Trabajo forzoso en Aragón, 3.000 personas / ‘El futuro es de quien lucha y la clase obrera se va a plantar ante los abusos que vive’ / BBVA es industria armas / 40 años envenenamiento por colza / SEAT, octubre 1971.

Foto. Trabajadora de Hogar.

Movimiento obrero. Su brutal situación:

Explotación laboral:

-La explotación laboral en Aragón tiene rostro de mujer y se triplica respecto a 2018.

Cerca de 3.000 personas son víctimas del trabajo forzoso en la comunidad.

La explotación laboral y la trata de seres humanos son una realidad en Aragón. El trabajo forzoso crece y tiene rostro de mujer latinoamericana. Cerca de 3.000 trabajadores sufren atentados contra sus derechos laborales.

https://www.elperiodicodearagon.com/aragon/2021/10/18/explotacion-laboral-aragon-rostro-mujer-58494208.html

Foto. Manifestación conjunta de 5 empresas en lucha de Bizkaia y Araba.

Luchas obreras:

-Trabajadora de Tubacex: “El futuro es de quien lucha y la clase obrera se va a plantar ante los abusos que vive”.

Después de casi 8 meses de huelga las y los trabajadores de Tubacex han conseguido paralizar los despidos de la empresa. Ha sido un conflicto marcado por duros enfrentamientos con la patronal y la Ertxaintza, que bajo las órdenes del Gobierno vasco han desatado una feroz represión contra los huelguistas. Desde Izquierda Diario conversan con una de las trabajadoras de esta empresa, que participó activamente de la huelga y los piquetes, para que cuente como fue esta lucha y cuáles son las lecciones que sacan los trabajadores.

¿Cómo han sido estos 236 días de huelga? ¿Cuáles han sido los momentos más duros, cómo era el día a día en los piquetes, la solidaridad de los vecinos de la zona?…

https://www.izquierdadiario.es/Trabajadora-de-Tubacex-El-futuro-es-de-quien-lucha-y-la-clase-obrera-se-va-a-plantar-ante-los

Protesta ante los juzgados. BBVA, contra inversiones armamentísticas.

Criminalización:

-Juicio a dos activistas por denunciar las inversiones del BBVA en la industria armamentística.

El 18 de octubre de 2021, los grupos que forman la Plataforma contra el BBVA y los colectivos que impulsan la campaña EHk Kapitalari Planto!, con motivo del juicio a dos de las activistas que tomaron parte en la acción realizada en marzo de 2019 con motivo de la celebración de la Junta de Accionistas del BBVA que anualmente tiene lugar en el Palacio Euskalduna, nos hemos concentrado ante la puerta de los juzgados para, además de mostrar nuestra solidaridad con las activistas encausadas, señalar y denunciar nuevamente el modo en que el BBVA logra sus beneficios, así como la criminalización y represión de la movilización social.

El objetivo de la protesta llevada a cabo en 2019 era denunciar que los beneficios del BBVA estaban, y siguen estando, “manchados de sangre” y que la guerra empieza aquí.

https://kaosenlared.net/juicio-a-dos-activistas-por-denunciar-las-inversiones-del-bbva-en-la-industria-armamentistica/?fbclid=IwAR1IoiGFQh2tQpIHE2pIXprZgcNjZ5JlzMZjNrVFqgzSNI_DMDnmcUZV7YI

Foto. Josep Ginesta.

-La Pimec y el certificado covid obligatorio.

El secretario general de la patronal catalana de pequeñas y medianas empresas Pimec, Josep Ginesta, dice que si un trabajador decide no vacunarse ni hacerse la prueba para acceder al centro de trabajo habría que suspender su contrato de trabajo y dejar de pagarle su salario.

https://www.elnacional.cat/es/editorial/pimec-certificado-covid-obligatorio_658385_102.html

Foto. Concentración afectados colza ante el Congreso.

Crímenes sanitarios por negocio:

-Las víctimas de la colza, «olvidadas» en el 40 aniversario del envenenamiento masivo.

Se cumplen 40 años de la intoxicación de la colza, que entonces también se calificó de “neumonía”. Atacó a los barrios más humildes, especialmente de Madrid, dejando secuelas a 20.000 supervivientes.

«Ha sido muy difícil llegar a estos 40 años sin el recuerdo de las instituciones, sintiéndonos víctimas de tercera».

https://www.madridiario.es/victimas-envenenamiento-colza-olvidadas-40-aniversario-desastre

*Un grupo de afectados por el aceite de colza se encierra hora y media en el Museo del Prado para denunciar su abandono

https://www.publico.es/sociedad/grupo-afectados-aceite-colza-encierran-museo-del-prado.html

Foto. Aeropuerto de Castellón.

Corrupción:

-El aeropuerto «sin aviones» de Castellón sigue a Teruel y se reconvierte en taller.

Pese a la reconversión del aeropuerto, el despilfarro y la baja rentabilidad que supuso siguen lastrando su actividad, con 5 millones de pérdidas.

176 millones de euros a la basura. El aeropuerto sin aviones de Castellón se reconvierte en un taller y quieren crear un polígono industrial en las cercanías.

https://www.libremercado.com/2021-10-18/el-aeropuerto-sin-aviones-de-castellon-se-reconvierte-en-taller-y-se-situa-cuarto-en-espana-6827858/

Cartel. Antonio Ruiz Villalba, asesinado en SEAT por la policía.

Historia obrera:

-Luchas en la SEAT, años 70 del siglo pasado.

La SEAT en la Zona Franca de Barcelona debía ser uno de los buques insignias del franquismo, la empresa modelo que creaba ocupación, formaba a sus empleados, pagaba buenos sueldos y ejemplificaba el desarrollismo del Régimen con la motorización masiva de los españoles a bordo del SEAT 600. Más que una fábrica era una pequeña ciudadela con vigilantes custodiando las naves, economatos para los trabajadores, muchos de ellos venidos de la España rural, sin bagaje sindical, educados en el miedo de una dictadura brutal. Incluso ofrecía créditos hipotecarios a condiciones inigualables para adquirir vivienda. No era generosidad, tenía truco, si te quejabas te ibas a la calle y perdías directamente tu casa. Muchos de los altos cargos de la empresa venían del Ejército y las líneas de producción estaban infiltradas por secretas, así que mejor no quejarse ni de pensamiento.

En cambio la SEAT se convirtió en ejemplo de la lucha obrera. A mediados de los 60 se crea la primera comisión obrera de la SEAT y alguno de sus miembros entra en el Jurado de Empresa que debe mediar en cualquier conflicto y que por ley está ocupado en un 50% por elementos del Sindicato Vertical. A finales de los 60 se reúnen en la parroquia del barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet para crear una plataforma reivindicativa para abordar la negociación del próximo convenio colectivo. Algunos de esos hombres son Pedro López Provencio, Silvestre Gilaberte, Alfonso Olivares, Armando Varo, Isidor Boix…

En enero del 70 hay una nueva tanda de despidos para quitarse de encima a elementos conflictivos y meter miedo al resto. Algunos de los trabajadores más activos sindicalmente reciben palizas a cargo de desconocidos. Es una práctica habitual. En los talleres se recoge dinero para los despedidos y sus familias (muchos en listas negras que les cierran la puerta del mundo laboral) mientras persisten las asambleas en formato paseíllo. La información se va pasando mientras se recorren los pasillos comiendo el bocadillo, camino del baño o de la cafetera, todo rapidito antes de que cualquier encargado o vigilante conmine a disolver corrillos y grupos.

En diciembre de 1970 son detenidos, torturados y encarcelados varios meses Silvestre Gilabert, Armando Varo y Carlos Vallejo. Los ánimos se van calentando. En mayo de 1971 los candidatos de la Comisión Obrera copan el 50% de los cargos sindicales que han salido a elección. En junio, la dirección impone un turno de noche a un buen número de trabajadores de los turnos de mañana y tarde del Taller 1, el más conflictivo. Hay asamblea y se vota parar. La empresa despide a varios trabajadores, incluyendo a la mayoría de representantes sindicales, que van a magistratura y ganan el juicio para ser readmitidos. La empresa hace uso del incidente de no readmisión y los deja en la calle a cambio de una pequeña indemnización. La Comisión Obrera se reúne y deciden que ocuparán y paralizarán la empresa hasta que los despedidos sean readmitidos. La acción se realizará el 18 de octubre.

La mañana del 18 de octubre de 1971, hoy hace 50 años, un grupo de seis despedidos entra en el Taller 1 para exponer su propuesta, que ya muchos conocen. El Taller 1 en pleno deja las máquinas y empiezan a recorrer el resto de talleres, que se van sumando camino a las oficinas centrales. Una marea de monos azules inunda los dos quilómetros que separan el Taller 1 del Taller 7, y mientras un grupo sube a oficinas para intentar negociar la readmisión de los despedidos, miles de obreros se sientan en la explanada central y realizan una asamblea.

Un helicóptero sobrevuela a media altura a los reunidos en asamblea mientras llegan fuerzas de la Policía Armada para reforzar a la dotación que de manera permanente vigila la fábrica desde hace meses por orden del gobernador civil Tomás Pelayo Ros (abogado zaragozano que también fue presidente del Comité Olímpico Español y pasó por Alianza Popular). Los altavoces proclaman la decisión de la dirección de la empresa. Tienen quince minutos para volver a sus puestos de trabajo.

Pasados los quince minutos se abren las verjas y entra la policía. Los trabajadores evitan el enfrentamiento, muchos se van a casa y más de la mitad se distribuyen por los talleres para resistir. A las 14 horas se impide la entrada a los trabajadores del turno de tarde y se persona el teniente coronel Joaquín Apestegui, jefe de la 4ª Circunscripción de Barcelona, para tomar el mando.

A las 14.30 horas Apestegui ordena a sus hombres cargar y desalojar los talleres utilizando gases lacrimógenos. Ahí empiezan cinco horas de enfrentamientos, taller a taller, calle a calle, con gases, porrazos, cargas a caballo y los trabajadores respondiendo lanzado tornillos, herramientas, echando bolas de acero al suelo para derribar a los jinetes. A media tarde, en una de las refriegas en el exterior, suenan varios disparos. Antonio Ruiz Villalba, soldador de segunda de la sección 33 del Taller 4, 33 años, 6 de ellos trabajando en SEAT, muere con los intestinos perforados. Hay dos heridos de bala más. A las 19.30 horas la fábrica ha quedado desierta, ocupada sólo por la policía.

El 19 de octubre la dirección comunica que se suspende de empleo y sueldo a todo el turno de mañana. Hay 900 despidos de una tacada. Durante varios meses los trabajadores tiene que entrar a la fábrica en fila india, con las manos levantadas, el carnet de la empresa bien visible, por un pasillo formado por policías con las armas en posición de prevención. A pesar de todo no pasó mucho tiempo para que volvieran a circular por los talleres ejemplares de Asamblea Obrera y para que muchos de aquellos trabajadores, sin militancia alguna, decidieran entrar en las Comisiones Obreras. En 1977 son readmitidos todos los trabajadores que fueron despedidos por causas sindicales y sociales. La democracia, tantas veces a trote de 600, se ensambló en las fábricas.

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