«Mujeres en pie de guerra», libro de Susana Koska. Descarga.

Portada del libro.

Libros que hay que leer:

-Mujeres en pie de guerra.

Susana Koska

La historia oral y política de las españolas del siglo XX. Una emotiva obra coral que también es Historia, compromiso, feminismo, militancia, amor, maternidad, tenacidad y supervivencia.

«Desde principio de siglo Mujeres en pie de guerra ha tenido distintas formas: una colección de canciones, escritas por Gabriel Sopeña y Loquillo; una obra gráfica del pintor gallego Fernando Pereira y un documental del mismo título que recorrió ateneos, cine fórums de distinto pelaje, universidades, asociaciones, institutos, festivales nacionales e internacionales e ilustró una incipiente pasión por la recuperación de la memoria histórica.

Mujeres en pie de guerra fue un documental en 2004, y aquellos fueron años de búsquedas, encuentros y desencuentros, amor, descubrimientos terribles, cartas, confidencias aterradoras en taxis, en bares, en casas de barrios que desconocía y por los que me perdía siempre. Fotos en blanco y negro de cada una de ellas, una historia enorme, inabarcable. Una crónica sentimental de aquello de “¿Qué fue de los tuyos en la Guerra Civil?”. Yo fui sumando y aprendiendo y escuchando y copiando, con vocación de escriba a juzgar por la cantidad de material guardado».

Título libro.

Presentación

Arrancaba el siglo y yo escribí este mismo enunciado en una hoja en blanco. Lo escribí para dar inicio a lo que me hervía dentro, aunque no sabía ni cómo se llamaba.

La verdad es que hoy tampoco lo sé, pero me siento en la obligación de escribir unas palabras que os guíen, para poder entender lo que viene. Lo que sí sé es que mezclar la Historia con mi historia me resulta difícil, como si tuviera que quitarme la piel a tiras.

Ya ni sé por qué, pero arrancó el siglo y fui dando pasos, cortos, escasos y patosos en mi relato. Pasos a la deriva. Entrando y saliendo de charcos, enfrentándome a las dificultades propias de toda tentativa. No fue hasta que conocí a Antonina Rodrigo cuando por fin me puse en el camino de baldosas amarillas. Ella ha sido y es mi maestra. Me adoptó a la primera, sin parar mientes en el fardo que se cargaba al hombro. Ella me enseñó a buscar en los archivos y a fijarme en lo pequeño, en lo que no se dice, o se dice a media voz, o se dice en la cocina, donde hemos reinado las mujeres y desde donde hemos empujado el mundo sin que se contase con nosotras. Esas mujeres de Martín Gaite, de Rodoreda o de Aldecoa, ventaneras, que parece que no se están enterando de nada cuando en realidad se dan cuenta de todo.

Me he desviado muchas veces, pero siempre vuelvo a él y aquí sigo. Mi camino de baldosas amarillas.

Yo era «la pequeña» (en mi casa lo soy y lo seré por siempre). La verdad es que no sé más que empezar por mí y con eso me hago responsable de estos actos, guste o no.

A las mujeres de mi familia les gusta contar batallitas, cuentos, estampas, y hablo en presente porque las que quedamos seguimos practicando. Me alimentaron con ellas sin saber que, con la tontería, íbamos a llegar hasta aquí…

Descarga. 219 páginas más notas:

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