Los fusilamientos fascistas en Vitoria empezaron en 1936 / Salen a la luz las fotos del congreso de escritores antifascistas / Los 5 fusilados de San Lorenzo en La Isleta.

Portada de 1936 del Euzkadi, sobre los 3 fusilados en Gasteiz.

Memoria histórica imprescindible:

-Terrorismo fascista en Vitoria. 1936.

ELGEZABAL, KORTABARRIA Y ESTAVILLO: LAS PRIMERAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO FRANQUISTA EN GASTEIZ.

La versión oficial ha proyectado siempre una imagen de Vitoria-Gasteiz como territorio afín al golpe de Estado del genocida General Franco y sus secuaces, sin embargo, las cifras hablan por si solas: sobre una población de 40.000 habitantes en 1936, 200 personas fueron asesinadas en la capital alavesa. Jose Kortabarria, Esteban Elgezabal y Primitivo Estavillo son las primeras víctimas de esa estrategia del terror en Gasteiz, fueron condenados a muerte en el primer juicio político impulsado por los aparatos franquistas del que se tiene constancia en Euskal Herria, el sumario 138/36.

*Gasteiz 1936

A comienzos de 1936 se acababa la legislatura del gobierno de derechas que dirigió la IIª República en lo que se conoció como el bienio negro debido a la paralización de todas las medidas progresistas iniciadas con la proclamación de la República en 1931. Como alternativa unitaria de izquierdas y para poder desarrollar definitivamente todos los cambios políticos y sociales, se creó el Frente Popular. Esta coalición era el resultado del pacto realizado por los partidos republicanos y de izquierdas del Estado para sumar sus fuerzas de cara a las elecciones generales del 16 de febrero. El Frente Popular acordó un programa electoral en el que la amnistía para los presos políticos era uno de los ejes principales porque se calculaba que eran 30.000 los encarcelados a raíz de la represión desatada contra las movilizaciones obreras y la Huelga General Revolucionaria de octubre de 1934. Hasta los anarquistas pidieron el voto para el Frente Popular, y por aquellas fechas la CNT contaba con mucha fuerza en todo el Estado, por lo que la unidad de acción de las izquierdas prometía grandes resultados. De hecho, ganaron las elecciones democráticamente y la respuesta de los perdedores fue un golpe de Estado.

En Álava-Araba el Frente Popular estuvo compuesto por: EAE-ANV, Izquierda Republicana (IR), Partido Comunista (PC), PSOE, UGT y Unión Republicana (UR). En el caso concreto de Gasteiz los resultados fueron excelentes, ya que ganó aquellas elecciones obteniendo 5.385 apoyos. En segundo y tercer lugar, ambos a mil votos de distancia de la primera fuerza, quedaron las dos opciones de derecha españolista que se presentaron por separado: Comunión tradicionalista (4.408 votos) y la Confederación Española de Derechas Autónomas (4.390 votos). El PNV concurrió en solitario y obtuvo 2.502 votos. De estos resultados salieron los nuevos representantes de las instituciones, se formó una nueva Comisión Gestora Provincial de Alava. De febrero a julio de 1936 esta Comisión (antecesora de la actual Diputación Foral) estuvo presidida por Teodoro Olarte del partido IR y la componían otros 13 miembros pertenecientes al Frente Popular: IR (5), ANV (2), PSOE (2), PC(1), UGT (1). UR (1) y un candidato independiente. Esta institución fue ahogada en sangre tras el golpe militar.

*La estrategia del terror

Gasteiz tenía entonces aproximadamente 40.000 habitantes y en apenas 3 años fueron 200 las personas asesinadas por la represión franquista. Entre ellas se encuentran las máximas autoridades republicanas locales de la época; el alcalde, el presidente de la Comisión Gestora Provincial y cuatro de los gestores provinciales. Todos los asesinados eran militantes o simpatizantes abertzales, republicanos, anarquistas o de izquierdas, la mayoría afiliados a las formaciones pertenecientes al Frente Popular, la opción mayoritariamente elegida por la ciudadanía vitoriana en las urnas. La voluntad popular fue exterminada por el fascismo; primero con fusilamientos extrajudiciales, «paseos» y desapariciones forzosas, después con consejos de guerra sumarísimos y penas de muerte.

Uno de los lugares donde se cometieron los crímenes franquistas fue el muro trasero del cementerio vitoriano de Santa Isabel. En este lugar fueron fusiladas decenas de personas, entre ellas figuras tan significativas como Estepan Urkiaga «Lauaxeta» (periodista, poeta euskaldun y comandante del Euzko Gudaroztea), Alfredo Espinosa (fundador de Unión Republicana y consejero de Sanidad del primer Gobierno Vasco presidido por el lehendakari Agirre), José Placer (militante de ANV-Eusko Abertzale Ekintza, vocal de su Comité Nacional y miembro de la Comisión Gestora de Álava), mandos del Ejército de Euzkadi como el coronel Arturo Llarch o el capitán de artillería José Aguirre…

Foto. Lápida en el cementerio homenaje a los 3 fusilados.

*El sumario 138/36

La primera ejecución en Santa Isabel de la que se tiene constancia ocurrió cuando apenas habían pasado tres semanas del golpe de Estado contra la República y mientras se estabilizaba el Frente de Guerra, en las zonas bajo control franquista se había desatado la represión indiscriminada.

José Kortabarria, Esteban Elgezabal y Primitivo Estavillo fueron detenidos el 31 de Julio de 1936 en el monte Gorbea. Los tres eran militantes abertzales, miembros de la Juventud Vasca. La captura fue efectuada por un grupo de soldados golpistas en el refugio de montaña de Egiriñao. Los tres jóvenes fueron trasladados a Gasteiz para ser juzgados por un tribunal militar franquista en el sumario 138/36. Instruido por un juez llamado Carlos Arroyo Cibel, este fue el primer procedimiento contra militantes políticos del que se tiene constancia en Euskal Herria tras el golpe de Estado de 1936.

El Consejo Militar condenó a Elgezabal, Kortabarria y Estavillo «a la pena de muerte como responsables en concepto de autores por participación directa en un delito consumado de Rebelión Militar, apreciando en la comisión del citado delito la circunstancia agravante del grave daño causado a los intereses generales del Ejército. Del citado delito son responsables los tres procesados si bien pudieran apreciarse diferentes matices culposos en su actuación, esta sin embargo la aprecia el consejo de la suficiente gravedad como para rebasar los límites de la reclusión perpetua».

En realidad, estaban condenados antes de ser juzgados. La sentencia necesitaba ser ejemplar para dar cobertura a todas las ejecuciones extrajudiciales que ya se estaban sucediendo en Nafarroa y Araba. El 14 de Agosto de 1936, a plena luz del día y ante la presencia de numerosas personalidades de la extrema derecha vitoriana, los tres jóvenes son fusilados en las tapias del cementerio. Elgezabal, Kortabartia y Estavillo son las primeras víctimas del terrorismo franquista en Gasteiz y su ejecución pública en Santa Isabel fue la primera demostración de la estrategia represiva que se impondría a partir de entonces.

Hoja ‘Oihuka!’ octubre 2010.

Foto.El poeta Stephen Spender, con Manuel Altolaguirre y Pablo Neruda durante la sesión inaugural del congreso.

-Salen a la luz las fotos del congreso de escritores antifascistas, 80 años perdidas.

La Generalitat Valenciana monta una exposición con 60 de las 450 imágenes que realizó en 1937 el fotógrafo alemán Walter Reuter durante el evento, que se habían conservado dentro de una lata, escondida en un armario.

La memoria aparece de cualquier manera. A veces está donde se sospechaba y otras, lo hace sin avisar y en lo alto de un armario. Dentro de una lata repleta de documentos, negativos y cartas de la Guerra Civil española. Un lugar donde olvidar el tesoro envenenado. “Mi padre no era muy comunicativo”, explicó Teresa, la hija de Guillermo Zúñiga (1909-2005), cuando se descubrieron los casi 4.000 negativos, en 2011. Había nacido un Robert Capa, más de ocho décadas después de los acontecimientos que parecía haber fotografiado y ocultado. Aquella lata pesaba por su contenido y por el secreto que tardaría seis años en desvelarse: las fotos no eran de Guillermo Zúñiga, al que la historia considera el padre del cine científico en España.

Cuando la viuda de Zúñiga falleció, los herederos entregaron la lata a rebosar a la Asociación Española de Cine e Imagen Científicos (ASECIC), que su padre había creado en 1966. Esa asociación se puso en contacto con la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, que por su lado había comprado por 12.000 euros a un coleccionista cerca de 300 fotografías de un autor del que no se tenían noticias. El fondo había aparecido en los archivos del Partido Comunista de España (PCE) y tenían que investigarlo.

La lata de película de cine que guardaba los recuerdos de alguien salió para el Ministerio. “Estuve a punto de tirarla la semana pasada”, les dijo la hija a los responsables de Cultura. En su interior había sobres con negativos, donde el autor apuntaba el acontecimiento que escondían: “Entierro de Largo Caballero”. No los quisieron abrir. Estaban impresionados por el hallazgo pero también porque aquel fotógrafo parecía haber estado en todas partes. Entre ellos lo llamaban “nuestro Forrest Gump”.

*Reconstruir la historia

La asociación depositaria del bien buscó alianza en el Centro de Estudios de Migraciones y Exilios (CEME) de la UNED para que los documentalistas de la institución clasificaran y catalogaran todo ese material. Cinco personas se dedicaron a revisar y clasificar lo que aquel fotógrafo vio, dónde estuvo, lo que retrató. Los documentalistas apuntaron que el autor de todo aquello había estado durante la Guerra Civil en lugares donde nadie más había estado. Desde Cultura hablaban de un fotógrafo que estaba al nivel de Robert Capa.

Y como la lata había aparecido en casa de Zúñiga, las fotos deberían ser de él. Y como Zúñiga era un hombre de cine, la hipótesis se construyó rápidamente: fue designado para acompañar al ejército por ciudades y frentes de batalla de toda España para rodar películas republicanas. Cuando paraba, tomaba fotos. Demasiado evidente.

Los miembros de la ASECIC pensaron que el valor documental del contenido de la lata era tan alto que tocaba reivindicar a Zúñiga y colocarle en el lugar que se merecía. Pero antes había que descifrar todo aquello y no era fácil. Contaban que cada vez que abrían una carpeta nueva se encontraban con más cosas. Calculaban “unos cuantos años de investigación”. En eso no se equivocaron.

*Cambio de identidad

Entonces entró en escena Aku Estebaranz, conocedor de la obra de un fotógrafo alemán llamado Walter Reuter (1906-2005), todavía más desconocido que Zúñiga. Había visto reproducido en la prensa un retrato de un soldado con un arma y una cámara colgando del cuello. Sabía que esa foto la había hecho Reuter a un amigo suyo de las Brigadas Internacionales. Así empezó el rastreo que llevó, muchos años después, a identificar a Reuter con el contenido de la lata. Había nacido un fotógrafo, pero no era Guillermo Zúñiga, sino Walter Reuter…

https://www.eldiario.es/sociedad/salen-luz-fotos-congreso-escritores-antifascistas-80-anos-perdidas_1_10081524.html?goal=0_10e11ebad6-0b3e96a952-64733153&mc_cid=0b3e96a952&mc_eid=741781b133

Fotos de los 5 fusilados en Canarias.

-Los 5 fusilados de La Isleta.

En la tarde del 29 de marzo de 1937, Juan Santana Vega, alcalde republicano del entonces municipio grancanario de San Lorenzo (durante el franquismo anexionado a Las Palmas de Gran Canaria) fue fusilado junto a otros cuatro hombres de la misma localidad en el campo de tiro de La Isleta. Entre ellos se encontraba el sindicalista Francisco González, también Antonio Ramírez Graña, secretario municipal; Manuel Hernández Toledo, jefe de policía y el sindicalista Matías López Morales que fueron condenados a pena de muerte por “rebelión” tras un consejo de guerra sumarísimo.

Sus nombres han pasado a la historia como ejemplo de resistencia al golpe de estado franquista y este mes se han cumplido 86 años desde que fueran asesinados.

La familia de Francisco González cuenta que en la Navidad de 1936 este hombre se entregó a los falangistas después de que las Brigadas del Amanecer asesinaran a su hijo, Braulio, de cuatro meses. Lo hizo para evitar más represión contra su familia. El crimen ocurrió cuando registraron la vivienda del sindicalista para tratar de encontrarlo. Al no hallarlo, el grupo de hombres golpeó al bebé que se encontraba en su cuna contra la pared.

Tras 86 años de esos sucesos terribles no vamos a parar de luchar para que se haga justicia mientras nos quede una brizna de vida.

(…) Si los nuestros quedaron sin abrazo

La patria casi muerta de tristeza

Si el corazón del hombre se hizo añicos

Antes de que estallara la vergüenza

Usted

Preguntará ¿por qué cantamos?

Cantamos porque el rio esta sonando

Y cuando suena el rio, suena el rio

Cantamos porque el cruel no tiene nombre

Y en cambio tiene nombre su destino

Cantamos porque el niño y porque todos

Y porque algún futuro y porque el pueblo

Cantamos porque los sobrevivientes

Y nuestros muertos quieren que cantemos…”

Poema: Mario Benedetti.

Pako González.

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