitiva gremial dio paso a organizaciones sindicales ilegales, contando con la participación de dirigentes clandestinos del Partido Comunista de Venezuela, que hasta entonces realizaban su trabajo político en el seno de una coalición denominada Partido Democrático Nacional. No fue hasta agosto de 1937 cuando el PCV decide ‘dar la cara’ y constituirse claramente como el partido revolucionario e independiente de la clase obrera venezolana.

En estas condiciones, el creciente movimiento sindical petrolero decide convocar la huelga para diciembre de 1936, bajo unas formas organizativas y reivindicativas muy desarrolladas: los obreros constituyeron un comité central clandestino para la dirección de la huelga, se combinaban las reuniones secretas y las asambleas abiertas, y en los pliegos reivindicativos se fundieron las reivindicaciones económicas y sindicales con los propósitos antiimperialistas y patrióticos. 20.000 trabajadores de las compañías imperialistas petroleras se declararon en huelga general indefinida, secundada en el occidente del país de manera masiva. Con el objetivo de asegurar una coordinación de todas las poblaciones, se estableció un Comité General de Huelga al frente de los comités de huelga de cada centro de trabajo, además de varias comisiones de trabajo, como las de propaganda y autodefensa. La labor clandestina de los comunistas fue esencial para lograr esta cohesión y mantener alta la moral de combate.

La huelga generó un alud de solidaridad popular en todo el país y muchas ciudades acogieron a los obreros petroleros perseguidos por la represión del Estado vasallo. Un mes más tarde acabó el paro, cuando el gobierno decretó que “concedía” una mínima subida salarial de un bolívar. Sin embargo, muchas de las demandas se fueron conquistando posteriormente, como el reconocimiento de las organizaciones sindicales y sus representantes.

Foto. Enorme manifestación obrera, Venezuela 1936.

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