La causa digna y justa de Antonio Machado que es la nuestra / Arkady Samoilovich Schaijet, fotografías históricas / Sergei Mikhailovich Eisenstein, películas históricas.

Cartel. Frase y foto de Antonio Machado.

Repasando la historia:

-Antonio Machado

«Yo no me hubiera marchado; estoy viejo y enfermo. Pero quería luchar al lado vuestro. Quería terminar una vida que he llevado dignamente, muriendo con dignidad. Y esto sólo podría conseguirlo cayendo a vuestro lado, luchando por la causa justa como vosotros lo hacéis».

Foto. Arkady Schaijet.

-Arkady Samoilovich Schaijet

“Hoy necesitamos la verdad, no la fachada, sino lo cotidiano… Queremos ver al obrero y al campesino tal y como son, sin los adornos de bellas apariencias.” Arkady Schaijet.

En 1898, en el seno de una familia humilde, nació Abram Schoijet en la localidad de Nikoláiev (Rusia). Ni él, ni ninguno de sus hermanos, lograron acabar la educación básica. A los doce años, el joven Abram ingresó a trabajar en una fábrica. Los acontecimientos mundiales cambiarían su destino, la Primera Guerra Mundial (1914), la Revolución de Octubre (1917), la Guerra Civil rusa (1917 – 1922), en todas ellas participó y al llegar la paz se fue a vivir a Moscú.

Es justamente en esa época en la que empezó a utilizar el nombre de Arkady Schaijet, como lo hicieron muchas personas de origen judío que se adhirieron a las posiciones del ateísmo militante.

Su primera experiencia con el mundo de la fotografía la realizó como ayudante en el fotoestudio “Rembrandt”, donde conoció al periodista Dimitri Brazuil quien le aconsejó publicar su trabajo en “El periódico obrero” y en la revista “El proletario moscovita”.

Sus fotos pronto aparecieron en las publicaciones más prestigiosas de la prensa soviética, en particular en el órgano principal del movimiento revolucionario de fotógrafos: “Soviétskoie foto”.

De este período data sus notables fotorreportajes de las manifestaciones del Primero de Mayo, el funeral de Lenin y el pleno del V Congreso de la Internacional Comunista.

Foto. «La lámpara de Iich». (ancianos se quedan maravillados ante una bombilla)

A partir de 1925, su colaboración con la revista “Flama” (Ogoniok) le otorgó más posibilidades creativas, entre las que se incluyen obras célebres como “La lámpara de Ilich” y sus retratos de Clara Zetkin. Seis años después, en 1931, él tomó parte en la exposición que los fotógrafos de “Flama” realizaron en Londres que tuvo excelente acogida por los críticos.

En las décadas siguientes, hasta su fallecimiento, su labor lo afincó como uno de los innovadores en el campo de la fotografía tanto en el aspecto técnico como estético, capturando momentos que incluyen la colectivización, los primeros planes quinquenales, la guerra contra el fascismo.

Murió en 1959 en Moscú producto de una dolencia cardíaca, previamente había sufrido tres infartos, pero nunca dejó el trabajo y poco antes de morir fue honrado con un diploma por los 40 años del arte fotográfico soviético.

Su creación transmite la cotidianidad en el marco de un período épico de transformaciones históricas. Las escenas de la vida de obreros y campesinos son capturadas sin aditamentos, aunque al hacerlo, Schaijet los coloca como el centro del movimiento histórico, héroes de una epopeya revolucionaria.

*Obras fotográficas:

https://maestrosdelrealismosocialista.wordpress.com/2017/02/19/arkady-samoilovich-schaijet/

Foto. Serguei Eisenstein.

-Sergei Mikhailovich Eisenstein

Nació en Riga, Letonia, en 1898, y murió en 1948, en Moscú, Rusia. Su padre era un arquitecto judío de origen alemán y su madre de ascendencia rusa perteneciente a la gran burguesía. Estudió arquitectura y bellas artes y se enroló en las milicias populares para participar en la Revolución de Octubre de 1917. Desde muy pronto se unió al mundo del espectáculo haciendo decorados y dirigiendo e interpretando teatro para los soldados. En 1920 ingresó en el Teatro Obrero y poco después fue nombrado su director. Se apartó del teatro cuando vio las excelencias del cine al rodar el largo La huelga (Stachka, 1924). Mientras la rodaba le encargaron una película conmemorativa de los orígenes de la revolución y acabó haciendo su obra maestra El acorazado Potemkin, la película sobre la que más se ha escrito de toda la Historia del Cine.

En 1925 pudo poner en práctica sus teorías en su primera gran obra,“La Huelga”, aunque él mismo consideró que había fracasado a la hora de hacer fluir las emociones de los espectadores, y que era demasiado teatral. Se incautó de la única copia que había de la película, y no se pudo volver a distribuir hasta después de su muerte, aunque la película llegó a ser exhibida en Occidente, y obtuvo el premio en la Exposición de París en 1925.

Pero será su siguiente película, “El acorazado Potemkin”, la que dará a conocer su nombre en todo el mundo. Según Eisenstein, el guión de la película, de Nina Agadzhanova-Shutko, fue escrito para una película en ocho episodios, 1905, que comenzó a rodarse en Leningrado y pensaba contar los sucesos de la Huelga General. Tuvieron que abandonar el rodaje por el mal tiempo, y se dirigieron a Odessa a rodar el capítulo dedicado al motín del Potemkin. Decidió entonces Eisenstein centrar la película en ese episodio, y abandonó su proyecto de 1905. Cuando llegaron a Odessa, buscó a los supervivientes de la masacre, e incluso localizó los dibujos de un francés que había sido testigo de lo ocurrido. Reescribió el guión y realizó diversos títulos para dirigir la acción. Aunque los medios eran pocos, gracias a una serie de experimentos técnicos obtuvieron resultados asombrosos: pantallas reflectantes, fotografía desenfocada, plataformas móviles entre otros. Eisenstein erige su película en 1.290 planos, combinados con genial maestría mediante un montaje rítmico. Los movimientos de cámara son escasísimos, sólo realiza varios travellings, porque los considera innecesarios, ya que el movimiento está determinado por la acción y por el montaje. Destaca la escena de la escalinata, con 170 planos, en la que el pueblo es brutalmente agredido por las fuerzas zaristas, donde crea un tempo artificial, que hace que la secuencia dure casi 6 minutos. Prescindirá de simbolismos intelectuales, y con una espléndida fotografía, en la que la masa se convertirá en la auténtica protagonista de la obra, acabará por ser considerada la primera obra maestra del cine soviético.

Sus ensayos literarios cinematográficos y sus dotes como orador, teniendo en cuenta que hablaba alemán, inglés y francés, hizo que ejerciera una gran influencia sobre la teoría cinematográfica en la época.

Tras esta gran película que marcará toda la historia del cine, realizará dos trabajos más, “Octubre”, donde narra los sucesos de la revolución de 1917, y “La línea general” (también conocida como «Lo viejo y lo nuevo»), película sobre la reforma agraria, aunque de esta última, por los cambios en la colectividad agraria en la Unión Soviética tuvo que cambiar su guión en varias ocasiones. En estas dos obras, volverá a experimentar con un nuevo lenguaje a través de las imágenes, pero por su complejidad no llegarán a ser muy bien comprendidas en su época.

Eisenstein viajó a Europa en 1930 para investigar sobre el sonido, campo que en la Unión Soviética tardaron bastante en desarrollar. Un directivo de la empresa cinematográfica Paramount viajó hasta París y convenció a Eisenstein a firmar un contrato para rodar en Hollywood, donde llegaría a cobrar hasta 900 dólares a la semana. Fue recibido en Nueva York como un genio, pero pronto se dedicaría a dar conferencias en las Universidades de Columbia y Harvard. Poco antes de marcharse para Hollywood, se estrenó en un cine de Arte y Ensayo de Nueva York su película “La línea general”, y los directivos de la Paramount Pictures se pusieron bastante nerviosos al ver sus ideas sobre la colectivización y el comunismo. Al entrar en los Estados Unidos, tuvo que jurar respeto a la Constitución estadounidense, pero sufrió distintas presiones para que no usara su gorra típica y para que no llevara barba. Cuando le presentaron a las diversas estrellas de Hollywood, se mostró distante, excepto cuando conoció a Charles Chaplin y a Coleen Moore.

Cuando escribió su primer guión para la Paramount, Sutter’s Gold, fue rechazado, entre otros motivos porque el Mayor Frank Pease, de tendencias fascistas, lanzó un panfleto titulado Eisenstein, el mensajero del infierno en Hollywood y entre otras cosas le llamaba perro rojo y le acusaba de todas las barbaridades, fueran reales o no, cometidas por los bolcheviques en Rusia. La Paramount no quería renunciar todavía a Eisenstein y le encargó otro guión, que se titularía An American Tragedy, adaptación de una obra de Theodor Dreiser y trataba sobre la justicia americana en un juicio por asesinato, y con el que la productora quedó encantada. El problema fue que el Comité Fish, antecesor al Comité de Actividades Antiamericanas, estaba actuando contra las actividades comunistas en California, y contra la idea de llevar esa novela al cine. Todo esto hizo que finalmente la Paramount rompiera su contrato con Eisenstein.

Eisenstein no pudo filmar nada en Hollywood y se dirigió a México, donde inició el desastroso proyecto de dirigir una película mexicana. Comenzó a rodar ¡Que viva México! (1931). Cuando llevaba rodados más de 50.000 metros, según Eisenstein, lo mejor que había rodado nunca, se ordenó parar la producción, por lo que el director debió volver a Moscú. La película quedó inacabada, siendo objeto de varios montajes nunca realizados por él. Su figura y estilo de montaje tuvo una decisiva influencia sobre el cine mexicano de la década de los cuarenta.

En Moscú, el director se dedicó a la enseñanza y a escribir libros para dejar su experiencia escrita.

Dirigió otra película, El prado de Bezhin (Bezhin Lug, 1937), sobre un cuento de Ivan Turguéniev, inacabada y que no se vio jamás. Queda de ella una reconstrucción montada con fragmentos conservados por Eisenstein.

No se desanimó y realizó Alexander Nevsky (Aleksandr Nevskii) en 1938, su primera película sonora, una epopeya patriótica que relataba la lucha de los rusos contra los caballeros teutónicos en el siglo XI. Con ella ganó el premio Stalin y le concedieron la Orden de Lenin.

En 1944 terminó la primera parte de Iván el Terrible (Iván Grosny), que contaba la ascensión al trono y traición sufrida por Iván IV, un zar del siglo XVI. Finalmente, en 1946, la noche en que terminó el montaje de La conjura de los Boyardos, segunda parte de Iván el Terrible, que contaba la venganza de Iván, Eisenstein sufrió un grave infarto. Vivió dos años más y nunca consiguió hacer la tercera parte.

*Filmografía:

  • El diario de Glumov (1923)
  • La huelga (1924)
  • El acorazado Potemkin (1925)
  • Octubre (1927)
  • La línea general (1929)
  • ¡Que viva México! (inacabada) (1930-1932)
  • El prado de Bezhin (inacabada) (1935-1937)
  • Alexander Nevsky (1938)
  • Iván el Terrible (1943-1945)
  • Iván el Terrible, segunda parte: la conjura de los Boyardos (1948-1958)
  • Iván el Terrible, tercera parte (inacabada)

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