Fosa no recogida en el Mapa de Fosas: 11 asesinados en Belalcázar, Córdoba / ‘El maestro que prometió el mar’, la película sobre Antoni Benaiges i Nogués / Pan de La Milagrosa con queso y mantequilla.

Foto. Trabajos en la fosa de Belalcázar.

Memoria histórica imprescindible:

-Aparecen los primeros restos de asesinados por la dictadura franquista en las fosas del cementerio de Belalcázar (Córdoba).

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha encontrado los restos de una fosa común de represaliados por la dictadura franquista en el cementerio cordobés de Belalcázar. La búsqueda comenzó en la mañana del 8 de noviembre y a primera hora de la tarde aparecieron restos de dos cuerpos con evidencias de violencia que pueden pertenecer a dos de las fosas comunes localizadas en el cementerio.

La fosa común excavada por represores de la dictadura franquista se sitúa al fondo del pasillo central del cementerio de este municipio, en el lado derecho de la capilla, en un lugar sin señalización ni elementos de protección. No está recogida en el Mapa de Fosas de Andalucía, actualizado en 2020-2021, y tampoco en el Mapa de Fosas del Ministerio de Presidencia del Gobierno de España.

Tal y como reza el proyecto de actuación arqueológica, la «intervención en el Cementerio de Belalcázar se justifica en la necesidad de localizar los restos de once víctimas antifranquistas represaliadas durante los meses siguientes a que las nuevas autoridades golpistas se hicieran con el control de la zona, leal a la II República hasta abril de 1939.

«El día 18 de julio de 1936, el coronel Ciriaco Cascajo, Gobernador Militar de la provincia de Córdoba y Jefe del regimiento de Artillería pesada de Córdoba, recibe la orden de Queipo de Llano de declarar el Estado de Guerra en la provincia de Córdoba. Los grandes terratenientes y la burguesía cordobesa apoyaron el golpe de estado. El ejército se reorganizó y en la mañana del 19 de julio, 48 de los 75 municipios de Córdoba estaban en manos golpistas. Belalcázar fue uno de esos 48.

En toda la provincia se empezaron a organizar los Comités de Defensa de la República, formados por agrupaciones de izquierdas que irán recuperando de manera local muchos de los municipios tomados por el bando golpista.

Ese 19 de julio, vecinos y agrupaciones de izquierdas de Belalcázar huyeron del pueblo por las persecución y represalias y se fueron reagrupando en pueblos de los alrededores para formar una columna organizada que volvería a recuperar Belalcázar casi un mes después, el 14 de agosto de 1936.

A partir de ese momento, Belalcázar estuvo bajo control del gobierno legítimo de la República hasta que el 26 de marzo de 1939, el cuerpo del ejército marroquí entró en Belalcázar entregando el pueblo al bando golpista de nuevo. Comenzará entonces una dura represión con ejecuciones extrajudiciales y desapariciones que durará toda la posguerra».

[…] «Los 11 hombres buscados fueron víctimas de un proceso represivo a través juicios militares en la propia “plaza” de Belalcázar que desembocaron en una sentencia a muerte […] El cumplimiento de las sentencias que sufren las víctimas, condenas a muerte, son ejecutadas en días diferentes el 15 de mayo y el 4 de junio de 1939, pero según la diligencia de enterramiento se elige el mismo lugar para los dos grupos de asesinados […] Como a todos los asesinados de este primer grupo, la acusación principal es haber huido del pueblo cuando los golpistas lo tomaron y haber formado parte de la columna que se organizó en Cabeza de Buey y que volvió un mes después para recuperar Belalcázar».

Nombres de las víctimas de la represión franquista en esta localidad una vez concluida la guerra, entre mayo de 1939 y enero de 1950:

  • Ballester Flores, Francisco
  • Fernández Calderón, Luis
  • Rodríguez Gallego, Pedro
  • Rodríguez Múgica, Antonio
  • Triviño Rojas, Pablo
  • Ortiz Sánchez, Antonio
  • Castaño Pizarro, Antonio
  • Medina Tejero, Luciano
  • Ortiz Perea, Blas
  • Rodríguez Martín, Santiago
  • Valentín Paredes, José
  • Fernández López, Manuel
  • Arellano Muñoz, Manuel
  • Bravo Meléndez, Tomás
  • López Soto, Sancho

https://www.tercerainformacion.es/articulo/memoria-historica/08/11/2023/aparecen-los-primeros-restos-en-la-fosas-del-cementerio-de-belalcazar-cordoba/

Foto. Caja, con el librito «El mar»

-‘El maestro que prometió el mar’, la película sobre el republicano asesinado por el franquismo y cancelado por el PP.

Antoni Benaiges i Nogués. Asesinado con 33 años.

La película cuenta la historia de Antoni Benaiges, la misma que fue censurada en una obra de teatro por el alcalde de Briviesca el pasado verano.

En 1934, el maestro catalán Antoni Benaiges fue destinado a una escuela en Bañuelos de Bureba, un pueblo de Burgos donde llegó con un entusiasmo desbordante y contagioso. Con una mirada moderna a la educación, Benaiges introdujo en sus clases un elemento a priori extraño para los chavales, una imprenta. Con ella realizó, junto a los estudiantes, decenas de librillos sobre los temas de los que hablaban. Cuadernos con los que lograba la implicación de sus alumnos, pero también con los que dejaba una huella sobre su labor pedagógica.

Uno de esos libros trataba sobre el mar. Benaiges se extrañó de que la mayoría de sus estudiantes no lo hubieran visto, y les animó a hacer una publicación que se imprimió en su clase bajo el título de El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca. Allí, las chicas y chicos de la clase escribieron cómo se imaginaban que sería ese mar que no conocían. A cambio, su maestro les prometió que ese verano, el de 1936, les llevaría a su casa en Mont-roig del Camp, Tarragona, para que lo conocieran.

Nunca pudo cumplir su promesa. El 18 de julio se producía el Golpe de Estado contra la República y, justo una semana más tarde, milicias falangistas asesinaban a Antoni Benaiges y tiraban su cuerpo a una fosa común. También mandaron quemar aquellas publicaciones que hacía con sus alumnos, pero alguna se salvó. La historia de Antoni Benaiges se rescató “al límite del olvido” gracias al libro de 2012 [Desenterrando el silencio] Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar de un grupo de expertos en memoria: el antropólogo Francisco Ferrándiz, la historiadora Queralt Solé, el periodista Francisco Escribano y el fotógrafo Sergi Bernal. Este trabajo parte de la exhumación de una fosa común fosa en La Pedraja (Burgos). Este año la memoria de Benaiges ha retornado con fuerza a la actualidad cultural y política. En febrero se estrenaba en el Teatro de la Abadía una versión teatral con el nombre de aquel cuadernillo dirigida por Alberto Conejero ―director del Festival de Otoño de Madrid, cuya sustitución acaba de anunciarse― y Xavier Bobés.

La obra volvió a las noticias hace pocos meses cuando el nuevo alcalde de Briviesca, del PP y en el poder con el apoyo de Vox, cancelaba ―en una de las primeras medidas tomadas al llegar― la representación de la obra de teatro. Argumentó motivos técnicos y económicos, pero su codirector junto a Alberto Conejero, Xavier Bobés, explicó en elDiario.es que tenía claro que se trataba de un acto de “censura”. “Habla del maestro desde un lugar precioso, de la importancia de la educación y la libertad. De la importancia de la educación libre, rememorando el legado pedagógico del maestro. Es un halago a la docencia”, añadía. Briviesca se encuentra a cinco kilómetros de Bañuelos de Bureba, el pueblo donde el maestro dio clase y fue asesinado…

https://www.eldiario.es/cultura/cine/maestro-prometio-mar-pelicula-republicano-asesinado-franquismo-cancelado-pp_1_10661165.html?goal=0_10e11ebad6-f5f0c8e57b-64733153&mc_cid=f5f0c8e57b&mc_eid=741781b133

Foto. Rosita García.

-Pan de La Milagrosa con queso y mantequilla.

Mi tía-abuela Rosa García sufrió con 22 años la detención, tortura, humillación y brutal violación grupal, por parte de los falangistas de Tamaraceite tras el golpe fascista del 36.

De niño me contaba como si fuera un cuento que Jesucristo fue el primer comunista, que por eso lo mataron como a mi abuelo Pancho, sacaba de un escondite guardado como un tesoro bajo su colchón de paja los libros prohibidos: textos religiosos mezclados con otros de Marx, Lenin, Durruti, poemas de Miguel Hernández y de Lorca, del que me dijo sonriente que le gustaban los hombres y que eso no era malo, que las mujeres podían amar a otras mujeres, que el amor era libre, que ningún cura ni fascista podría parar jamás el cariño verdadero.

Rosa, me abrió los ojos mientras me hacía bocadillos cada sábado de pan de La Milagrosa con queso y mantequilla, el café con la leche caliente de una de sus cabras, las tortillas a la francesa de sus gallinas, todas con nombre y su propia personalidad.

Jamás se casó, me hablaba de un novio que fue desaparecido: -Está en el pozo Tenoya- me decía -Allí lo tiraron el 9 de agosto del 36 porque era anarquista- mostrándome la foto del amor de su vida, de Miguelito, tantos años después, con los ojos llenos de lágrimas.

Un día me dijo que sentía un pitido en sus oídos, meses después en un bullicio en mi casa me enteré que había muerto, no me dejaron ir a su entierro, solo pude quedarme con sus libros, varias libretas amarillentas, donde descubrí algunos poemas de amor escritos a lápiz por ella.

Rosita, como la llamaban en el pueblo está presente su esencia en este nuevo libro. No te imaginas como me hubiera gustado llevárselo a su casa, como se hubiera alegrado de este legado, allí sentada con sus viejas gafas, leyendo en la piedra de la entrada de aquella humilde vivienda para mi repleta de hadas, brujas buenas y seres mágicos, de animalitos que parecían entenderla cuando les hablaba.

Texto de Francisco González Tejera.

Pako González está escribiendo otro nuevo libro, otra vez seguro imprescindible, sobre la verdadera memoria histórica.

Foto. Rosita García.

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