Difundir las opiniones de los presos políticos.
Los presos políticos nos escriben y opinan sobre…
La guerra de Ucrania.
Cartas nº 14. Mayo 2022. 3 €.
En el catálogo de materiales. Y en las mesas de solidaridad con los presos políticos. Y todos los domingos a la mañana, en Tirso de Molina, Madrid.
-Una de las cartas de Israel Clemente.
Prisión de Mansilla de las Mulas
26 marzo 2022
Hola…
Antes de nada, quería compartir contigo unas pequeñas reflexiones sobre las tensiones en Asía Oriental que vinieron a quedar solapadas por la crisis militar en Ucrania, pero que ahí siguen:
Creo que no debemos perder de vista que China es quien se halla a la defensiva en el plano estratégico. No hay paridad de fuerzas navales con los EEUU, ni la va a haber todavía en unos cuentos años (2034 es una fecha clave en los planes chinos de fortalecimiento de sus capacidades defensivas). Los imperialistas estadounidenses tienden a exagerar las capacidades militares chinas para justificar su propio desmedido presupuesto militar. Insisten machaconamente en que la Armada China es la mayor del mundo, pero esta es una afirmación engañosa, por cuanto evita el entrar a analizar específicamente el tipo de buques puestos en servicio y el volumen total de toneladas métricas que desplazan.
Hoy en día, por ejemplo, China tiene en servicio un crucero propiamente dicho, al que se le pueden añadir tres destructores del “tipo 55” (otros tres más están en construcción), los cuales, con sus 12.000 toneladas de desplazamiento bien pueden ser considerados como cruceros. Pero el hecho cierto es que hoy en día los EEUU disponen de 24 cruceros y el Japón militarista de otros dos.
En cuanto a destructores, China cuenta aproximadamente con unos 40 (a los que hay que restarles los del “tipo 55” si los hacemos entrar en la categoría de cruceros), mientras que EEUU tienen 68, Japón otros 33 y Taiwán 4.
Por lo que respecta a las fragatas, China cuenta con 53, los EEUU con 21, Japón con 9, y Taiwán con 22. La República Popular China viene poniendo al servicio muchas corbetas (buques militares más pequeños), hasta 49.
Si nos fijamos en los portaaviones, los EEUU tienen 11, Japón 3, y China 2, de los que uno es apto únicamente para labores de entrenamiento y capacitación de tripulaciones aeronavales.
En mi opinión, las mayores deficiencias aeronavales chinas son hoy en día las siguientes:
1.- La marina de guerra china aún carece de sólidas capacidades antisubmarinas para poder operar lejos de sus costas, en aguas abiertas, con una voluntad de proyección oceánica. Su vulnerabilidad en ese campo se incrementa exponencialmente al alejarse de sus costas y tratar de rebasar los dos primeros círculos del cerco aeronaval estadounidense, las llamadas Primera y Segunda Cadenas de Islas. Esto lo reconocen los mismos militares yanquis en su Informe al Congreso de 2020 sobre las capacidades militares chinas.
2.- China aún debe desarrollar capacidades tecnológicas y operacionales para poder disponer de una efectiva “triada nuclear”, es decir, sistemas de lanzamiento de misiles con carga atómica desde tierra, mar y aire. La tercera “pata” de la triada, la capacidad de lanzamiento y adquisición efectiva de blancos desde aviones de bombardeo de largo alcance, es la que se halla menos desarrollada, y tiende a depender en exceso de la efectividad de un único sistema de armas cuya eficacia desciende más allá de la primera Cadena de islas. Específicamente, iría destinado a golpear objetivos en Japón, Filipinas y Guam. Necesitan mayor diversificación de sus sistemas de armas, en ese campo.
3.- Escasa capacidad de proyección de la fuerza de su aviación naval embarcada, reducida a la de dos portaaviones de 65.000-70.000 toneladas, lo que en la práctica la circunscribe a teatros de operaciones en los mares de China Meridional y de China Oriental.
El plan de rearme naval chino está concebido a medio-largo plazo y va dirigido a obtener una suerte de paridad estratégica con las capacidades estadounidenses. Cada año que pasa, la distancia que les separa en el ámbito naval militar se acorta más, por lo que van ganando peso los partidarios en el Pentágono y la Armada yanqui de cercenarlo de raíz, antes de que no puedan gozar de su actual superioridad de fuerzas estratégicas en un futuro enfrentamiento militar con China. O se resignan a una pérdida gradual y pacífica de su hegemonía militar u optan por imponerse por la fuerza cuando aún gozan de ventaja estratégica. Cualquier opción conlleva sus riesgos y, en el plano histórico, el tiempo corre en contra de Washington.
Bueno, prometo no dar más la matraca con este tema, al menos por un tiempo. Al fin y al cabo, la “actualidad” se impone, lo que me lleva a pedirte que me envíes lo referente al comunicado del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa de ayer mismo (25 de marzo) en el que habla del desarrollo de su operación militar en Ucrania y marca objetivos y prioridades. Lo podrás encontrar en los medios rusos.
A medida que pasan los días, se va desvaneciendo la espesa niebla que los grandes monopolios de desinformación occidentales nos habían puesto ante los ojos y la realidad comienza a perfilarse a pesar de su intoxicación masiva. Incautos teleespectadores y radioyentes en toda Europa Occidental vienen siendo víctimas de una campaña insidiosa de terrorismo informativo y propaganda de guerra destinada a la demonización de Rusia y de sus legítimos motivos para intervenir militarmente en Ucrania. Al mismo tiempo, nos martillean con una constante glorificación del épico y resistente régimen ucraniano, paradigma de la democracia y los valores humanistas. El mismo régimen que viene cometiendo atroces crímenes de guerra desde 2014 que, ensalza a los colaboradores del nazismo, ilegaliza a decenas de partidos, sindicatos obreros, asociaciones memorialistas, y a todo lo que huela a antifascismo y socialismo. ¿Cuántos militares antifascistas han sido asesinados o desaparecidos en la Ucrania neofascista desde 2014? Por no hablar de la caza de brujas desatada actualmente contra todo aquél que discrepe lo más mínimo del régimen de Kiev y no abrace su discurso anticomunista y rusófobo, furiosamente proimperialista.
En este sentido, si la Federación Rusa tiene una verdadera voluntad de acometer en su integridad las tareas inaplazables de DESNAZIFICACIÓN y DESMILITARIZACIÓN de Ucrania, que exceden ampliamente en su magnitud a las fuerzas militares actualmente disponibles sobre el terreno, bien haría en apoyar y armar a aquellos ucranianos antifascistas y verdaderos patriotas opuestos al actual régimen banderista de Kiev para que ellos mismos lo combatan allí donde sea posible y aceleren su crisis política. Esta sería una excelente forma de devolverle al Occidente imperialista su propia medicina desestabilizadora en forma de guerra híbrida y de guerrillas. Al este del Dniéper esta opción tiene mayores posibilidades de éxito, si es que en estos últimos terribles ocho años de continua represión ejercida por los neofascistas y OTANistas han dejado allí a alguien vivo capaz de levantar ahora la bandera.
…/… Recibe un fuerte abrazo cargado de Resistencia. Hasta pronto.
¡Por el Comunismo! ¡Venceremos!
I.C.L.