Pablo Hasél desde prisión: «La violenta hipocresía en torno a la violencia», y poema «Empapados de sangre inocente».

Pantallazo web «Pablo Hasél desde prisión».

Cartas desde prisión:

Pablo Hasél.

Prisión de Ponent

La violenta hipocresía en torno a la violencia

“Es como entrar en un cine cuando la película ya ha empezado hace rato y la primera imagen que ves es un apache arrancándole la cabellera a un blanco. Queda el concepto de que el apache es el salvaje y eso es falso. Hay que ver la película desde el principio”. Con este claro ejemplo resumía la acción de Hamas uno de los pocos palestinos a los que se ha dado voz en las televisiones al servicio del sionismo. Estos medios se empeñan en esconder los crímenes y todo tipo de atrocidades que la ocupación israelí llevan 75 años cometiendo a diario, porque explicaría la respuesta palestina. El genocidio se está intensificando ahora, pero para entender el contexto es fundamental conocer cuántas décadas lleva ejecutándose. No solo con bombardeos y disparos, también a base de asfixiar a la población con miseria, bloqueo incluso de medicamentos, falta de infraestructuras básicas, encarcelamientos en condiciones infrahumanas, etc. Porque cabe recordar que todo capitalismo asesina de múltiples maneras y muchas de estas no son tan visibles como los bombardeos imperialistas.

Viñeta. Ante un cohete palestino, miles de Israel.

Una vez más, estamos asistiendo al blanqueo mediático de una criminal limpieza étnica propia de los nazis. Por parte de los mismos que aquí criminalizan cualquier atisbo de lucha justa. Son quienes nos dan lecciones de pacifismo con ejércitos y cuerpos represivos armados hasta los dientes para intentar aplastar la oposición a tanta violencia opresora. Capaces de condenar huelgas o que se paren desahucios, para acto seguido proceder a maquillar masacres de niños en una invasión imperialista. Una repugnante hipocresía muy bien remunerada que necesita ser desenmascarada por cuánto cala en la sociedad. Tiene que quedar claro que somos nosotros quienes defendemos la verdadera paz incompatible con la ausencia de derechos y libertades. No ellos que a la violencia de la negación de estos por la fuerza, le suman bombardeos indiscriminados. Denunciar el genocidio que Israel lleva a cabo, requiere también señalar a quienes manipulan para poder permitirlo. Decir “ni con unos ni con otros”, cosa que fortalece a los primeros que ya cuentan con fuerzas muy superiores.

Esta hipocresía en torno a la violencia, pretende dejar barra libre a los poderosos para que su barbarie cotidiana no tope con resistencia firme. Despojando a los palestinos –o cualquier oprimido– de su derecho a la autodefensa. Cuando es no solo legítima sino una necesidad urgente. Vemos como estas semanas muchos condenan tímidamente el exterminio sionista que viola todo derecho internacional, pero niegan a Palestina su derecho a la resistencia armada. Esto es peor que decir que un abusón de colegio que golpea a sus compañeros, obra mal pero que estos se han de dejar apalizar. Porque aquí estamos hablando de bombardeos, hambre, cortes de agua y luz, etc. Además en este caso ni siquiera hay un profesor que pueda detener las agresiones. Razonablemente decía Malcom X que “es criminal no enseñar a defenderse ante agresiones brutales”. Hay que recordar que se facilitan con nuestros impuestos que llevan décadas armando y prestando todo tipo de ayuda a Israel. Sí, también con el falso Gobierno “progresista”.

Constantemente nos cuentan las historias de los rehenes que Hamas capturó, siempre omitiendo su condición de ocupantes y por tanto de agresores. Pero no hablan de las trágicas historias de los 6.000 palestinos secuestrados en las infames cárceles de Israel, muchos de ellos niños. Historia que hay que conocer para abordar las causas que explican por qué Hamas exige un intercambio de rehenes. Mientras cualquier acción de la resistencia palestina es calificada de “terrorismo” el Estado genocida sionista es llamado “democracia”. Ninguno de los medios del sistema llama terrorista al ejército invasor que bombardea hospitales. Tampoco a la OTAN que ha masacrado numerosos territorios a lo largo y ancho del globo por el interés de control y rapiña de los oligarcas que dirigen el capitalismo monopolista de Estado. Sin embargo han llegado a calificar de terrorismo las canciones que denuncian toda esta mafia y llaman a combatirla.

¿Qué pasaría si el Estado francés nos expulsara de nuestras casas a la fuerza, matara a nuestros familiares, ocupara el territorio con colonos acomodados, condenara a la miseria absoluta, humillara, torturara y encima encarcelara por protestar? Vaya, mucho de lo que hace el régimen español salvando las distancias. Lógicamente habría una resistencia al hipotético ocupante francés y entonces no se repudiaría como se hace a menudo con la palestina. Pero la extendida hipocresía eurocentrista carente de empatía, considera a los árabes victimas de tercera. Cuando no ni eso. Si fuera Alemania quien hiciera eso lo mismo con Austria, otro gallo cantaría. Algo similar sucedió cuando el Estado imperialista francés tenía Argelia colonizada y se criminalizaba la resistencia argelina con la acusación de “terrorismo” sin poner el foco en la brutal violencia de la ocupación que la hacía brotar. Con la complicidad de la izquierda domesticada francesa. Porque como se dice en el libro “Manual de militancia dentro y fuera de la cárcel” sobre el comunista Georges Ibrahim Abdallah, que lleva 40 años en una prisión francesa por haber luchado con el Frente Popular para la liberación de Palestina y en las Fracciones Armadas Revolucionarias Libanesas: “El emplazamiento a denunciar el “terrorismo”, es el principal mecanismo utilizado para hacer callar a los opositores. El temor a ser considerado cómplice de los “terroristas” lleva en el mejor de los casos al silencio y en el peor al consenso. La incoherencia a la hora de asumir la lucha internacionalista antes del enfrentamiento lleva a su abandono cuando la persona dominada se rebela violentamente”.

Foto. Una niña palestina muerta.

POEMA – EMPAPADOS DE SANGRE INOCENTE

Los cadáveres de miles de palestinos

se amontonan en el inconmensurable

cementerio de la impunidad

y ni los de los niños

despiertan indignación

de quienes pudren el mundo.

Acostumbrada a los genocidios

blanqueados en máxima audiencia,

la mayoría no mueve un dedo

mientras cualquier distracción banal

se encarga de borrar el espanto

que provocan los llantos desesperados

de quienes sobreviven –por poco tiempo-

a los bombardeos y a los disparos.

E igual que no escatiman en crueldad,

los verdugos y sus colaboradores

jamás ahorran esfuerzos en expandir

la creencia de que no hay nada que hacer

frente a tamaña barbarie.

Pero si te dejas contagiar un poco

por la rabia de la madre hambrienta

con su bebé asesinado en brazos

frente a su casa destruida,

por la necesidad de resistir

del padre al que encarcelan a los hijos

o por el coraje de los niños

que lanzan piedras a los tanque sionistas;

verás que matando a la complicidad

no asesinarán tan fácilmente

sin poder celebrar que te encuentren

empapado de sangre inocente.

https://pablohaseldesdeprision.wordpress.com/2024/01/28/la-violenta-hipocresia-en-torno-a-la-violencia/

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