Desde Jaén, carta de Santi Rodríguez Muñoz: «Dos cartas a la semana, una a la camarada y otra a la calle. No nos dejan matarnos a escribir». Y sobre la situación de fármaco-medicación.

Foto. Santiago Rodríguez Muñoz. Preso político GRAPO.

Cartas desde prisión:

Santiago Rodríguez Muñoz

Cárcel de Jaén, 9 de mayo de 2021

Hola:

«Con el pretexto de la intervención de comunicaciones, orales y escritas, nos reducen las cartas por semana a dos (para que la violación de correspondencia se produzca con la mayor eficacia) Como sabes, mi camarada de vida, Mónica, es otra presa política comunista que se encuentra sometida a la misma lógica represiva. Y como ambos nos dedicamos una carta semanal, necesidad derivada de que somos compañeros de lucha recluidos en la misma prisión (situación que no siempre hemos atendido adecuadamente en aras de llegar a más gente con el correo, descuidando nuestra labor de estudio conjunto), resulta que solo nos queda otra carta a la semana para atender al resto de nuestros compromisos postales. Y claro está, cuatro cartas al mes no alcanzan casi ni para mantener la relación epistolar, única posible, con otros compas presos (políticos, y también de derecho común, fruto de los vínculos humanos surgidos en los encierros dilatados) De modo que aunque el enemigo me excusa de no matarme a escribir (odio hacerlo, lo mío es la charla de taberna), lo cierto es que cumplo regularmente con mis obligaciones y doy al correo las dos cartas semanales.

En cuanto a todas esas manifestaciones de la problemática social que describes, qué decir, es inevitable que la lenta agonía del capitalismo en la fase de su hundimiento comporte un sufrimiento masivo a las masas trabajadoras. Todo ese dolor social se ve apenas amortiguado con toneladas de fármacos, pero ese uso generalizado de ansiolíticos que mencionas, en combinación con otras muchas sustancias psicotrópicas, alcohol, etc. solo sirve para sobrellevar la carga diaria de la vida, dejando intactas las causas del malestar. Y en el horizonte solo se vislumbra más sufrimiento, pues todo va mal pero irá a peor. Lo que se ha dado en llamar cancelación del futuro, tendrá que empujar a muchos jóvenes (y no tan jóvenes) a que tomen en sus manos las riendas de su vida de la única manera en que eso es posible: organizarse para luchar unidos en torno a resistentes experimentados, con el objetivo de imponer un programa democrático-popular que responda a los problemas más acuciantes del país y siente las bases que permitan el mejoramiento general de las condiciones de vida y trabajo para el conjunto de la población.

Por lo demás, aquí no tenemos novedades. Bueno, sí, que esta semana nos hemos puesto un pido de «Janssen», la vacuna anti-covid. Y de momento, no observamos ninguna transformación zombi en este talego (se mantiene el nivel habitual de zombis, por mejor decir, que no son pocos…) Confiamos en que al aliviarse las restricciones pandémicas puedan venir a visitarnos, no tanto por romper nuestro prolongado aislamiento (estamos hechos a todo) como para que nos puedan meter una serie de lecturas que necesitamos. Somos de fácil conformar.

A cuidarse mucho. Abrazo fuerte.

Santi.

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