Llora la Republicana Popular. Ha fallecido Alfredo Grimaldos, periodista de investigación, escritor, flamencólogo. Semilla de libertad.

Foto Alfredo Grimaldos sobre bandera Popular.

Ha fallecido Alfredo Grimaldos, periodista comprometido y firme

Falleció ayer 4 de diciembre, a los 64 años de edad y tras una larga enfermedad

*“Dolor por la perdida del compañero periodista, cronista e historiador de la verdad. Mucho orgullo por haberle conocido y formar parte de sus amigos, o por haber leído sus aportes de investigación fundamentales”.

(varios expresos políticos comunistas)

*Entrevista “La farsa de la transición española”

25 minutos:

https://www.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=YolWqcq2GlM&app=desktop

Pantallazo entrevista con Grimaldos.

*Se ha muerto Alfredo Grimaldos (Madrid, 1956), que fue, sobre todo, un escritor de fuste, un periodista insobornable y un sabio del flamenco. Sentó cátedra en la crítica y quizá fue el mejor en ese oficio que se evapora. Ahí queda su ensayo, fundamental y necesario, ‘Historia social del flamenco’, que va por la quinta edición.

Alfredo Grimaldos fue un hombretón de convicciones firmes, de izquierdas, amante del boxeo y del Real Madrid (su nombre se lo pusieron por Di Stéfano). Alfredo era un tipo de charlar en la barra, de bar de barrio, de esos de serrín en el suelo, botellín sin vaso y patatas alioli de aperitivo. Y orujo. Y lo que se terciara, que una cosa llevaba a la otra, se empezaba por Camarón y se continuaba por la ORT y así hasta cuando tenía que ser.

Alfredo Grimaldos era de llevar un maletín a las redacciones, que no fueron escasas. Publicó, y no poco, en la etapa brillante de Interviú, en el periódico La Tarde de Madrid (del que era miembro del Equipo de Investigación), en el diario Liberación y en revistas como Actual, Artículo 20 y XL Semanal.

Durante muchos años fue el crítico flamenco de El Mundo. Hasta la calle Pradillo acudía por la tarde. Era de los que necesitaba pisar la redacción para ver, oír y saludar. Se sentaba escribir sin prisa alguna, reposándolo, saboreando todavía la seguiriya o el martinete. No era de los que hacen concesiones. Le gustaba lo cabal, lo clásico; no le hacían gracia los experimentos con gaseosa. La crítica no sólo cosía la actuación, sino que dibujaba al personaje y traía a colación anécdotas de este y aquel que abrochaban el artículo. Imprimía la página y la releía retocando una palabra, añadiendo una coma.

Ir con él a la Peña el Chaquetón era una fiesta. Era un local de la calle Canarias que parecía clandestino: pequeño, oscuro y en un sótano. A todos conocía, a muchos besaba. Allí se pedía cerveza en mitad de la actuación con señas, imitando a un gato. «Es que se llama León», decía. De pie, apretujados, escuchábamos al Mami, a Rancapino, al propio Chaquetón. Y en ese plan.

-Un mocetón con ideas políticas claras

Alfredo era un mocetón con ideas políticas claras. En un encuentro digital (diciembre de 2004) en este periódico, cuando publicó ‘La sombra de Franco en la Transición’ (Oberón), dijo sobre aquel período: «La Transición fue un proceso que se cerró en falso. Las direcciones de los partidos de izquierda cedieron a las presiones de los franquistas que dirigieron el cambio y dejaron reivindicaciones elementales de lado. La derecha siempre conservó el control sobre la economía y los aparatos del Estado, incluso durante los gobiernos de Felipe González».

Escribió muchos otros libros, políticos y no, como ‘La CIA en España’, ‘Zaplana, el brazo incorrupto del PP’, ‘La Iglesia en España’, ‘Esperanza Aguirre, la Lidere S.A.’, ‘Historia social del flamenco’, ‘Luis de la Pica, el duende taciturno’, ‘Las claves de la Transición (1973-1986 (para adultos)’… El último, ‘Flamencos en el ferrocarril’ (El Boletín), con fotos de su amigo (‘primo’, decía él) Pepe Lamarca. Ahí cuenta cómo Rancapino salió a cantar con zapatos prestados y que llegó la primera vez a Madrid desde Chiclana en el camión de pescado de un conocido con 17 años recién cumplidos y sin un duro, y que… Búsquenlo y léanlo.

Tres puñados de amigos de Alfredo estamos unidos a través de un grupo de chat donde se da cuenta de las novedades del muchacho. Ayer, cuando se iba apagando, su amigo de la infancia y abogado Andreu García Ribera envío estas notas: «Era el menor de cuatro hermanos, se llevaba más de 20 años con su siguiente hermana. Su padre fue obrero de la construcción y sargento de la Guardia de Asalto durante la guerra y, después, en un batallón de castigo, ayudó a construir el pantano de Xerta en Tarragona. Su padre construyó la casa en que nació y vivió en el barrio de Ventas. Antes de acabar Ciencias de la Información publicamos un libro contra los Pactos de la Moncloa que vendíamos en el Rastro. Trabajó en la revista de la Convención Republicana de los Pueblos de España donde contactó e hizo buena amistad con José Bergamín, quien vivía en la Plaza de Oriente. Desde su balcón fotografiábamos a los fascistas en los 20 N, mientras el anfitrión abría una botella de fino fresquito».

Otro testimonio de esa extensa familia de Alfredo es el de el periodista Rafael Gómez Parra, que dibuja su vertiente como reportero. «Fue un periodista todo terreno. De hecho comenzó como fotógrafo, para pasar enseguida a los reportajes de denuncia, muy escasos en los años de la transición política: trabajadores despedidos, mineros en peligro constante, mujeres agraviadas cuando todavía el feminismo estaba en pañales, abusos de los curas en los pueblos españoles, desahucios, jornaleros en busca de tierra, la situación de algunos locos en psiquiátricos-cárceles, guerrilleros antifranquistas que comenzaban a alzar la cabeza a pesar de las censuras…».

Y un testimonio más de esta cuadrilla leal es el de Pedro Simón, periodista de este diario. Esto es lo que me envió: «Alfredo era lo más difícil que se puede ser hoy en esta sociedad posibilista: era coherente. Lo era a pesar de todo y de todos y le importaba poco el peaje a pagar. Era coherente con sus ideas, con su gente, con su profesión, con su forma de vida, con su concepción del arte y de la cultura. Estaba dotado de una memoria oceánica y de un humor inteligente. Nadie sabía tanto de aquel enjuague que fue la Transición española como él. Nadie sabía tanto de ese flamenco que ya no existe como él. Sus libros sobre ambos temas son referenciales». «Para mí», continúa Pedro Simón, «se van el hermano mayor, el hombre honesto, el periodista insobornable, su Tony Leblanc, su Cassius Clay, su Gardel, su José Afonso, mi Maradona».

Mofletudo, sonriente, tranquilo, cabal y con mucho todavía por decir. Qué gran tipo, qué lástima.

https://www.elmundo.es/cultura/2020/12/03/5fc88b3921efa064028b4607.html

3 comentarios sobre “Llora la Republicana Popular. Ha fallecido Alfredo Grimaldos, periodista de investigación, escritor, flamencólogo. Semilla de libertad.

  1. Pedro Contestar

    Queria dar las condolencias a la familia de Alfredo Grimaldos, que creo tambien fue director de Area Critica.
    Un dia como hoy que tambien quiero recordar a Juan Martin Luna, asesinado por la policia politica en Barcelona ,cuando salia de una panaderia le acribillaron a balazos , los asesinos mercenarios sucesores de la BPS, Juan era un cuadro ejemplar, siempre con ganas de luchar y fue sometido a importantes torturas en la caida del Comite Central de Benidorm en Octubre de 1977, y de ahi se lo llevaron a Madrid en un coche de la epoca hecho un acordeón si vale este termino para una persona, con todo el visto bueno de los «democratas de turno».
    Por si fuera poco lo asesinarón cuando habia dado una tregua a los Socialfascistas por haber ganado las elecciones de 1982.

    Un recuerdo para el camarada Manolo
    Hasta la Victoria Siempre, Venceremos

    • Alicia Silván Grimaldos Contestar

      Aún con un nudo en la garganta y con una extraña sensación de vacío, por no poder estar a su lado para despedirme como quisiera ya que estoy confinada en mi ayuntamiento, en Cantabria,
      te doy las gracias por tus sentidas palabras. Un abrazo. Alicia Silván Grimaldos.

  2. Pedro Contestar

    Muchas gracias y Alfredo como periodista alternativo que era y combatiente a tope hay estará testigo de excepción, de estas luchas tan importantes de clase que se avecinan y que van a marcar un antes y un después, te puedo decir que hablé con Alfredo, hace muchos años yo era lector de Área Crítica y la revista tenía problemas, y siempre estaba llamando para ver cuando salía el número,recuerdo que me adelantó que iba a salir un libro de Juan Manuel Pérez Hernández, Problemas Filosóficos de las Ciencias Modernas, esto sería sobre 1990. Me pareció una persona amable y encantadora.

    Un abrazo y mucha fuerza Alicia.

    ¡Ánimo!

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