«Nunca rendirse, jamás claudicar», el Dinamo de Kiev contra los nazis. Fue la consigna, y la cumplieron. Vencer al fascismo desde un balón.

Foto. Monumento al Dinamo de Kiev.

Luchas, derrotas, victorias… Antifascistas

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El Dinamo de Kiev: “Nunca rendirse, jamás claudicar”

Invadida Ucrania por el ejército nazi, los jugadores del Dinamo de Kiev fueron enviados a campos de concentración y obligados a trabajar en una panificadora. Hasta que fueron reconocidos por un oficial del Ejército alemán aficionado al fútbol.

Primero propusieron un partido entre el antiguo Dinamo de Kiev, bautizado como Kiev City Start y soldados del Ejército nazi, el partido termina con la victoria del Dinamo por cuatro goles a uno. El partido se volvió a repetir para confirmar la victoria de seis a cero. Pero para los nazis que habían propuesto estos partidos para demostrar la superioridad de la raza aria, esto no podía quedar así. Llamaron a un grupo de jugadores profesionales del ejército húngaro que luchaban junto a los alemanes en el Frente Oriental y de nuevo tras dos partidos, los del Dinamo se alzaron en ambas ocasiones con la victoria.

El Dínamo de Kiev se había convertido en una cuestión de Estado, desde Berlín un avión de la Luftwaffe llegó a Kiev con el equipo invicto del Ejército alemán para acabar con esta constante vejación a los valores nazis. Mientras tanto la mala alimentación, el trabajo agotador y los continuos partidos estaban haciendo mella sobre los jugadores que se venían enfrentando a equipos bien alimentados.

El 9 de agosto de 1942, se jugó el que se conoce como el “partido de la muerte”. La primera parte se saldó con la victoria del Dínamo por tres a dos. En el descanso un oficial nazi se dirigió a los vestuarios para amenazar a los jugadores del Dínamo: «Para nosotros no es imprescindible ganar, porque ya sabemos que somos muy superiores a unos indeseables como vosotros. Todo el mundo sabe que habéis obtenido cada una de vuestras victorias haciendo trampas. No, lo que ahora nos importa es que obedezcáis una orden muy sencilla. ¡Perded este partido! Porque si ganáis, moriréis. Eso os lo prometo de verdad. No hay nada más seguro. Ganad y moriréis».

Foto. Jugadores del Dinamo de Kiev.

Pese a las amenazas los jugadores siguieron jugando y el árbitro, tras el quinto gol, dio por terminado el partido para acabar con el ejemplo de coraje y conciencia que estaban demostrando los jugadores. “Nunca rendirse, jamás claudicar”, fue su consigna. Y la cumplieron.

La amenaza de los nazis se cumplió. Varios de ellos fueron fusilados, otros fueron enviados a Baby Yar, un barranco donde fueron exterminados junto a 150.000 personas más. Solo tres sobrevivieron a los campos de concentración.

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