«La montaña es algo más que una inmensa estepa verde», de Omar Cabezas. ‘¿Rendirse y claudicar?. Es mentira, el hombre nuevo siempre puede dar más’.

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Alientos de lucha

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La montaña es algo más que una inmensa estepa verde

Omar Cabezas

(Nicaragua 1950)

…llega un momento en que Tello se da cuenta que por ahí no vamos nosotros, que estamos encachimbados, que estamos armados y nos está tratando como niños; además, se da una cuestión bastante tirante porque estábamos hablando con argumentos de fondo, estamos cuestionándolo a él… y él está furioso pero no aceptamos ese tipo de cosas. Se aparta un momento…, creo que ahí lloró Tello, no recuerdo bien. Se apartó solo, andaba René Vivas con él, que igual que nosotros se venía cayendo con el peso del maíz. Allá al rato vuelve con nosotros y nos dice, con un tono suave, persuasivo que adoptaba a veces, cuando él quería: -Compañeros, –dice–, ustedes han oído hablar del hombre nuevo, –nosotros nos quedamos viendo… -¿Y ustedes saben dónde está el hombre nuevo…? El hombre nuevo está en el futuro, pues es el que queremos formar con la nueva sociedad, cuando triunfe la revolución… –Y nos quedó viendo… -No hermanos, –dice: -¿Saben adónde está…? Está allá en el borde, en la punta del cerro que estamos subiendo… está allá, agárrenlo, encuéntrenlo, búsquenlo, consíganlo. El hombre nuevo está más allá de donde está el hombre normal. El hombre nuevo está más allá del cansancio de las piernas… El hombre nuevo está más allá del cansancio de los pulmones.

El hombre nuevo está más allá del hambre, más allá de la lluvia, más allá de los zancudos, más allá de la soledad. El hombre nuevo está ahí, en el plusesfuerzo. Está ahí donde el hombre normal empieza a dar más que el hombre normal. Donde el hombre empieza a dar más que el común de los hombres. Cuando el hombre empieza a olvidarse de su cansancio, a olvidarse de él, cuando se empieza a negar a él mismo… Ahí está el hombre nuevo. Entonces, si están cansados, si están rendidos, olvídense de eso, suban el cerro y cuando lleguen allí ustedes van a tener un pedacito del hombre nuevo. El hombre nuevo lo vamos a comenzar a formar aquí. Aquí se empieza a formar el hombre nuevo, porque el Frente tiene que ser una organización de hombres nuevos que cuando triunfen puedan generar una sociedad de hombres nuevos… Así que si no son teorías y en realidad quieren ser hombres nuevos, alcáncenlo… ¡Hijueputa! y nos quedamos viendo toditos… Nos quedamos viendo ¡a la gran puta!, ése es el hombre nuevo. (…) Nos quedamos viendo, convencidos de que Tello tenía razón. Nos entró por el lado flaco el jodido. Porque todos nosotros queríamos ser como el Che, o como Julio Buitrago, como Rigoberto. Entonces nos ponemos las mochilas, nos arrecostamos a las mochilas, nos pasamos los bambadores por los hombros, nos quedamos viendo y nos dijimos: ese hijueputa hombre nuevo nosotros lo agarramos a yerga hoy. Y empezamos a subir.

Mirá cómo a veces el no estar claro de las cosas te lleva a rendirte ante las primeras manifestaciones de cansancio, o claudicar ante las primeras dificultades. Es mentira, el hombre siempre puede dar un poco más, solo cuando el hombre se desmaya o se muere, pero mientras esté consciente todavía y está de pie y no se cae, el hombre siempre puede dar más, y eso es aplicable a todas las actividades y a toda la conducta en todas las esferas de la actividad social.”.

Foto. Omar Cabezas.

Sobre el autor:

En 1974 se incorporó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y a la lucha guerrillera contra la dictadura somocista. En 1979 entró victorioso en Managua como comandante guerrillero. En 1982 recibió el premio literario Casa de las Américas por La montaña es algo más que una inmensa estepa verde, su primer libro, al que seguiría Canción de amor para los hombres, su segunda gran obra.

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