Thomas Mann, por la República española, denunció la hipocresía europea / Campo de concentración de Portaceli, el gran olvidado / Queipo el criminal, ¿y el resto de golpistas y sus sucesores?

Foto. Thomas Mann.

Memoria histórica imprescindible:

-«Por la República española y denuncia de la actitud hipócrita de los países europeos».

Thomas Mann.

«Si bien no podemos decir con exactitud qué es lo que quiere el pueblo español, sí podemos decir lo que no quiere: la dictadura del general Franco. La cuestión es que los gobiernos europeos, interesados en ver morir la libertad, han reconocido el poder de ese rebelde como el único legal, y esto en plena Guerra Civil, esa guerra que aún continúa gracias a su apoyo, si es que no la han provocado ellos.

Ellos, que en sus países muestran en todo lo relativo a la alta traición cierta dureza -es lo mínimo que podemos decir-, apoyan a un hombre que entrega su propio país al extranjero. Ellos que se hacen llamar «nacionalistas», ponen todo en marcha para llevar al poder a un partisano que no se preocupa por la independencia del país, siempre que él consiga abatir la libertad y los derechos humanos.

Este general declara que prefiere la muerte de dos tercios antes que ver reinar al marxismo, es decir, antes de contemplar la llegada de un orden mejor, más justo y humano. Dejando de lado cualquier sentimiento de humanidad; ¿es esto nacional? ¿Qué partido tiene más derecho de hacerse llamar nacional? Me llamarán bolchevique, pero no puedo pronunciarme en favor del derecho en el conflicto entre el derecho y la fuerza.» (Thomas Mann. «España», 1936).

Palabras del escrito alemán Thomas Mann. De ideología liberal conservadora, escritas -en un texto mecanografiado que constaba de seis folios con el título de «España»- poco después del 18 de julio de 1936.

Texto escrito cuando se encontraba residiendo en Zurich, donde vivía exiliado de su país desde 1933 escapando de la Alemania nazi. Aunque sería a partir del mes de febrero de 1936, cuando se aceleraría su posición de enfrenamiento total contra Adolf Hitler y contra el fascismo.

El periódico comunista editado en Alicante, «NUESTRA BANDERA», publicaría diversos artículos de Thomas Mann, en los cuales además de ponerse al lado de la República española y se opondría con firme rotundidad a las tropas sublevadas encabezada por el general Franco, denunciando también, con firmeza la postura hipócrita y llena de la más absoluta indiferencia de las democracias europeas ante la manifestación del terror fascista implantada en España:

«Lo que viene sucediendo en este país desde hace meses constituye el escándalo más inmundo de la historia humana. ¿Pero es que el mundo no se da cuenta?».

Uno de los texto de Thomas Mann que publicaría «Nuestra Bandera» sería le correspondiente al 26 de octubre de 1937, titulado «Dios, Orden Público, Civilización,…»

https://amistadhispanosovietica.blogspot.com/2022/11/por-la-republica-espanola-y-denuncia-de.html?m=1

Foto. Marcha a pie homenaje campo Portaceli.

-Portaceli, el campo de concentración olvidado.

Miles de personas pasaron por el campo de concentración de Portaceli, en Valencia. Muchas no salieron de allí, otras fueron castigadas con el hambre y la violencia. Una marcha ha recordado el empeño de estas víctimas del franquismo y reclamado que no se extinga su recuerdo.

Finales de octubre de 1939. Miles de prisioneros republicanos, procedentes principalmente del Campo de Concentración de Albatera (Alicante), enfermos, cansados y famélicos, llegaban a la estación de tren de Bétera (Valencia), amontonados en vagones de ganado. Una vez allí los hicieron formar y comenzaron a caminar, por un estrecho camino que, después de nueve kilómetros de forzada marcha, los llevaría al edificio de un hospital a mitad construir donde les esperaba lo que fue durante cuatro años el Campo de Concentración de Portaceli. Allí, miles de republicanos fueron prisioneros al acabar la guerra en condiciones de tortura, hambre y muerte.

Ochenta y tres años después, el pasado 23 de octubre, alrededor de 200 personas recorrieron los nueve kilómetros que distan de la estación de Bétera al lugar donde se ubicó el campo de concentración de Portaceli, el actual hospital público para enfermos de larga duración Doctor Moliner, en plena Sierra Calderona, muy cerca del municipio de Serra.

Desde primera hora se podían ver en la estación numerosos grupos de activistas con banderas republicanas. Entre ellas algunos familiares de represaliados por el franquismo, como Vicenta Torres Gil, hija de José Torres, quien fue telegrafista y responsable de Acción Republicana. “Yo no me enteré de que mi padre estuvo preso hasta que tuve 14 años y hacía cinco que él había muerto”, relata, “no ha sido hasta ya adulta que me he podido interesar en saber la historia. No ha habido reparación, por eso está bien que se hagan estos actos”.

Juan y Carmen Catalá Mascarell son hijos de Bautista Catalá Penalva, quien también estuvo en este campo de concentración. Ellos tienen muchas lagunas en la historia de su padre y por eso han venido hoy. “No lo supimos por él, sino por su hermano José que estuvo con él en Portaceli. Ellos estuvieron juntos con el rector de la Universidad de Valencia, el doctor Peset Aleixandre en el campo de concentración cuando se lo llevaron a fusilar a Paterna, “se lo llevaron y ya no volvió, decía mi tío José”…

https://www.elsaltodiario.com/memoria-historica/marcha-portaceli-campo-represion-franquista-valencia

Foto. Generales golpistas.

-Franco y Queipo están fuera: ¿dónde están enterrados otros generales golpistas?

La ley de memoria obliga a que los restos de los dirigentes del golpe militar de 1936 contra la República no puedan estar en lugares «preeminentes de acceso público, distintos a un cementerio».

https://www.publico.es/politica/franco-queipo-fuera-enterrados-otros-generales-golpistas.html

Foto. Moscardó con la cúpula nazi.

-El Alcázar de Toledo, espacio público en el que Moscardó y Milans comparten cripta con falangistas y parte de la División Azul.

El sepulcro se construyó en 1944 por la Dirección General de Regiones Devastadas, y costó 120.000 pesetas. La fallida recuperación democrática del Alcázar de Toledo lo mantiene activo como santuario franquista en pleno siglo XXI.

https://www.eldiario.es/castilla-la-mancha/politica/alcazar-toledo-espacio-publico-moscardo-milans-comparten-cripta-falangistas-parte-division-azul_1_9681809.html?goal=0_10e11ebad6-b1886f08e5-64733153&mc_cid=b1886f08e5&mc_eid=741781b133

Foto. Queipo y sus arengas genocidas.

-Queipo de Llano, dos cacerolas y una mula vieja.

Los huesos de Queipo de Llano, ennegrecidos, envueltos en un manto apolillado, con su calavera desencajada por el tiempo, sus cuencas huecas y negras, su carne arrugada y gris, ya no están en la Macarena de Sevilla.

Forcejear y patalear no iba a servirles de nada; ni a las rojas, ni a las anarquistas, ni a los invertidos y afeminados, ni a nadie de quienes, por Dios y por España, Queipo de Llano se quitó de en medio en esos primeros meses de guerra civil. Imagino el terror con el que muchas casas andaluzas sintonizaron Radio Sevilla esos días, sabiendo que, si tocaban la puerta, si te cogían en la calle, si te señalaba algún vecino, lo que vendría después sería terrible y definitivo.

Las arengas radiofónicas de Queipo de Llano no son solo el testimonio sonoro de un militar sanguinario, sino el argumentario político sobre el que se cimentó el régimen franquista. Queipo de Llano no hablaba únicamente de cazar alimañas, de matar como a perros o degollar como cerdos, a granujas, traidoras, marxistas o maricones, no; también hablaba y mucho de embargar bienes, de pagar rentas, o de la importancia y valor de las “fuerzas cívicas” —falangistas, requetés— para la ejecución de sus planes. Queipo de Llano hablaba de la importancia del castigo ejemplar y público como forma de disciplinamiento, del miedo como la mejor de las estrategias políticas, y de la aniquilación sistemática del enemigo como única opción para la victoria. No fue el único. El general Mola, el de la afortunada muerte accidental en avioneta, también dejó claras las bases del régimen y las reglas del juego: “Es necesario crear una atmósfera de terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión, todo aquel que sea abierta o secretamente defensor del Frente Popular debe ser fusilado”.

Con tanto hablar de un muerto viejo se nos olvida que todos los vivos cuyo privilegio se sustenta sobre el franquismo, el saqueo y el robo, siguen aquí.

https://www.elsaltodiario.com/opinion/queipo-llano-dos-cacerolas-mula-vieja

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