Luchas obreras rescatadas del olvido.
Agenda
-EEUU, 1934.
Huelga de los Estibadores de San Francisco.
Tal como había sucedido en anteriores conflictos, los estibadores de San Francisco desafiaron a sus dirigentes sindicales; en mayo de 1934, 14.000 estibadores se declararon en huelga. Exigían la semana laboral de 30 horas en lugar de la de 48 que regía entonces y que las contrataciones no dependieran de los capataces, que las llevaban a cabo mediante sobornos.
Los huelguistas eligieron al comunista Harry Bridges como presidente del comité de huelga. Unos mil piquetes recorrían la ciudad las veinticuatro horas del día recabando la solidaridad; la asistencia a los mítines que se celebraban a diario era constante a los que acudían masivamente trabajadores de otras empresas; en los muelles, los huelguistas solicitaban a los marineros y camioneros que se unieran a la huelga. La AFL acusó a los huelguistas de “comunistas” y cuando los dirigentes del sindicato acudían a los mítines eran abucheados.
Los piquetes lograron mantener a raya a los esquiroles para lo que muchas veces no necesitaban recurrir a la violencia con su mera presencia.
A los dos meses de huelga todas las fuerzas policiales de la ciudad abrieron fuego sobre la multitud: la batalla duró todo el día. Ese 5 de julio es conocido como el “Jueves Sangriento”. Murieron cuatro trabajadores y cientos de ellos resultaron heridos. Pero los estibadores no se rindieron. El comité de huelga decidió extenderla y convertirla en una huelga general.
La AFL maniobró llamando también a la huelga general, de esa forma consiguieron arrebatar la dirección de la misma al comité de huelga. Las fuerzas represivas hicieron el resto. Asaltaron los locales de todos los grupos políticos implicados en la huelga. 300 personas fueron encarceladas. La huelga había acabado pero “el ambiente bullía y desprendía odio de clase”.