La Constitución trajo… Más represión y más juicios farsa a los presos políticos. Artículos de 1979 de la revista Crash.

Postal. Finales 70. «¡Amnistía!! (dibujo de rostros de un y una presa)

-Así implantaron su “democracia”

Represión y juicios farsa a los presos políticos

(Recientemente un comentario al correo nos decía “no sé de que se quejan y quejan, las cosas han cambiado enormemente en las cárceles y en la justicia desde la Constitución de 1978”. Simplemente, y como lección de historia, ofrecemos dos informaciones sobre la situación en las cárceles y en los juzgados allá por 1979. Si le quitamos el año, difícil no confundirlo con la situación actual)

-Los presos políticos no ceden

Revista Crash, n.º 6, marzo 1979

Los derechos humanos son continuamente burlados en las cárceles españolas, tanto en lo que se refiere a los presos políticos como a los comunes. Varias presas políticas de Yesrrías fueron castigadas y trasladadas a otras cárceles por haberse negado a permitir que la policía política registrase sus celdas y sus pertenencias particulares a principios de 1979. Siete presas de los GRAPO y del PCE(r), cuatro anarquistas y varias comunes estuvieron más de quince días en huelga de hambre para defender sus derechos frente a quienes creen que pueden pisotearles porque se trate de personas que no pueden defenderse. Las mujeres presas dieron una verdadera lección de dignidad y firmeza: Aurora Cayetano, Francisca Pérez, Elvira Diéguez, María Josefa Alarcón, Carmen Cayetano… Algunos de los presos políticos llevan más de dos años en la cárcel sin haber sido juzgados, lo que va contra todo principio humano. Los militantes de los GRAPO acusados de los secuestros de Oriol y Villaescusa están en prisión desde el 11 de febrero de 1977, mientras que uno de los fascistas condenados por participar en el asesinato del joven Arturo Ruiz, Jorge Cesarsky, ha sido puesto en libertad provisional. Tampoco han sido juzgados los anarquistas acusados sin ningún tipo de prueba del incendio de la sala de fiestas de la Scala en Barcelona, etc. Los presos fascistas recluidos en la cárcel de Ciudad Real gozan de los máximos privilegios concedidos por la Dirección General de Prisiones, mientras que los hijos pequeños de los militantes de los GRAPO encerrados en Zamora, son desnudados a la intemperie y cacheados antes de dejarles pasar a los locutorios.

Ya el pasado mes de agosto, los presos de los GRAPO y del PCE (r), que estaban en Soria, tuvieron que llevar a cabo una dura huelga de hambre de un mes de duración para conseguir que se respetasen sus derechos humanos -simplemente- en las dependencias carcelarias. El director general de Prisiones (que pertenece a la llamada Asociación Española de «Derechos Humanos») cedió sólo ante el miedo de que todo el mundo pudiera hacerle responsable de la muerte de algún preso. Lo que entonces pedían los presos políticos -y lo que piden ahora- son cosas que parecen increíble que no estén aseguradas en las cárceles españolas Los presos del PCE(r), de los GRAPO, de ETA, los anarquistas, etcétera, lo que piden es simplemente unos locutorios que les permitan comunicar normalmente con sus familiares (en Zamora, los locutorios están de tal manera que cuando se ve no se oye, y viceversa; hacerse ellos mismos la comida, para poder controlar sus alimentos y evitar así que la comida tenga serrín o cristales y que se guarden unas condiciones higiénicas mínimas; que haya unos servicios médicos decentes; que los presos políticos puedan trabajar; calefacción en toda la cárcel y cristales en las ventanas para no morirse de frío; que les llegue la prensa y la correspondencia sin censura (en Zamora y Soria, los funcionarios leen las cartas incluso sin autorización judicial); que los visitantes tengan un lugar donde resguardarse mientras pasan a los locutorios, ya que hasta ahora, en Zamora concretamente, tienen que permanecer -ancianos y niños incluidos- a la intemperie durante los trámites burocráticos. !Y el señor García Valdés dice que los GRAPO encarcelados son unos salvajes! Realmente es difícil pensar que sean personas humanas cuando tienen que llegar a hacer una huelga de hambre para que les den estos mínimos derechos, cuando dos o tres policías armados con metralletas les acompañan incluso a los servicios o a ducharse, cuando sus hijos son desnudados a la intemperie antes de dejarles entrar en los locutorios para hablar durante breves minutos con ellos, etc. ¡Habría que ver quién es el verdadero salvaje, señor García Valdés!.

Es curioso la evolución de este hombre, A mediados de febrero de 1979; el resultado de la falta de cumplimiento de los derechos humanos en las cárceles españolas era el siguiente: 36 presos de la cárcel de Zamora en huelga de hambre desde el 16 de enero, 110 presos de la cárcel de Soria en huelga de hambre desde el 30 de enero, y varios heridos y castigados con aislamiento en las cárceles de Barcelona, Segovia, Alcalá de ‘Henares, Carabanchel, Yeserías, Córdoba, Alicante, etc.

Dibujo de Sánchez Casas. Jueces de la AM.

-Mil detenidos políticos

Revista Crash, n.º 7, mayo 1979

Euskadi y Madrid han sido los escenarios de la mayor represión generalizada conocida en los últimos años. El objetivo declarado de la policía en ambos casos eran las organizaciones armadas ETA y GRAPO. En estos momentos más de doscientos presos vascos se encuentran en la prisión de Soria y en las de Euskadi, mientras que cien militantes de los GRAPO, PCE(r), ODEA y otras organizaciones antifascistas están en las prisiones de Zamora, Carabanchel, Sevilla, La Coruña y otros lugares, además de los presos políticos del MPAIAC y los anarquistas.

Como nota destacada de la represión ejercida en Madrid, destacamos la detención de hermanos, padres y hasta parientes de algunos presuntos militantes de los GRAPO presos o más buscados por la policía. La madre y la suegra de Luis Torrijos fueron detenidas en uno de los juicios celebrados el 1 de marzo y permanecieron seis días encarceladas, lo mismo que el hermano menor de Juantxu Muiños, militante vasco de los GRAPO.

«No he venido a hacer declaraciones al Tribunal; he venido aquí a hacer declaraciones al pueblo; queremos que nos juzgue el pueblo», declaró Elvira Diéguez, militante de los GRAPO ante el Tribunal que pretendía juzgarles en el día 30 de marzo (del 79) en el palacio de las Salesas en Madrid. Junto a ella rehusaron igualmente someterse a los tribunales del régimen sus compañeros Juan José Muiños y Luis Álvarez, los dos primeros son vascos y el tercero leonés. Los juicios políticos, principalmente contra militantes de las organizaciones revolucionarias ETA, GRAPO, PCE(r), ODEA, Socorro Rojo, grupos anarquistas, etc., estuvieron suspendidos durante los dos años de la reforma política, pero comenzaron de nuevo el pasado invierno. El régimen temía, con razón, que estos juicios se convirtieran en un nuevo y mayor problema del que ya supone mantener en las cárceles a más de trescientos presos políticos, cifra que se acerca rápidamente a las que hubo en los últimos años de la vida de Franco. Los juicios políticos se han venido convirtiendo desde que comenzaron en el mes de noviembre en verdaderos actos de apoyo popular a los detenidos y en varios casos los jueces no han tenido más remedio que oír los vivas a ETA y a los GRAPO, cosa totalmente increíble de pensar que se pudieran escuchar en los sacrosantos lugares de la justicia española.

EL PUEBLO

La prensa y los partidos han quedado sorprendidos de la cantidad de gente que acude constantemente a estos juicios políticos, desafiando las barreras administrativas y policías que intentan impedirla presencia de público. A medida que ha aumentado la solidaridad popular con los procesados, han aumentado estas medidas hasta hacer que algunos juicios, como el del 30 de marzo de 1979 contra tres presuntos GRAPO se desarrollara finalmente a puerta cerrada y sin la presencia de los procesados.

El juicio estaba fijado para las 10,30 de la mañana. Tras un breve retraso, y después de que el público estuviera ya en la sala, comparecieron los acusados. Elvira Dieguez levantó las manos esposadas en señal de triunfo, siendo aplaudida por el público, Inmediatamente, una persona del público gritó «presoak kalera» (presos a la calle), a lo que siguieron aplausos, por lo que el presidente del Tribunal ordenó que se despejara la sala. El acusado Muiños gritó, entonces, que el juicio no se celebraría si el público era desalojado, mientras Álvarez intentó acercarse al Tribunal para decir algo. En este momento, un grupo de policías sujetó a los procesados, que fueron conducidos de nuevo al pasadizo de los calabozos. En el forcejeo, Alvarez y un policía nacional cayeron al suelo. Numerosos asistentes, que eran desalojados, comenzaron a gritar «asesinos» y otros contra las FOP, por lo que los policías golpearon con las porras a varias personas, hasta que consiguieron desalojar el Palacio de Justicia. El juicio estuvo interrumpido durante veinte minutos aproximadamente. El defensor solicitó que los acusados regresaran a la sala, y dijo al Tribunal que en los calabozos había escuchado amenazas por parte de policías nacionales, y que dos de sus defendidos estaban heridos.

El 12 de marzo, el también militante de los GRAPO, Enrique Cerdán Calixto, uno de los que dirigió los secuestros de Oriol y del general Villaescusa, declaró que no reconocían al Tribunal por «tratarse de una marioneta del Gobierno fascista». También en esta ocasión se produjeron diversos incidentes en la sala del juicio al comenzar el público presente a dar vivas al GRAPO. La sala fue desalojaba, y el juicio acabó sin la presencia de los procesados.

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