Homenaje a los más de 30 asesinados del Circo Anastasini, 1-A Larraga / Las borracheras asesinas del fascio canario / Investigación cárcel de Durango. Niña muerta.

Cartel homenaje asesinados del circo. 1-A.

Memoria histórica imprescindible:

-Homenaje a los asesinados del Circo Anastasini.

Homenaje y recuerdo a los más de 30 miembros del «circo de Lodosa» niños y mujeres incluidos que en 1936 fueron masacrados por los fascistas, por su forma de vida, ¡Libre e independiente!

La historia del “circo de Lodosa” está siendo rescatada por la Asociación Maravillas Lamberto de Larraga, en concreto por Jesús Nieto, Javier Ayape y María José Sagasti, que llevan investigando desde hace ya un año. La historia se conocía, pero como no se tenía noticia de ningún familiar que pudiera reclamar a los suyos, la historia quedó casi olvidada hasta hoy, en que una investigación, muy compleja, les ha llevado de Italia a Madrid, de París a Florida y de Lodosa a Soria, La Rioja, Alicante y ahora a Ceuta.

Comenzaron a tirar del hilo con los testimonios estremecedores de dos ancianos de Larraga, el primero vio la ejecución cuando tenía 8 y el segundo encontró los restos unos 12 años después en el término de San Gil… “Yo estaba fascalando con mi padre en el término de San Gil y vi que el camión aquel que venía, un camionico de 3 o 4 mil kilos, se subió p’arriba, se ocultó en un montico mirando cara al norte y empezaron a disparar, se oyeron disparos y gritos y sollozos, cara al otro lado de la carretera, y allí los descargaron y los mataron. (Oí) los tiros y los gritos, cuando uno ve que lo van a matar, pues… pues ya sabes que gritos tan difíciles. A raíz de eso, pues nos vinimos pa casa. En la cuesta subían cuatro de Larraga, Les llamarían, entonces se comunicaban todos, pa enterrarlos, bajaban con picos y palas. Se asustó mi padre más que yo, pues mi padre era de izquierdas, pero no lo cogían porque tenía familia de derechas. Era tiempo de fascalar, entre el 19 y el 24 de julio de 1936, antes de Santiago”

Tienen otro testimonio de Eliseo Larrañegui lo tienen fechado hacia 1948… “Era yo mocico, venía buscando nidos en el término de San Gil, y de repente, en un yeco recién arado el día antes posiblemente, había pues, todo lleno de esqueletos, de cráneos y demás, y… mucho pelo, y me asusté. Lo vi, y luego a la noche cuando fui a casa le dije a mi padre lo que había visto. Y dijo mi padre: “pues esos tienen que ser los del Circo de Lodosa, que dicen que mataron a bastante gente. ¡Había chavales! había cráneos grandes y cráneos pequeños. Un circo, pues sería de fuera seguramente”.

El padre de Eliseo, que ya había oído hablar del circo, había estado 8 meses preso en el fuerte de San Cristóbal, eran una familia humilde y temía represalias. También se comentaba que el día de la matanza pasaba cerca del lugar, en un camino que iba a Lerín, una vecina cuyo marido fue asesinado días después en Ibero.

A partir de estos testimonios, empezaron a investigar en Lodosa. El primer día descubrieron en el registro civil del Ayuntamiento una partida de nacimiento del 24 de agosto de 1936 de Jaime Eduardo Gutiérrez Puig, hijo de Guillermo Gutiérrez Armela y Blanca Puig, los dos artistas del circo, vecinos de San Sebastián de los Reyes, en Madrid. Firmaban como testigos Francisco Carpi y Mariano Sánchez, también artistas.

LA MEMORIA DE LOS MAYORES

Es indescriptible la emoción, según nos cuentan, este grupo de investigadores, que les causó al comprobar que la historia era cierta. Más aún cuando empezaron a recabar testimonios de personas mayores de 88 años en Lodosa (Navarra) y todos recordaban a un elefante mago, caballos de raza, payasos… de un circo grande cuya carpa ocupaba toda la plazoleta, y que no era de Lodosa. Un circo que “voló” al día siguiente de la sublevación militar dejando abandonados los animales y todo el material: lonas, tablones, sillas de tijera, hierros… La memoria de nuestros mayores es el tesoro más valioso, la joya más pura. Y entre todos los recuerdos que iban encajando como un puzle, encontraron a José Díaz, de memoria fotográfica, que les dijo que el recuerdo de aquel circo había marcado su vida. Porque celebró su primera y única función el 18 de julio, y al día siguiente todos desaparecieron, también recordaba a la niña amazona que cabalga de pie sobre un caballo, dirigido por su padre el dueño del circo… “y me acuerdo hasta el nombre del circo que había en la puerta, circo Anastasini” se quedaron impresionados, mirándose entre ellos sin decir nada. La niña amazona, Juanita, seguía cabalgando viva en su memoria 80 años después.

Homenaje. 1 de abril. Parque de la Memoria de Larraga, 12 h.

Anuncio de la fábrica de cervezas.

-Acento humillado.

«Había que verlos desarretados hasta las cejas de ron y vino perrero, abusando de mujeres hasta en plena calle, yendo casa por casa buscando sangre fresca, deteniendo a miles de hombres para asesinarlos, recorriendo cada rincón de la isla y se le hacía poco cada asesinato, cada maltrato hasta la muerte, eran las Brigadas del Amanecer de Falange».

Domingo Viera Santana.

El pobre Juan hablaba con un forzado acento peninsular en la cervecería La Salud de Las Palmas GC, quedaba mejor con los fascistas que allí tenían un lugar de encuentro: falangistas, requetés, militares, curas viciosos con los niños, todos borrachos, con las sotanas y pantalones manchados de la sangre de los torturados en el Gabinete, de cargar cientos de cuerpos muertos cada noche en los «camiones de la carne», destrozados, envueltos en tela de saco de plátanos de los Elder y Miller, terratenientes ingleses, implicados hasta la médula en el genocidio de miles de canarios.

Hablar peninsular daba standing, era como ser atendido por una especie de camarero de primera, aunque aquellos degenerados fueran unos jediondos que no cuidaban su higiene, nada más llegar al bar todo comenzaba a apestar a sudor viejo, a mierda seca, a sangre y vísceras de su labor titánica en los crímenes masivos.

El traslado desde la comisaría de Falange de la calle Luis Antúnez hasta La Marfea, los pozos de la finca de La Noria del Conde, Guayadeque, Tenoya, Arucas, Los Giles, Tinoca…

Los hombres torturados sangraban mucho, antes de morir les habían cortado la piel, extraído las tripas, colgado por los ojos con ganchos o haciéndoles una especie de corbata, sacándoles la lengua por la tráquea tras cortarles el cuello.

Juan Tejera, se esmeraba:

-¿Qué desea el señor? Siempre a su disposición excelencia, señor Fuentes, Betancor, Barber, Samper, Garrido, Doreste, Soria, Cardona, Jiménez Sánchez, Del Castillo, Millares, Bravo de Laguna, Del Río Ayala, De Ilurdoz, Manrique de Lara…- decía con una memoria prodigiosa, se conocía todos los nombres de aquellos seres cegados de odio.

Muchos no pagaban las jarras de cerveza, las raciones de pulpo, carne cochino y papas fritas, pero Juan seguía impasible, limpiando los vasos, mientras les daba conversación, humillándose, aguantando las burlas:

-Juanito cada día pareces más maricona, un día te damos por culo entre todos pa que pruebes pollas grandes azules- le comentaban entre carcajadas escandalosas, que se escuchaban en toda la calle Canalejas.

El descanso del guerrero era la cervecería en aquellos años de crímenes de estado, pero Juan cuando llegaba al barrio de noche oscura, subía silbando como un niño pequeño el callejón donde vivía con su madre, desalado (1), era muy miedoso, temía constantemente que un día lo esperaran para rajarlo o violarlo.

(1) Ansioso, acelerado, asustado, triste en habla canaria.

Relato publicado en el libro de Pako González, “Señales del alba” (2022).

Imagen: Cartel publicitario de la fábrica de cervezas «La Salud», 1935.

Foto. Plácida con la bebé Ángeles.

-Una familia de Toledo, cuya pariente murió en la cárcel de Durango, da gracias.

Una familia de Toledo envía agradecimientos mediante el periódico digital Muga Kultura en relación a los trabajos realizados tanto desde ese periódico como desde Ayuntamiento de Durango, asociaciones y otros agente culturales en relación al estudio de la cárcel que almacenó a mujeres llegadas de todo el Estado durante la dictadura franquista, acabada la denominada Guerra Civil.

La familia tiene previsto visitar la villa en los días cercanos al fallecimiento del bebé Ángeles Lancha Carmena -en los documentos y placas del Ayuntamiento aparece con los apellidos incorrectos de Landa Carmona, errores de la época- el pueblo de Durango y los lugares que sufrió tanto su abuela Plácida como la familiar muerta con 11 meses, arrebatada por las monjas de sus brazos.

«Nos gustaría desde estas líneas agradecer al Ayuntamiento de Durango y a los colectivos (Gerediaga Elkartea, Durango 1936 Kultur Elkartea, Kriskitin Dantza Taldea, Aranzadi) que lo han hecho posible el homenaje que se ha hecho a los fallecidos en la Cárcel de Durango, entre los que se encuentra nuestra Tía Angelita. Han sido muchas las veces que mi abuela nos contó como perdió a su hija y siempre era doloroso para ella, pero estoy segura que vosotros con este homenaje, donde quiera que esté, la habéis hecho feliz, igual que a mi. Gracias».

https://mugakultura.eus/2023/03/22/una-familia-de-toledo-cuya-pariente-murio-en-la-carcel-de-durango-da-gracias-al-ayuntamiento-y-a-este-diario-digital/

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