Mujeres luchadoras y científicas. Chen Wei, RPCH; Marie Curie.

Foto. Chen Wei.

Mujeres luchadoras y sabias

que quizás no conocías

Agenda.

Chen Wei

República Popular China 1966

Epidemióloga y teniente general del Ejército chino. Wei se graduó en química y se doctoró en la Academia de Ciencias Médicas Militares; después de rechazar lucrativas ofertas del sector privado, pasó los 10 años siguientes investigando las vacunas recombinadas, creadas por biotecnología, que han nutrido las reservas chinas. Es conocida como “la general terminator del ébola”, ya que dirigió la investigación de una vacuna para el brote de esta infección potencialmente mortal que sacudió en 2014 África occidental (Sierra Leona). También jugó un importante papel contra el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS). En 2003 creó un aerosol médico que protegió a los sanitarios de contraer dicha enfermedad. En 2008 logró contener las epidemias tras el terremoto de Sichuan. Además, ha llevado a cabo diferentes investigaciones sobre el ántrax y guerras bacteriológicas, así como últimamente ha investigado una vacuna contra el COVID-19.

Para Chen Wei todo combate contra una epidemia se debe librar antes de que aparezca el patógeno, “la prevención y el control nunca deben esperar a que la enfermedad aparezca”, dice uno de sus lemas, pero si esa fase fracasa no queda otra que plantarle cara con todos los medios al alcance. Para poder llevar a cabo sus investigaciones, a menudo debe encerrarse meses en el laboratorio, por lo que su marido ha decidido dedicarse en exclusiva a la hija del matrimonio.

Portada del libro sobre Marie Curie.

Marie Curie

Eve Curie: la vida heroica de Marie Curie.

«Tengo un recuerdo muy vivo de aquella simpática atmósfera de camaradería intelectual y social. Los medios de acción eran pobres; los resultados no podían ser considerables, pero, no obstante, sigo creyendo que las ideas que nos guiaban entonces eran las únicas que podían conducirnos a un verdadero progreso social. No podemos confiar en construir un mundo mejor sin mejorar los individuos. Con este propósito, cada uno de nosotros debe trabajar su propio perfeccionamiento, aceptando, en la vida general de la humanidad, su parte de responsabilidad, ya que nuestro deber particular es el de ayudar a aquellos a quienes podemos ser útiles».

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