Huelgas y movimiento obrero en Senegal entre 1945 y 1947. Un movimiento obrero muy joven alzado contra el dominio colonial.

Foto. Obreros negros puño en alto.

Luchas obreras rescatadas del olvido

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Senegal -1945 ⁄ 1947-

Huelgas y Movimiento Obrero

Después de la II Guerra Mundial, el conflicto entre las metrópolis y las colonias se agravó considerablemente. En el caso de Senegal (África Occidental Francesa), el movimiento obrero tuvo un papel fundamental en la confrontación nacional contra el dominio colonial. Francia quería reconstruir su industria tras la contienda internacional y las colonias le proporcionaban una mano de obra barata. Pero esta se hallaba al borde del colapso. Los trabajadores de Sudán o Senegal no se habían beneficiado del crecimiento económico de los años 30 y la finalización de la guerra; sus salarios permanecían muy por debajo de los obreros franceses y se acrecentaba cada vez más la segregación entre franceses y trabajadores de las colonias.

Rápidamente surgieron sindicatos ―como la CGT Dakar― que reclamaban la consigna “por igual trabajo y rendimiento, igual salario”, principalmente en la capital Dakar y Saint-Louis. Los profesores y 2.800 obreros metalúrgicos del puerto de Dakar declararon la huelga en diciembre de 1945, extendiéndose el conflicto a Saint-Louis.

El 7 de enero de 1946, el gobernador dio la orden de detener a los huelguistas y obligarles a volver al trabajo. Todos se negaron. El secretario general de la CGT anunció en una gran asamblea de trabajadores la huelga general. Se bloquearon los puertos fluviales como Kaolak y los trabajadores de correos, del comercio, de bancos y de compañías de seguros, así como los obreros industriales, se sumaron a los más de 20.000 trabajadores que ya estaban en huelga. Se consiguió un aumento salarial y el pleno reconocimiento del derecho a la sindicación.

Pocos meses más tarde, la administración colonial anunció la privatización de la Autoridad de Ferrocarriles Federales de la AOF, lo que suponía la abolición del estatuto de los trabajadores ferroviarios, el despido colectivo de3.000 trabajadores y un aumento en los costes del transporte.

Los obreros respondieron con una plataforma de reivindicaciones que incluía el aumento de salarios, un marco único que acabara con la segregación entre europeos y africanos y la integración de los trabajadores “auxiliares” (los trabajadores más explotados y con peores condiciones). Aún así, las autoridades pactaron con los sindicatos franceses que los 3.000 despidos solo afectarían a los africanos “auxiliares”. Los obreros fueron a la huelga durante varios días, negándose a acatar las disposiciones coloniales, hasta que el 10 de octubre de 1947 el paro ya era total: las cuatro redes ferroviarias estaban bloqueadas y los obreros portuarios se sumaron a la protesta. Las autoridades coloniales declararon la huelga ilegal y algunos de sus líderes, como Ibrahima Sarr, fueron encarcelados. Los huelguistas formaron comités de huelga, con asambleas generales diarias y multitud de sabotajes en la línea ferroviaria.

El movimiento duró más de 160 días y conquistó importantes mejoras en las condiciones de trabajo y el levantamiento de las sanciones de todo tipo contra los huelguistas; sin embargo, estos acontecimientos no solo supusieron una lucha sindical, sino un movimiento obrero muy joven alzado contra el dominio colonial de las potencias colonialistas, que empezaban a resquebrajarse en todos los continentes.

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