Historias imprescindibles: África de la Heras, Manuel de la Escalera, Celestino Alfonso.

Sello ruso dedicado a África de la Heras.

Memoria histórica imprescindible:

-África de las Heras

¿Sabías que la mayor espía española fue una de las primeras mujeres en llegar a ser coronel del KGB?

África de las Heras (nombre en clave “Patria”), fue una comunista ceutí nacionalizada soviética quien llegó a convertirse en la mayor espía soviética. Conocida como “la mujer de las mil caras”, llegó a ser definida como “una gran Matrioska” con múltiples identidades.

Participó activamente en la revolución de Asturias de 1934.

Fue clave para el NKVD en la eliminación de Trotsky en México, trasladando a Ramón Mercader, información clave del disidente soviético para su posterior neutralización.

Llegó a ser responsable de radiotransmisiones y guerrillera en el destacamento Los Vencedores de la Gran Guerra Patria, asaltando líneas nazis e interceptando sus comunicaciones.

Fue espía en París, haciéndose pasar por refugiada del régimen franquista y vivenció el París de la Resistencia.

Montó una red de espionaje por toda Latinoamérica durante 20 años sin que nadie sospechara de ella, residiendo en Montevideo y luego en Buenos Aires. Se cree que fue ella misma quién transmitió al KGB la información de la invasión de la Bahía de Cochinos.

Fue instructora de nuevos agentes en Lubianka, el cuartel general del KGB, especializada en la órbita hispana.

Participó en misiones exteriores en Oriente Medio, principalmente en Irán.

Acabó siendo responsable de la política de toda la agencia para Europa Occidental y América Latina.

Durante su trayectoria se cruzó con personajes como la Pasionaria, el Che Guevara, Frida Kahlo, George Orwell, o Rudolf Abel.

Recibió numerosas e importantes condecoraciones, entre ellas, el título de “Colaboradora Honoraria de los órganos de Seguridad del Estado”. Fue enterrada en 1988 con los mayores honores militares en el cementerio Jovánskoye de Moscú, cerca de su expareja y excompañero de profesión, Ramón Mercader.

Una heroína olvidada de la historia de España por ser mujer y defender hasta el final la Unión Soviética.

@rusa_alena

Portada libro «Muerte después de Reyes».

-Manuel de la Escalera

Manuel de la Escalera, novelas memorialistas “Muerte después de Reyes”, y “Mamá Grande y su tiempo”.

Nacido en México en 1895 casi por accidente, después criado en Santander, fue presidiario, escritor, traductor, escultor y cineasta. Estudió de adolescente Bellas Artes en México DF mientras Madero, Pancho Villa y Emiliano Zapata hacían la revolución; trató a Picasso en los felices 20 parisinos; aprendió el oficio del cine en los míticos estudios de la Paramount en Joinville-le-Pont, donde rodó sus películas Carlos Gardel.

Portada libro «Mamá Grande y su tiempo»

Durante la Guerra Civil española, recorrió el frente cántabro proyectando películas para los milicianos y rodando documentales bélicos como oficial a las órdenes del Estado Mayor republicano; fue detenido por los franquistas en el 39 y recorrió las cárceles de Alcalá de Henares, El Dueso, Burgos y algunas más como condenado a muerte; en prisión, escribió clandestinamente un libro que relata la vida de los sentenciados a pena capital, manuscrito que logró evadir de forma prodigiosa para que un amigo lo mantuviera 17 años oculto en la caja fuerte de un banco; tras serle conmutada la condena por cadena perpetua, salió de la cárcel en 1962, pero la publicación en México y bajo pseudónimo de sus memorias carcelarias le obligó huir de la policía político-social y exiliarse al país azteca en 1966…

Murió a los 99 años en la cama de una residencia de ancianos de Santander, traduciendo hasta el final para completar su magra pensión y pagarse los cuidados.

Foto policial de Celestino Alfonso.

-El nombre del español Celestino Alfonso, en el Panteón de París.

El comunista español Celestino Alfonso entra simbólicamente en el Panteón con el resto de su grupo de resistentes contra la ocupación nazi, fusilados en 1944, y conocido por el nombre de su líder, Missak Manouchian.

Una placa con los 23 nombres de los miembros del grupo se instaló a la puerta de la cueva sepultura número 13 de la cripta del Panteón cuando los féretros de Manouchian, un poeta de origen armenio, y de su esposa Melinée sean colocados en el corazón del monumento en el que Francia honra a símbolos de su historia como Émile Zola, Voltaire y Marie Curie.

Alfonso era miembro de un “grupo especial dirigido por Manouchian que realizaba acciones de guerrilla urbana contra importantes figuras del Ejército alemán”, explica Manuel Mingot, archivero del Museo de la Resistencia Nacional situado en Champigny sur Marne, en la periferia este de París.

El español, con el seudónimo de ‘Pierrot’ y el número secreto de identificación 10.608, integró ese grupo especial de ejecutores junto con el polaco Marcel Rajman y el alemán antinazi Leo Kneler.

El más famoso de sus atentados fue el ajusticiamiento, el 28 de septiembre de 1943, del coronel de las SS Julius Ritter, responsable en Francia del Servicio de Trabajo Obligatorio (STO), una institución enormemente impopular en Francia creada por los ocupantes para que los jóvenes franceses trabajaran por la fuerza para la Alemania nazi.

El Grupo Manouchian estaba formado por comunistas extranjeros, muchos de ellos judíos, integrado en la organización FTP-MOI (Franco Tiradores Partisanos-Mano de Obra Inmigrada). Durante 1943 fue la unidad más activa de la resistencia en París, con atentados contra oficiales nazis y descarrilamientos de trenes.

Todos fueron detenidos en el otoño de de 1943 durante una serie de grandes redadas de la policía francesa colaboracionista, y condenados a muerte tras un simulacro de juicio.

Los 22 hombres fueron fusilados en febrero de 1944 en la fortaleza de Mont Valérien en Suresnes, a las afueras de París, mientras la única mujer, Olga Bancic, fue enviada a Alemania para ser decapitada.

Precisamente la entrada en el Panteón de Manouchian, de su esposa y de los nombres de los miembros de su grupo coincidirá precisamente con el 80 aniversario del fusilamiento de Manouchian y varios de los demás.

Antes de su ejecución, los condenados pudieron escribir a sus familias, y el Museo de la Resistencia guarda la carta que Alfonso escribió a su familia: padres, esposa, hijo y hermanas.

El cartel nazi con fotos de resistentes.

“Sé por qué muero y estoy muy orgulloso”

En un francés correcto y con la letra angulosa regular de la época, dice: “Solo soy un soldado que muere por Francia. Os pido que tengáis mucho coraje, como lo tengo yo, mi mano no tiembla, sé por qué muero y estoy muy orgulloso”.

A su esposa le pide: “Vende mi ropa para ganar un poco de dinero. En mi paquete encontrarás 450 francos que tenía en depósito en (la cárcel de) Fresnes”. Confía también en que su hijo pequeño “tendrá una buena formación”.

El Museo de la Resistencia Nacional expone también una pistola de Alfonso, una Astra de calibre 7,65 de fabricación española, posiblemente recuerdo de su participación en la Guerra Civil española como miembro de las Brigadas Internacionales.

Tras la ejecución colectiva, los nazis publicaron el llamado “Afiche Rojo”, un cartel de propaganda famoso en Francia y que muestra a diez miembros del grupo, a los que señala como extranjeros, comunistas y judíos para tratar de desacreditar a la resistencia ante la población francesa. Alfonso figura como “español rojo, 7 atentados”.

Sin embargo, el efecto fue el contrario, ya que la población ponía flores a los pies de los carteles pegados en la calle o escribían sobre ellos para honrarles. Los franceses “los consideraban unos héroes”, resume Mingot.

Añade que este cartel ha sido “muy importante” para mantener la memoria de este grupo de extranjeros que lucharon y murieron por Francia.

En Mont Valérian los alemanes ejecutaron durante la ocupación a más de 1.000 personas, entre resistentes y rehenes, que eran asesinados como represalia por los atentados de la resistencia.

Un total de 185 de los ejecutados eran extranjeros, lo que muestra la importancia que tenían en la resistencia los llegados de fuera de Francia, señala a EFE el historiador Denis Peschanski, director emérito de investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) y especialista en esa época.

Alfonso, nacido en 1916 en la pequeña localidad salmantina de Ituero de Azaba, emigró a Francia junto a sus padres en 1927. Trabajó como ebanista pero partió en agosto de 1936 a la Guerra Civil española y combatió allí hasta el final del conflicto.

En la guerra española “adquirió una experiencia en combate que le resultó muy útil luego cuando entró a combatir en este grupo especial”, recapitula Mingot.

https://www.eldiario.es/cultura/nombre-espanol-celestino-alfonso-entrara-miercoles-panteon-paris_1_10934480.html

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