Artículo del preso político Juan García Martín en la revista El Otro País: «Destruyen la C.T.M. gaditana».

Artículo en EOP de Juan García.

Artículos desde prisión:

Juan García Martín

Preso político del PCE(r)

Cárcel de A Lama.

-Destruyen la C.T.M. gaditana

Publicado en la revista El Otro País, n.º 108, Nov-dic 2023.

Dibujo de Aurora Cayetano. La CTM arrodillada ante el patrón.

“No hay peor enemigo que el que habla tu misma lengua”

Máximo Gorki

Y si este enemigo, además, te envuelve con una palabrería de lo más “de izquierdas” y trufada de citas, que fíjate que intelectual soy, pobre proletario, es muy difícil de desenmascarar; y cuando te quieres dar cuenta, te ha llevado al pantano de la conciliación y la dejación de cualquier principio. Esta es, por ejemplo, la línea de actuación dentro del movimiento obrero que históricamente ha llevado el trotsquismo y, en general, lo que en términos marxista-leninistas se llama el “oportunismo de izquierdas”.

Al “oportunismo de derechas” se le ve venir de lejos (¡Hola, Carrillo y sus “reconciliaciones”! ¡Hola Yolanda y su reforma labora!), pero al de “izquierdas” es muy difícil pillarle en un renuncio, sobre todo al comienzo de su también liquidadora actividad; por eso, cuando caen en nuestras manos un par de documentos que reflejan claramente su labor de zapa, en este caso dentro del movimiento sindical de la Bahía de Cádiz, y el pensamiento reformista y conciliador que se esconde tras su palabrería, hay que hincarle el diente crítico y exponerlo a la luz pública para enseñanza e indignación de futuras víctimas. Esto es lo que ha ocurrido con dos documentos-comunicados que el pasado verano publicó la llamada Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) de Cádiz.

Pero empecemos diciendo que la actual CTM no tiene nada que ver con aquella que en 2020 se puso al frente de las movilizaciones de Astilleros y que tan buenas sensaciones y esperanzas nos produjo con vistas a un futuro sindical verdaderamente combativo e independiente de mafias y políticos del régimen. La CTM de hoy, firmante de los comunicados, es un sindicato más, un recién llegado a la sopa de siglas sindicales que chupan del presupuesto y las prebendas que los capitalistas y su Estado les conceden a cambio de domesticar el movimiento obrero. ¿Cómo se ha producido esta mutación? Aquí es donde entran en acción nuestros “izquierdistas”.

Después de 2020 y gracias al prestigio alcanzado, la CTM se convirtió en una presa apetecible para todos los grupos y personas “de izquierdas” de la Bahía de Cádiz, que corrieron a integrarse en ella. En esta carrera ganaron los “izquierdistas”. ¿Quiénes eran estos? Pues trotsquistas reconvertidos a la fe en la nación andaluza, desertores de causas más dignas que resultan ser más arriesgadas, rebotados de mil y una siglas … todos acudieron como moscas a la miel, desempolvaron supuestos “méritos”, encandilaron con su palabrería intelectualoide a algunos obreros de la “vieja” CTM y muy pronto coparon sus órganos de coordinación, desde donde siguen mangoneando. Y todo esto ¿para qué? Cabría pensar que para dar un nuevo impulso a la lucha de los obreros del metal, pero ¡quia!, pues lo primero que hicieron fue legalizarse, o sea, convertir la CTM en un tinglado sindical y aceptando para ello todo el peso de las inoperantes y desmovilizadoras leyes del régimen. Consecuentemente, su segundo paso ha sido comportarse como “buenos chicos” y frenar o anular cualquier atisbo de lucha sindical independiente entre los obreros gaditanos. Y esta actividad liquidadora es lo que recogen los dos comunicados del pasado verano que traemos como prueba, el titulado “Comunicado urgente de la CTM sobre la situación de Navantia” (sin fecha) y el recogido en el artículo “Trabajadores del Metal acuden a un acto de SUMAR exigiendo el cumplimiento del Convenio”, firmado por Francisco Vilches y fechado el 10/07/23 (ambos están disponibles en Internet).

En cuanto a su primer comunicado, lo de “urgente” viene motivado porque los obreros de las empresas auxiliares de Astilleros se pusieron en huelga -la CTM dice paro para quitarle importancia- por el despido de cuatro compañeros, reivindicación a la que luego se añadió la protesta por el incumplimiento del Convenio firmado tras la huelga y movilizaciones de 2020 (más bien “apañado” por CCOO y UGT).

Naturalmente, esa huelga es votada en asamblea y al margen de los sindicatos, CTM incluida. Los obreros seguían, así, el camino aprendido en 2020: Asamblea soberana, votos a mano alzada (¡fuera esquiroles de la votación!), reivindicaciones propias, sin injerencias “posibilistas” desde los despachos, elegir delegados sin contar con el vendido Comité de Empresa, huelga sin las reglas encorsetadoras de las leyes, buscar el apoyo y solidaridad de otros compañeros y de la población, etc.

¡Esta es la línea de lucha independiente que ha boicoteado la CTM! Pero dejemos que esta última se explique: “La decisión del paro y la continuación de éste fue tomada en asamblea por los trabajadores sin la intervención de ningún sindicato. Informada la CTM de esta circunstancia, les explicamos a los trabajadores que, al no haber convocado el paro de manera oficial podrían ser despedidos. Aconsejamos a los compañeros que se replantearan la huelga y esperaran, en todo caso, hasta que nuestro sindicato pudiera, oficialmente, hacer una convocatoria de huelga legal. Les mostramos lo que dice la ley al respecto y aceptaron la propuesta de la CTM, previa votación”.

El párrafo es digno de ser firmado por CCOO y UGT, y es un modelo de cómo actúan los “apagafuegos” dentro del movimiento sindical. …les explicamos a los trabajadores…” , ¿también dando la cara en la asamblea? ¿acaso no dicen que no les dejan entrar en la fábrica? ¿o es que todo se “cocinó” en esos petit comité a los que son tan aficionados? …que podrían ser despedidos…”¡amenazan y atemorizan a los trabajadores con el despido, esgrimiendo para ello la legislación rompehuelgas y hasta la Constitución del 78! Les faltó levantar una porra o sacar la tanqueta.

Más adelante se presentan como los “salvadores” de los obreros: “No podemos permitir ni permitiremos que los trabajadores se encuentren abandonados en manos de una patronal que tiene a su servicio a los comités de empresa”… ¡Venid a nuestro regazo “legal”! ¡Ah!, y no dudan en ponerse medallas que no les corresponden: “En otras ocasiones, como en la huelga del 2020 o la que se convocó tras la muerte de dos compañeros de EQUIMAN-SUR, sí fue la CTM la que, además de convocar, organizó y participó activamente en las asambleas”. ¡No erais vosotros, era la CTM de entonces y no la que habéis montado y legalizado!

Foto. Juan García Martín.

A lo largo del comunicado se ve claramente las intenciones que guían a estos oportunistas: Esa “huelga salvaje” había que pararla como fuera, incluyendo amenazas, halagos y, por supuesto, promesas vacías, ya que suponía un mal ejemplo para los futuros conflictos que se avecinan y, sobre todo y como veremos luego, porque se echaban encima las elecciones. ¿Y qué ofrecen a cambio de que los obreros sean buenos y cumplan las reglas? El mismo humo que promete la izquierda gubernamental, o sea, que esperen a que ellos convoquen una huelga “legal”, huelga que nunca llegó porque ¡oh, casualidad! La empresa NAVANTIA los dejó en paro y fin de la historia o misión cumplida. El cinismo de esta gente llega al extremo de reconocer que los obreros sabían de antemano que iba a haber un parón veraniego “Por este motivo intensificaron sus protestas, ya que sabían que sin carga de trabajo poca fuerza iban a poder hacer”. Y aun así, la CTM paró la huelga y les pidió que “esperaran”… a que les despidieran.

En toda esta maniobra hay un trasfondo político que no podemos obviar: se echaban encima las elecciones generales y, claro, no podían presentarse en ellas con un conflicto laboral en marcha. En este punto es donde entra el segundo comunicado de la CTM donde cuentan lo ocurrido durante una concentración convocada durante un acto electoral de SUMAR.

Volvamos a las palabras de la CTM: “Ayer fue un día de presiones por parte de la izquierda electoralista. Como sabemos, desde hace un tiempo a la ministra no se le puede “tocar”. Decimos presión pero queremos decir: intento de presión porque CTM no nos hemos sentido presionados. La presión le llega a quien está subvencionado o liberado. Nosotros vivimos del metal. Lo que sí hemos sentido, por parte de ciertas personas, es decepción”.

Esta parrafada suscita en nosotros preguntas incómodas para la CTM: Desmarcarse de esa “izquierda electoralista”, ¿quiere decir que ellos van a boicotear las elecciones porque son “no electoralistas”?, ¿y por qué entonces todas sus reuniones en ese momento terminaban con la coletilla ‘Tenemos que ver a quién vamos a votar nosotros’?

¿Y por qué se sienten “decepcionados” por la ministra?, ¿es que acaso estaban “ilusionados o esperanzados” por la Yolanda, como antes lo estuvieron con PODEMOS? ¿Y quién nos dice que no se van a “ilusionar” con el próximo vendehúmos? Porque ellos se suman a quienes sostienen que “a la ministra no se le puede tocar” cuando, más adelante, dicen “…sin entrar en detalles de si la reforma o el trabajo de Yolanda Díaz ha sido positivo o negativo…” Vamos, que al final votarían a SUMAR, eso sí “exigiéndole” que cumpla el convenio. ¡Y es a ese terreno donde quieren llevar a los obreros gaditanos!

El comunicado prosigue haciendo un resumen ¡elogioso! de la huelga “salvaje” que antes hemos comentado… ocultando, cínicamente, que fueron ellos quienes la pararon, pasándose por el forro las decisiones de la asamblea; todo eso para justificar que “después se acordó la concentración que estamos mencionando”. O sea, que la votación para la huelga era “ilegal”, pero la de ir a un acto electoral de SUMAR sí es válida. ¿Es o no es electoralismo puro?

Al final, se hace evidente una vez más que el oportunismo, de “derechas o de izquierdas”, acaba por confluir en el terreno común de las instituciones y las elecciones.

Nos amenazan, nos atemorizan, nos envuelven con su palabrería y nos venden humo para acabar “invitándonos” a que juguemos en el terreno y con las reglas del enemigo de clase. Y así estamos, derrotados de antemano. Por tanto, nosotros no podemos más que alegrarnos de que en tan poco tiempo, apenas un año, estos oportunistas “de izquierda” en la CTM se hayan quitado la careta públicamente.

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