Piden 4 años prisión a Valtònyc por ‘delito odio a la G.C’ / Pablo Hasél: Fuego efímero, poema / G.C. violadores / Documental, ‘Gustavo, la Transición al descubierto’ / Museo unilateral de “Víctimas del terrorismo”.

Foto. Valtònyc, en Bélgica.

Muro de solidaridad y denuncias:

Represión a la libertad de expresión:

-La fiscalía pide ahora 4 años de prisión a Valtònyc por un delito de odio contra la Guardia Civil por el contenido de sus canciones.

La fiscalia de Sevilla ha demanat 4 anys de presó el raper mallorquí, Josep Miquel Arenas, conegut com a Valtònyc, per un delicte d’odi contra la Guàrdia Civil relacionat amb les seves cançons. La policia belga va prendre declaració al cantant a petició de les autoritats espanyoles fa uns mesos i aquest divendres ha rebut la petició de presó del ministeri fiscal, segons ha pogut confirmar l’ACN.

La defensa de Valtònyc per ara no sap si el judici seria a distància o si la justícia espanyola hauria de fer una nova euroordre. El cantant ja té un procediment d’extradició obert a Bèlgica per la condemna a tres anys i mig de presó del 2017 per enaltiment del terrorisme, injúries a la corona i amenaces per les lletres de les seves cançons.

Al desembre del 2020, un tribunal de Sevilla va obrir una nova causa judicial contra ell per l’acusació de la fiscalia de Sevilla i l’Associació Unificada de la Guàrdia Civil (AUGC) d’incitar a atemptar contra el cos policial espanyol durant un concert a Marinaleda el març del 2018.

«Mateu a un puto guàrdia civil aquesta nit, aneu a un altre poble on hi hagi guàrdies civils i mateu-ne un, poseu una puta bomba al fiscal d’una vegada», hauria dit el cantant, segons l’AUGC, que considera que aquestes paraules no poden estar protegides per la llibertat d’expressió perquè «no són lletres d’una cançó».

Per contra, Valtònyc defensa el seu dret a la llibertat d’expressió i considera que la Guàrdia Civil no pot ser objecte d’un delicte d’odi.

Euroordre a Bèlgica

Valtònyc està pendent d’una euroordre a Bèlgica des del juliol del 2018. L’Audiència Nacional el reclama per complir la condemna a tres anys i mig de presó per un delicte d’enaltiment del terrorisme, injúries a la corona i amenaces per les lletres de les seves cançons. La justícia belga encara està examinant la petició i ara està pendent que el Tribunal Constitucional del país digui si la llei belga d’injúries a la corona és vàlida per extradir el jove mallorquí.

https://www.publico.es/public/fiscalia-demana-ara-4-anys-preso-valtonyc-per-delicte-d-odi-guardia-civil.html

Pantallazo tema Hasél.

-Pablo Hasel: Fuego efímero (nuevo poema)

Edición a cargo de Nikone Cons. 25 mayo 2021.

https://www.youtube.com/watch?v=UrbPZY75vg4

Dibujo. Esvástica con sangre.

Mientras tanto:

-La Fiscalía pide cárcel para dos guardias civiles por violar a una joven bajo los efectos del alcohol.

Un juzgado de Madrid investiga a dos tenientes y un amigo de ambos por, presuntamente, haber mantenido relaciones sexuales con una joven de 27 años sin su consentimiento.

https://www.eldiario.es/politica/fiscalia-pide-carcel-guardias-civiles-violar-joven-efectos-alcohol_1_7950725.html

Cartel. Proyección documental «Gustau»

Documental «Gustau»:

-Un documental rescata del olvido a Gustau Muñoz, asesinado a tiros por la policía durante la Diada del 11 de setiembre de 1978.

‘Gustavo, la Transición al descubierto’ está firmado por Balandra Films y narra la búsqueda de justicia por parte de la familia del joven de 16 años muerto a tiros por la policía durante una manifestación hace 42 años en Barcelona. «Es un torpedo a la línea de flotación del régimen», asegura Jaume Domènech, director del film.

https://www.resumenlatinoamericano.org/2021/05/21/catalunya-un-documental-rescata-del-olvido-el-asesinato-del-joven-activista-gustau-munoz-durante-la-diada-del-once-de-septiembre-de-1978-en-argentina-se-ha-abierto-una-posibilidad-de-que-se-haga-jus/

Propia propag. del Museo «lugar destacado a la banda terrorista ETA»

Opiniones:

Los ‘demócratas’ falseando la historia:

*Memorial “Víctimas del terrorismo” en Vitoria-Gasteiz

Iñaki Egaña

Nos habían avisado con antelación para enseñarnos la exposición que se va a convertir en permanente. Una visita de las llamadas a puerta cerrada. Sin cámaras, sin fotógrafos, sin público. Nos pidieron discreción. A las diez de la mañana estábamos en la puerta, notable y corpulenta como una diosa de la fertilidad. Apenas llegábamos a la media docena. El cicerone, un hombre entrado en años, con un semblante afilado y un bigote a lo Clark Gable, anunciando ese blanco y negro que nos abruma cuando se trata de visionar el pasado.

Nos notifican que la exposición se dispersa en 700 metros cuadrados en dos pisos, con siete salas. Y que intentemos guardar silencio. Ya, al otro lado del portón, la sala de entrada acongoja. Un mosaico de miles de caras apiñadas en un gran mural. Hombres, mujeres, niñas, ancianos, jóvenes. Fotografías hechas en vida, pero también recogidas cuando fallecieron para su identificación. Sus nombres a un lado. Reconozco algunos: Lauaxeta, Cecilia Idirin, Zugazagotia, Teresa Goñi, Nicolasa Agirrezabala, Fortunato Agirre, Aitzol, Columba Fernández, Jesús Larrañaga, Juana Mir, Felipe Molinet. Un gran título los engloba: “asesinados por verdugos fascistas que apelaron para sus crímenes a Dios y a España”.

Murales laterales distinguen a mujeres y niñas violadas y muertas en ese contexto, incluso en los siguientes: Maravillas Lamberto, Carmen Lafraya, Mari José Bravo, las hermanas Asunción y Adela Campaña, Simona Calleja Ana Tere Berrueta. También niños y niñas, dice un título menudo que cerca de 40.000, expulsados el exilio. Una lista interminable, completa un escenario lúgubre, con perseguidos y encarcelados por no votar a las derechas, decenas de miles.

En medio de esta sala enorme y umbría, las luces enfocan una fosa con una decena de esqueletos apiñados, en una reproducción de la que se realizó en Murchante en 2005. Se puede caminar sobre ella, ya que el suelo se convierte en cristal para poder observarla desde la posición altanera que hace años tuvieron los victimarios después de ejecutar su fechoría. Un epígrafe completa la fosa con una explicación somera. Se trata de uno más del centenar de enterramientos irregulares destapados en este siglo.

La segunda sala, también de gran capacidad, acoge a dos reproducciones. El guía nos comunica que su costosa y detallada ejecución ha sido la causa del retraso en las obras. El primer duplicado es un calco de uno de los sótanos de La Cumbre de Donostia, residencia del gobernador de Gipuzkoa, centro de detención irregular, donde fueron torturados por agentes de la Guardia Civil Josean Lasa y Joxi Zabala. La reproducción produce escalofríos, con las paredes tintadas de sangre y unos gritos lastimeros que se escuchan, activados por sensores de movimiento.

La segunda reproducción es la de una celda de aislamiento, para presos de primer grado, por la que han pasado miles de vascos. Algunos de forma permanente durante decenas de años. De cuatro metros de largo y dos de ancho, la reproducción corresponde a la cárcel de máxima seguridad de Herrera de la Mancha. En medio una soga nos sorprende. Me recojo para leer el resto de la explicación: “el aislamiento reduce la esperanza de vida e induce al suicidio, lógica de una política penitenciaria que persigue el aniquilamiento físico y psíquico, tal y como le sucedió a Mikel Lopetegi en una celda de estas características en 1988”. Uf. Un sudor frío me recorre el espinazo.

La tercera y cuarta salas están dedicadas a cuestiones documentales, lo que nos permite un receso en el desasosiego que me invade e intuyo a mis compañeros que siguen a rajatabla en silencio, como si se tratara de monjes cistercienses de estricta observancia. Documentos de todo tipo, apiñados en vitrinas, junto a ordenadores con auriculares. Me coloco los cascos y se me abre automáticamente en la pantalla una lista prolongada de audios. Ordeno por personajes y descubro unos cuantos conocidos: Gómez Nieto, Perote, Villarejo, Arnau de la Nuez, Rafael Vera, Martin Villa, Juan Mari Atutxa, Felipe González, Sáenz de Santamaría…

En las estanterías cuelgan informes. Observó con el rabillo del ojo: el Plan Zen, Operación Pancorbo, Patxaran, Mengele, el Informe Navajas. También contratos, carnés falsificados, Jean Pierre Cherid, Mohamed Talbi, Miguel Ruiz. Cartas de agradecimiento, Pepe Amedo. Medallas, Rodríguez Galindo, Muñecas, Billy el Niño, Cassinello. Me abruma tanta información en un reducido espacio para esta vista rápida. Así que salto a la próxima sala y dejo a mis compañeros. De inmediato reparo en que quizás no ha sido una buena elección. Mejor en grupo.

Ante mí se abre un salón lleno de espejos que multiplican los efectos. Es la sala de torturas. Una bañera en medio, una mesa camilla, unas pinzas de esas que se usan para cargar baterías. En una esquina, colchones, capuchas, palos, listines, bolsas de plástico. El lugar es sobrio, en la penumbra, apenas una nota que señala que se trata de una reproducción de La Carpintería, de la Comandancia 513 de la Guardia Civil. En una estantería expedientes. De torturados. Intuyo miles.

Salgo pronto y me dirijo, en solitario, al siguiente cuarto. Vitrinas por doquier. Me arrimo a una de ellas. Objetos extraños, desconocidos entre ellos dos muelas, quizás una reproducción de las de Joselu Geresta arrancadas después de muerto para obtener su ADN. En la pared armas. Mi desconocimiento es total. Reparo en un fusil con mira telescópica, Remington. Leo en el pedestal: “Con este fusil mataron desde 200 metros al refugiado Eugenio Salazar cuando estudiaba euskara”. En el segundo piso me esperan nuevas sorpresas. Quizás alusiones a ETA, CAA, Iparretarrak o quién sabe.

Si han leído hasta aquí, sepan que este relato es una ficción. La realidad se llama Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, promovida por el Relato Único. La exposición se inaugurará en breve, pero, aunque no la he visto previamente, tengo la impresión de que será radicalmente diferente a la que acabo de narrar.

Foto. Entrada al Museo, con pintada «Amnistia».

*La balconada del Banco España de Gasteiz que aún hoy chorrea sangre

El Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria-Gasteiz está instalado en el edificio del Banco de España.

Con su corta memoria sobre lo que ha sido el terrorismo, y casi como insulto en la propia Vitoria negando presencia a los 5 trabajadores asesinados por la policía en marzo de 1976, negarán incluso los infaustos momentos del propio edificio. De cuando se destiló odio, venganza, muerte, desde la balconada del que va a ser el Centro Memorial.

¿Reservarán sitio y pondrán una placa sobre ello?

Acompaño trascripción del libro «Relatos de brasero», de Emilio Pérez de San Román. Editado por el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz en 2005. Pág 80 y 81.

«Millán Astray estuvo en Vitoria el 23 de agosto de 1936. A las cuatro y media de la tarde llegó y pasó revista a las tropas en los solares todavía sin edificar de los cuarteles. Luego se sube a la balconada trasera del Banco de España».

«Parece que está drogado. O que padece algún tipo de esquizofrenia ya que a veces parece identificarse con el Dios premiador de buenos y castigador de malos. En su discurso dijo cosas como éstas: ‘En las vascongadas entre todos los venenos ha nacido una lepra que se ha unido a los comunistas y son los nacionalistas. Espero que arrepentidos y llorosos vendrán a decir: Patria, yo pequé. Te pido humildemente perdón. Llévanos en tu seno. Quiero ser el primero en morir defendiendo la bandera intangible de la Patria. Aquellos que hubieran sentido alguna concomitancia con el nacionalismo vasco o con otras sectas y no estén incursos en delitos de pena de muerte que besen la bandera. Unos como homenaje. Otros como rendición de sus pecados. Que nadie tenga miedo, que yo lo perdono si besa esa enseña y no ha cometido crimen’. Tiene a Oriol a su lado. Y prosigue: ‘Ahora vamos a besar la bandera. Todo aquel que haya pertenecido a alguna de esas asociaciones o nacionalismo que pase sin rubor y sin temor a besar la bandera y a dormir tranquilo porque al pensar que ya no se es ningún asesino, ni se está de acuerdo con los asesinos, y que ama a su Patria’».

«Y acto seguido empieza la purificación. Al primero a quien se da a besar la bandera para que duerma tranquilo por la noche es al Sr. Obispo porque el general le ha perdonado sus pecados. Luego invita a todos a ir a la estación porque pasa un tren con una Bandera de la Legión para tomar el fuerte de San Marcial. Y se lleva al Obispo en la cabeza de la manifestación para que al paso bendiga la bandera de los legionarios. Durante el trayecto, señoritas vitorianas iban colgando a todo pichipata que encontraban al paso escapularios y medallas. Después de la estación se va a la Diputación donde tenía un discurso preparado para los trabajadores. Aquí el delirio del general es de camisa de fuerza: ‘Se os llevaba por el mal camino y se os condenaba al triste dolor, a dormir por la noche diciendo ‘Soy un asesino’. Y a clavaros las uñas en vuestro pecho diciendo ‘ya no tengo perdón, soy un asesino’. Y a pensar que cuando beso a la mujer que amo, los labios que la besan son de asesino. Para vosotros no hay fulminación. Gritad ‘Viva España y Viva la Muerte’. A los que no tengáis culpa, a los que no cometiendo crímenes, incendios, ni ningún otro pecado, hayáis pertenecido a esas sociedades, hayáis sido nacionalistas, al venir a este acto, quiero que lo digáis a los que no están aquí. Os digo que no podréis sufrir pena de muerte por las penas anteriores a no ser que hayáis cometido crímenes u otras cosas’».

Sólo añado una cosa y ejemplo de la enseñanza de Millán Astray a sus correligionarios en eso de verter muerte, Columba Fernández, vecina de Gasteiz, fue cuneteada el 17 de septiembre.

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/la-balconada-del-banco-espana-de-gasteiz-que-aun-hoy-chorrea-sangre

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