Cuba siempre ha luchado por su independencia. 1848-1959. I de III.

Cuba por su independencia. I de III.

Estados Unidos: Así expolia y masacra

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Cuba 1848-1959

Siempre ha triunfado la Independencia

-I de III-

Dibujo. Cuba en lucha.

Cuba por su posición geográfica, por necesidad y por derecho, debe pertenecer a los Estados Unidos, puede y debe ser nuestra”, se escribía en el New York Sun en 1874.

Por esas fechas Cuba era una colonia de España.

En 1895 comenzó la segunda guerra de liberación nacional del pueblo cubano (1895-1898). Al igual que en la primera, Washington se negó a reconocer a los patriotas cubanos como parte beligerante. Más aún, en el momento en que la victoria de los insurrectos se hacía cada vez más evidente, la Casa Blanca intentó por segunda vez “comprarle” a España la isla de Cuba por 300 millones de dólares. La guerra por la independencia avanzaba hacía la victoria del pueblo cubano y la formación del Estado independiente, siendo este el desenlace más temido por los Estados Unidos.

A finales de 1897, los Estados Unidos formaron tropas destinadas a ocupar las colonias españolas. El carácter de la anexión de nuevos territorios se diferenciaba de modo sustancial del que había tenido lugar en las décadas del 30 y del 40 del siglo XIX, cuando los EEUU ocuparon Texas, en el que los colonos estadounidenses desempeñaron un considerable papel. Ahora, en Cuba, se contaba sobre todo con la ocupación por fuerzas militares.

El 11 de abril, el presidente McKinley ya había dirigido un mensaje al Congreso pidiendo poderes extraordinarios, e inclusive la organización de una intervención armada, para resolver el problema cubano”. Días más tarde, el Congreso de los EEUU aprobó una resolución en la que se decía: “El aborrecible estado de cosas existente en la isla de Cuba, tan próxima a nuestro territorio, en estos tres últimos años, ha herido el sentido moral del pueblo de los Estados Unidos y afrentado la civilización cristiana… tal estado de cosas no puede ser tolerado por más tiempo.”

Con el más cínico fariseísmo, el Congreso “reconocía” el derecho del pueblo cubano a la libertad y la independencia, declarando hipócritamente que los Estados Unidos “no tienen deseo ni intención de ejercer soberanía, jurisdicción o dominio sobre dicha isla” y daban un ultimátum a España para retirar sus tropas de la isla. Mientras que los congresistas se presentaban como “luchadores por la independencia de Cuba”, se imprimían mapas de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas bajo el inequívoco título de “Nuestras nuevas colonias”.

En abril de 1898, los Estados Unidos declararon oficialmente la guerra a España, que duró sólo tres meses y medio. Los norteamericanos contaban con la supremacía en el mar, pero en tierra las tropas norteamericanas rehuían las operaciones militares. Las tropas españolas, en realidad fueron derrotadas por los patriotas cubanos al frente del Ejército Libertador de Cuba.

Gracias a que este Ejército, con su lucha heroica y abnegada, se mantuvo dispersos a los 230.000 soldados españoles; en julio de 1898, los norteamericanos tomaron la ciudad de Santiago de Cuba, pero no permitieron a las unidades del Ejército Libertador cubano entrar en esta ciudad en la que sustituyeron la bandera española por la norteamericana.

En diciembre de 1898, se firmó el Tratado de Paz entre los Estados Unidos y España. La suerte de las antiguas colonias españolas se decidió sin sus representantes y en contra de la voluntad de sus pueblos. Puerto Rico y Filipinas fueron convertidos en colonias de los EEUU, y en Cuba fue establecido un régimen de ocupación militar. El 1 de enero de 1899, toda la isla fue invadida por las tropas yanquis.

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Continúa el domingo 25 de febrero.

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