Carta de Carmen Villalba, prisionera comunista paraguaya con detención ilegal e ilegítima. A un año de la desaparición forzada de su hija Lichita.

Foto. Carmen Villalba, presa política.

Internacional:

Paraguay

-Desde la prisión, carta abierta de la luchadora revolucionaria Carmen Villalba, preguntando: «¿Dónde está Lichita?»

Resumen Latinoamericano, 29 de noviembre de 2021.

A 11 años y 7 meses del asesinato impune y silenciado de mi hijo Néstor, asesinado a sus 12 añitos. A un año de la desaparición forzada de mi hija Lichita.

A un año de la desaparición forzada de mi hija Carmen Elizabeth «Lichita» Oviedo Villalba y hoy el Estado silencia e impide su búsqueda.

Lichita, mi indiecita irrevente, donde estás?. Silencios, indiferencias, claudicaciones no toquen a mi puerta.

Hoy la contienda nos necesita con la palabra, la pluma y el hacer certero de la lucha, con la mente clara aunque se desangre mi corazón».

Este 30 de noviembre se cumple un año de la desaparición forzada de Lichita y el gobierno del fascista e infanticida Mario Abdo Benítez ha operado personalmente en coordinación con altos funcionarixs de los órganos represivos, fiscalía, poder judicial, para impedir su búsqueda.

Detuvo y expulsó ilegalmente a una delegación humanitaria de militantes que buscó contribuir con la búsqueda de Lichita.

Inventó causas a integrantes de la delegación, todo a modo de impedir que se esclarezca la desaparición forzada de Lichita.

Fiel a su linaje oligárquico, nacido en cuna de oro en las entrañas de la dictadura como hijo del otrora secretario privado del dictador Strossner. Una de las más sangrientas dictaduras de nuestra América, sostenido por el actual partido de gobierno/ FFAA por 35 años.

Ha desempolvado viejos métodos puestos en vigencia perfeccionados con lo exportado de colombia e Israel, dos estados que implementan el terrorismo de Estado, como la ejecución extrajudicial, la desaparición forzada, con el agravante de que ahora implementan contra niñxs.

La burguesía posee una clara consciencia de clase y compulsión criminal, no tiene reparos para torcer y violentar su propia ley, en aras de asegurar mayor ganancias para el capital, agrabando las condiciones de explotación y miseria de las grandes mayorías.

No tiene escrúpulos para desplegar su maquinaria de muerte aunque tenga que arremeter contra niñxs.

La oligarquía paraguaya no necesita excusas para desplegar su maquinaria de guerra de clase.

Mi hijo Nestito (de 12 años) no estuvo en zona rural cuando fue asesinado, sino, tuvo que huir hacia el exilio para proteger su vida del sistemático hostigamiento policial, pero igual fue asesinado camino a su escuela, quedando impune y silenciado.

Carmen Elizabeth «Lichita», una niña de 14 años, nació en prisión, a los 6 años tuvo que marcharse al exilio, hoy está desaparecida en un territorio ocupado y dominado por las Fuerzas de Tarea Conjunta.

Herida en una pierna, con un resfilón en la cabeza, sin comida y agua se desplazaba gateando por la dificultad de caminar. En ese estado se la llevaron los militares, testimonian pobladores del cerro guazú.

Hace un año viene haciendo el esfuerzo un grupo de compañerxs y organizaciones políticas y de derechos humanos de Argentina y Paraguay, para buscar y saber qué ha pasado con Lichita.

El Estado paraguayo ha pisoteado sistemáticamente las recomendaciones del Comité de Desaparición forzada de NNUU, donde se sustancia una denuncia por la desaparición forzada de Lichita.

El Estado fascista implementa el asesinato de mis hijxs, el prolongamiento ilegal e ilegítimo de mi prisión, como escarmiento y disciplinamiento ejemplificante para desalentar a quienes se disponen a luchar contra su explotación.

Éstos últimos años se ha incrementado la persecución, tratando de armar causas judiciales con montajes o construiendo escenarios de revueltas entre presas.

Sólo mi conciencia comunista me ha llevado hasta ahora a enfrentar y resistir el ataque sistemático e implacable del oprobioso régimen fascista, capitalista y patriarcal, que busca arrancar y destruir mi convicción y compromiso revolucionario comunista que orgullosa encarno.

Como decía mi Lichita en sus muy duros momentos a pesar de su corta edad, «no es opción dejarse morir». Hoy retomo las palabras de mi valiente hijita y digo, no es una opción claudicar, no es opción transigir, pese a que hacen miserable mi vida.

Por que la historia nos demuestra que el capitalismo es solo una forma de relación. Como decía Newton, «nada es eterno, excepto el movimiento y la materia».

Ya vendrán los días luminosos donde la clase obrera y campesina recobre su dignidad humana y tenga que trabajar para vivir, y no vivir para trabajar, esclavizado al capital.

Sin lucha no hay victorias, y requiere su cuota. Es responsabilidad de los revolucionarios comunistas impedir el asesinato de quienes abrazamos la lucha y resistimos las más brutales arremetidas de la burguesía pese a estar en prisión.

Foto. Lichita.

Hoy, después de más de 18 años de prisión, la desaparición forzada de mi hija Lichita me ha puesto en posición de resistencia a una muerte a cuenta gotas.

Lichita escribió en su diario, es lo último que supe de mi hijita, hallado en el lugar desde donde desapareció: » No hay buenas noticias, tengo esperanzas, si consigo agua y resisto, algún día me encontrarán». » Hoy es 1 de diciembre, bello mes de estar contigo, me siento mal, intento superar, hace días que no vienen y no tengo qué comer».

Todas sus palabras en ese duro momento de soledad absoluta, sin comida, sin agua, herida y sin poder desplazarse más que gateando, como cuando era bebé, las dirigió a su madre.

Donde decía que ojalá esté orgullosa de ella. Estaré orgullosa de mi valiente y heroica niña, su martirio me obliga a sacudirme del dolor, a resistir y seguir en lucha hasta el final.

Hoy miro impávida cómo asesinan y desaparecen a mis hijxs, mis sobrinas, y no me resignaré a ésta sangría, por eso lucho a brazo partido desde mi prisión con un grupo de organizaciones y compañerxs desde la campaña internacional ¿Dónde está Lichita?.

La desaparición de Lichita, el asesinato de nuestra niñez debe indignar a cualquier persona con humanidad y espíritu democrático, debe interpelar a lxs luchadores y revolucionarixs que miran con indiferencia mi sangría como algo ajeno a su realidad, algo que jamás le podrá tocar.

Olvidan que la burguesía está perfeccionando sus métodos fascistas para viabilizar la explotación. Tiene proyecciones en seguir dominando y aplastando por otros 100 años más.

Abrazada a mi hijo asesinado y a mi hija desaparecida seguiré en esta senda de lucha resistente, esperando a los revolucionarios de nuestra América sacudirse de su letargo y larga y puedan extender sus brazos solidarios para sumar esfuerzos en esta titánica tarea.

Carmen Villalba

*Prisionera comunista con detención ilegal e ilegítima.

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