Pluma Pincel Palabra: Luis Cernuda, un imprescindible a recordar y leer.

Texto y foto de Luis Cernuda.

Pluma Pincel Palabra. 1931-1939. Al servicio de la Cultura Popular

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Palabras de… Luis Cernuda

«La verdad está en lucha”, dice Cernuda en un poema de 1934.

«Alabo el pie vigoroso.

El pie juvenil y vigoroso

que derrumbará pronto

ese saco henchido

de fango

de maldad

de injusticia…”

Al iniciarse la Guerra Nacional Revolucionaria, Luis Cernuda se alistó como voluntario en las milicias populares. En este período de guerra, Cernuda jugó un destacado papel en la Alianza de Intelectuales Antifascistas y en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas celebrado en Valencia.

Colaboró en las revistas Mono Azul y Hora de España, en cuyos números eran publicados sus poemas y su prosa. La poesía de esta etapa es prácticamente desconocida ya que no está recogida en ningún libro del autor.

Son versos que nos hablan de la Guerra, de la lucha de los hombres, de la muerte de sus mejores amigos, como es el caso de Federico García Lorca; nos habla de la Revolución, se nos muestra un Cernuda que no desespera y que nos profetiza un mañana socialista.

Desde que, en 1933, apareciera la revista Octubre, Cernuda colabora en ella periódicamente. La revista llevaba el subtítulo de Escritores y Artistas Revolucionarios. De uno de estos números recogemos las siguientes palabras:

«Llega la vida a un momento en que los juguetes individualistas se quiebran en las manos. La vida busca en torno, no tanto como para explicarse las desdichas como para seguir con nuevas fuerzas el destino. Mas lo que ven los ojos son canalladas amparadas por los códigos, crímenes santificados por la religión y, en todo lugar, indignantes desigualdades en las que siempre se encuentra favorecido el estúpido. Se queda, pues, peor disposición de espíritu.

Este mundo absurdo que contemplamos es un cadáver cuyos miembros remueven a escondidas los que aún piensan nutrirse con aquella descomposición.

Es necesario, es nuestro máximo deber enterrar la carroña. Es necesario acabar, destruir la sociedad caduca en que la vida actual se debate aprisionada. Esta sociedad chupa, agosta, destruye las energías jóvenes que ahora surgen a la luz. Debe dársele muerte, debe destruírsela, antes que ella destruya tales energías y, con ella, la vida misma. Confío para esto en una revolución que el comunismo inspire. La vida se salvará así.»

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