Recuperando materiales. Sobre el asesinato el 5/12/82 de Juan Martín Luna: Crónica del 1.er aniversario; Es Nochevieja Octavio y mañana… ¡VENSEREMOS!

Dibujo. Martín Luna.

Recuperando documentos:

*Juan Martín Luna, asesinado en Barcelona el 5 de diciembre de 1982.

-Crónica del 1.er aniversario de Juan Martín Luna

Crónica aniversario Martín Luna. Texto.

He aquí la parte interior de una de las tarjetas editadas por las AFAPP como recuerdo y denuncia del asesinato de Juan Martín Luna.

El 5 de Diciembre pasado se conmemoraba el primer aniversario del asesinato de Martín Luna. En toda España y muy particularmente en Cádiz la AFAPP (Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos) nos volcamos en celebrar el aniversario del revolucionario gaditano asesinado.

Tanto en el Puerto de Santa María como en Cádiz comenzamos la campaña del aniversario con pintadas (“I Aniversario del asesinato de Martín Luna. Hermano, nosotros no olvidamos”, “Juan Martín Luna semilla de libertad”, “Martín Luna héroe del pueblo”, etc.) y con grandes carteles murales que pegamos por las calles gaditanas y portuenses, donde se recordaba el primer aniversario y cómo la policía fascista, a las órdenes del P. “S”.“O”.E. le aplicó la ley de fugas.

A su vez hicimos una octavilla donde se relataba su biografía y donde se llamaba al pueblo a participar en una manifestación que se celebró el día 8 de Diciembre en Cádiz. La manifestación partió del barrio obrero del Cerro del Moro, barrio de Martín Luna, donde un compañero de AFAPP dio un mitin que resaltaba la entrega a lo largo de la vida de Martín Luna a la causa revolucionaria. La manifestación partió en dirección hacia el cementerio y a los diez minutos de recorrido los “antidisturbios”; se interpusieron cortándola e “invitaron”; a que la manifestación se disolviese alegando que ésta era ilegal. El despliegue policial era enorme y ya desde primeras horas de la mañana se podía notar este gran despliegue tratando de crear el pánico entre el pueblo. La manifestación se disolvió y poco después nos reunimos en otra calle y desde allí llegamos hasta el cementerio en manifestación. Una vez en el cementerio y delante de la lápida de Martín Luna cantamos la Internacional. La manifestación iba precedida por una pancarta con el texto: “TE QUISIERON ARRANCAR DE NOSOTROS Y TE HAN FUNDIDO EN NUESTRO PECHO COMPAÑERO DEL ALMA, COMPAÑERO”; y con la bandera de la República Popular y una bandera roja, ambas con crespones negros. Las banderas al finalizar el acto se colgaron junto a su lápida. Al final de la manifestación se repartió un boletín especial que AFAPP de Cádiz había editado en homenaje. A la manifestación asistieron unas 250 personas.

El ambiente popular fue bastante animado tanto cuando repartíamos las octavillas como cuando pegábamos los carteles o hacíamos las pintadas.

Las 250 personas que asistieron la valoramos como un buen número teniendo en cuenta que días antes el PSOE había sacado en el Parlamento una nueva ley antiterrorista donde recalcaba que la represión sería aún más fuerte hacia lo que ellos llaman “apología del terrorismo”; y además el gran despliegue policial que desde muy temprano se podía observar por las calles gaditanas.

Algunas organizaciones (ecologistas, Mujeres del Puerto, etc.), manifestaron a AFAPP sus deseos de haber participado en la organización del primer aniversario de Martín Luna alegando que el conmemorar la caída de un revolucionario no debe ser exclusiva de AFAPP sino de todo el pueblo. Esto refleja cómo está el ambiente por aquí y lo mucho que es querido y respetado Martín Luna por su pueblo.

Otra muestra de este cariño popular es el hecho de que mientras el ayuntamiento de Cádiz ha borrado todas las pintadas y arrancado todos los carteles de la ciudad, aún no ha podido hacerlo en el Cerro del Moro ya que las veces que lo han intentado (al menos dos) fue impedido por la gente del barrio, llegándose incluso a expulsar las ‘avias’ de la policía que venían para quitarlo. Como decía una mujer del barrio: “…si quieren quitarlo tendrán que venir por la noche cuando estemos durmiendo…”.

Hoy, a más de un mes, siguen las pintadas y los carteles.

En otros puntos de España, AFAPP ha celebrado también el aniversario con pintadas y octavillas.

Publicado en el Gaceta Roja n. 122, de febrero 1984.

Foto. Martín Luna y su hijo.

-Es Nochevieja Octavio y mañana… ¡VENSEREMOS!

Este relato forma parte de la colección ‘AYER, HOY, SIEMPRE’ escrita por las presas políticas de los GRAPO y PCE(r) encarceladas en Yeserías.

Publicado en el Gaceta Roja nº 122.

Tú todavía ríes cuando estás contento y lloras cuando te has hecho daño, cuando estás triste; aún no sabes que también hay lágrimas de alegría y risas que son llantos, como las de hoy, como las de esta Nochevieja en la que todos reímos… reímos como nunca lo habíamos hecho y es que quizás nunca habíamos llorado tanto por dentro, como si quisiéramos ahogar entre risas ese grito de rabia que pugna por salir de nuestras gargantas, como si quisiéramos disimular ese dolor que nos roe las entrañas desde hace tres semanas… A pesar de la gélidas noches madrileñas, hemos abierto las ventanas ¿No nos oyes, Octavio? Asómate tú también, escucha atentamente ¿ves? esos cantos que suenan a lo lejos son los nuestros, algunos ya los conoces, papá los tarareaba a menudo y tú los ibas aprendiendo poco a poco, aunque no entendías por qué sólo los podías cantar en casa, si cuando estabas en Cádiz los cantabas a gritos por el barrio con otros chavales…

…Desde aquella noche que él se presentó de improviso en el barrio a recogeros a ti y a mama, se te fue haciendo muy difícil entender algunas cosas. Hasta entonces, todo había sido muy claro: papá estaba en la cárcel, mamá te llevaba de vez en cuando a visitarle y él te explicaba que saldría cuando hubiera muchas manifestaciones, cuando mucha, mucha gente junta pidiera a gritos y a pedradas que se abrieran las puertas de las cárceles. Por eso tú querías ir siempre a las manifestaciones, en primera fila…

Sabías ya tantas cosas a tus cuatro años… y sin embargo, no comprendías por qué teníais que iros de Cádiz, dejar el barrio, los abuelos, la panda… pero, para qué os marchabais si en cuanto te enteraste que papá y otros tíos, sin esperar a lo de las manifestaciones, habían hecho un agujero muy grande y se habían escapado, se lo dijiste a tus amigos y os pusisteis a buscar escondrijos para ellos y ya habíais encontrado uno, uno no, tres; si ya lo teníais todo preparado y era seguro que allí no lo iban a encontrar… mientras el tren devoraba kilómetros, papá te explicaba que él también había encontrado un escondite seguro, que ibais a vivir en una ciudad muy grande, en un barrio con muchos niños, que no te preocuparas, que te compraría nuevos juguetes y que, entonces acabó por convencerte, en Barcelona también había mar y un puerto más grande que el de Cádiz, con muchos barcos, grandes y pequeños, barcos de guerra, barcos de pesca… ¡ah, los barcos! ¡eso sí que te gustaba!… …Hasta que llegó ese día, Barcelona se había vestido de primavera, pero ¡qué lejos llegaba el puerto! Primero el autobús, luego el metro y ¡por fin!… tus ojos desorbitados no daban abasto, había tantos, tantos barcos que era imposible verlos todos, se perdían, se confundían con el mar… y papá te fue explicando para qué servían cada uno de ellos…

te enseñó que los barcos no sólo eran diferentes porque unos llevaran camiones, otros petróleo y otros vinieran cargados de pescado, no, los barcos también se distinguían por las banderas, esas que llevan en el palo más alto y por eso las caras de los marineros eran también diferentes. ¿Te acuerdas?… aquellos del barco que tenía una bandera que habías visto en las manifestaciones, paseaban tranquilos, confiados, con la fuerza del pasado y la seguridad del futuro reflejadas en su rostro, y aquellos tan jóvenes que iban en pandilla, cantando y alborotando, aquellos que te hicieron un guiño cuando pasaron a tu lado, los que tú creías que eran de aquí porque entendías lo que hablaban y papá te explicó que no, que era del barco que llevaba una bandera de rayas blancas y azules y un triángulo rojo con una estrella, que ese barco venía de una isla que estaba muy lejos, una isla donde todos los niños cantaban en la escuela, en el parque, en la calle, las canciones que tú sólo podías cantar en casa… ¡Qué pronto llegó la noche! Y ni siquiera habíais podido recorrer la mitad del puerto, otro día volveríais; y a partir de esa tarde solo tenías una obsesión: que papá buscara otro piso, uno que estuviera más cerca del puerto, al lado, para ir todos los días… y de nuevo no entendías, no comprendías que papá se negara, que intentara convencerte de que era mejor vivir en esos barrios que quedan tan lejos… y es que tú entonces no sabías, no podías saber, que unas manos feroces habían escrito el nombre de tu padre en una lista fatal, que no pararían hasta tacharlo… eran las mismas manos cobardes que cuando tenías unos meses te volteaban, te agarraban por los pies y te sacudían delante de él para obligarle a firmar una declaración… Las mismas que hace unos días querían llevarte, bajo el cínico pretexto de “protegerte”, para que ya no supieras distinguir los barcos y las banderas, para que olvidaras las canciones, las caricias y los juegos con papá, para que no fuera creciendo tu decidido ta-ta-ta-ta ¡infames! ¿acaso no saben que te sobra protección, que además de mamá, de los abuelos, de los tíos, del barrio entero, estamos nosotros, todos nosotros, están los obreros, los antiguos compañeros de tu padre, los que le han dado su protección, su apoyo, su cobijo en estos últimos años…

Es Nochevieja Octavio y nosotras seguimos cantando, seguimos riendo o llorando por dentro, como quieras cantamos y reímos porque estamos seguras que no ha de tardar en hacerse realidad la breve misiva de caligrafía anónima pero de ortografía inconfundible que de vez en cuando llegaba:

¡VENSEREMOS! Sí, ¡Venceremos! Y entonces, cuando la noche ya no sea vieja, cuando los días y el tiempo sean nuevos, iremos a buscarte, pasearemos juntos por el puerto, contemplaremos los viejos barcos con banderas recién estrenadas, charlaremos con los marineros, les enseñaremos nuestras canciones… y llevaremos flores, muchas flores al último y definitivo escondite de papá.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.