Evdokia Zavali, soviética, «Frau Muerte Negra» para los nazis. Ciudadana honoraria de 8 ciudades europeas.

Foto. Evdokia Zavali.

Mujeres luchadoras y sabias

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Evdokia Zavali

Unión Soviética 1925 – 2010

Cuando la guerra llegó a la Unión Soviética, Zavali acababa de cumplir 15 años. Presentó numerosas solicitudes en la oficina de reclutamiento, pero fue rechazada en cada ocasión. Solo cuando el enemigo llegó a su pueblo natal de Novi Bug, Ucrania, fue aceptada en las filas de un destacamento del Ejército Rojo en retirada.

Empezó sirviendo como soldado sanitario, fue herida gravemente en el cruce del río Dnieper. Representantes de la Marina pasaron por su unidad buscando nuevos reclutas. Con su pelo corto, su casaca y sus pantalones, Zavali no destacaba entre el resto de los jóvenes soldados. Sus papeles decían “Sargento Mayor Zavali Evdok”, así que el oficial de la Marina asumió que era un hombre con el nombre de “Evdokim”. Zavali nunca lo corrigió, y media hora más tarde ya se dirigía al Cáucaso Norte para luchar como soldado de la infantería de marina.

Me las arreglé para ocultar mi verdadera identidad durante un año. Nadie sospechó nada…”.

Durante los combates en la estación de Krímskaia, en Kubán, la verdadera identidad del “Camarada Evdokim” finalmente salió a la luz. Cuando el comandante de la unidad murió y las fuerzas quedaron cercadas, Zavali tomó la iniciativa. Se puso de pie y dio una orden en voz alta: “¡Compañía! ¡Escuchen! ¡Adelante, vengan conmigo!” y dirigió el ataque. Una grave herida recibida en esa batalla finalmente desveló su secreto.

Para sorpresa de Zavali “Nadie dijo ni pío”. Como “Evdokim” ya había logrado ganarse una sólida reputación entre las tropas, al volver a casa, fue nombrada comandante de pelotón de una compañía de ametralladoras. Aquella pequeña y frágil mujer estaba ahora al mando de 500 hombres. Durante el transcurso de la operación a gran escala Kerch-Eltingen, en el otoño de 1943, en Crimea, su pelotón, bajo una lluvia de fuego enemigo, logró establecer un punto de apoyo y garantizar un desembarco seguro a fuerzas aerotransportadas. A esto le siguió una pesada pero heroica batalla por Sebastopol, Balaklava y Kerch.

Intimidados por los constantes ataques del pelotón de Zavali, los alemanes la apodaron “Frau Muerte Negra”.

En el asalto al estuario del Dniéster, cerca de Odessa, en agosto de 1944, Zavali recibió el impacto de una poderosa onda expansiva, perdiendo el conocimiento. Cuando volvió en sí, vio a alemanes caminando por el campo de batalla rematando a los soldados soviéticos heridos. “Sentí que se acercaban, contuve la respiración y de repente sentí un dolor agudo en una pierna. Uno de los fascistas la había perforado con una bayoneta para comprobar si estaba muerta. Por puro milagro, no me delaté y, al amanecer, cuando nuestros batallones habían despejado la costa occidental del estuario del Dniéster de tropas de Hitler, fui encontrada, desangrada casi hasta la muerte, por civiles locales”.

En febrero de 1945, durante la batalla de Budapest, el pelotón de Zavali, tras haber atravesado las repugnantes alcantarillas de la ciudad, capturó el búnker del mando alemán, cogiendo al enemigo por sorpresa. Sin embargo, reconocía que “Escondía siempre mis lágrimas bajo la tela impermeable de la tienda, para que nadie viera un signo de debilidad… simplemente no tenía derecho a ser débil, a temer. Pero sí tuve miedo… a las ratas… me aterrorizaban más que los alemanes, hambrientas, atacándote la cara por la noche, mordiéndote los pies.”

Caballero” de cuatro órdenes de batalla y decenas de medallas, Zavali se convirtió en ciudadana honoraria de ocho ciudades europeas.

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