Cartas desde prisión
Lucio García Blanco
Topas. Septiembre 2018
…Ya era hora de que cogiera el boli para escribirte, pero es que además de que la enfermedad me ha tenido bastante fastidiado, ahora me tengo que pasar la mayor parte del día escupiendo, intentando sacar la flema. Espero que en unos días esta historia se termine y pueda recuperar la rutina de curro y gimnasia que tenía con anterioridad.
En tu última carta señalas: «Es curioso que se hable tanto de feminismo cuando en los noventa ya nadie hablaba de ello, estaba mal visto…»
Bueno, creo que señalas esa fecha por tu edad, pero desde bastante tiempo atrás el llamado feminismo estuvo totalmente sobrepasado por la lucha del movimiento obrero y antifascista, en la que militábamos por la lucha del movimiento obrero y antifascista, en la que militábamos codo a codo hombres y mujeres, y también teníamos muy en cuenta las reivindicaciones para combatir la doble opresión que sufre la mujer trabajadora. La juventud organizada y formada política e ideológicamente en los valores y los objetivos de la clase obrera y del socialismo, rechazábamos la ideología feminista burguesa.
Sin embargo, a raíz de la traición carrillista se fue produciendo un reflujo en el movimiento obrero y antifascista, agudizado posteriormente por la caída del socialismo en la URSS y los países del este de Europa, por la des-regulación del mercado de trabajo y la precariedad aquí, etc., que en realidad no terminó hasta el 15M de 2011; lo que también supuso un considerable retroceso del nivel político e ideológico general.
Una consecuencia de ello, fue que no se pudiese conseguir la ruptura democrática y que el régimen fascista pudiese continuar intacto, con todo su aparato represivo y judicial. Durante muchos años fue habitual que los jueces aceptasen la violencia del hombre sobre la mujer como algo normal y, aunque cambiaron algo, continúan tolerándola en gran medida. Por otra parte, si bien la constitución califica al Estado como aconfesional, a renglón seguido reconoce el fuerte arraigo de la iglesia en el mismo, lo que supone la intromisión eclesiástica en distintas esferas y, sobre todo, en la enseñanza. De ahí que hayan podido mantener en el actual marco legal la vieja concepción del Nacional-catolicismo respecto a muchas cuestiones de la familia y la mujer. Es muy significativo que en el caso de «La manada» estuviesen metidos un guardia civil y dos militares; pero también han sido numerosas las violaciones y vejaciones que han sufrido las mujeres detenidas en comisarias y cuarteles de la Guardia Civil bajo la ley anti terrorista.
El actual fascismo también ha desplegado otras tácticas ideológicas para tratar de arrastrar la juventud al embrutecimiento y la ignorancia, la degeneración y la violencia; promocionando el hooliganismo en el fútbol así como las juergas sin freno, en las que tienen cabida los abusos y las violaciones contra la mujeres. Y a todo ello viene contribuyendo en la última etapa el fomento del españolismo de los tiempos más duros del franquismo, con la exhibición de banderas por los balcones y la calle, y todo tipo de símbolos nazis. El machismo, lejos de ser algo innato al hombre es una cuestión impuesta a este por el capitalismo y el fascismo.
El feminismo está desarrollando un papel positivo denunciando la violencia contra las mujeres y, en este sentido, siempre nos tendrá a su lado, a pie de calle apoyando a las víctimas y exigiendo las reivindicaciones necesarias para frenar esa grave lacra.
Es preciso reconocer y denunciar esa opresión patriarcal. Pero tampoco podemos perder de vista que esa cuestión es una consecuencia del surgimiento de la propiedad privada y la implantación de la división social en clases; por lo que también debemos de tener en cuenta que la mujer trabajadora sufre, además, otro tipo de opresión como clase explotada.
Cabe recordar que, en la sociedad de comunismo primitivo no existía la opresión patriarcal; la mujer llevaba la dirección del hogar que tenía un carácter social y suponía un trabajo tan importante como el que desarrollaba el hombre.
La cuestión es que sin luchar, asimismo contra la opresión de clase que sufre la mujer trabajadora no se podrá avanzar ni un paso hacia su plena emancipación. Así que es preciso denunciar la grave discriminación y explotación que viene sufriendo la mujer trabajadora y reivindicar que «a igual trabajo igual salario». Un buen ejemplo de esa lucha lo vienen dando las trabajadoras de la limpieza de hoteles -las llamadas Kellys- que incluso se están organizando de forma independiente, fuera del control de los sindicatos del régimen.
No obstante, además de esa lucha por mejores concretas también es necesario organizarse y plantearse la destrucción del capitalismo y la implantación de una sociedad socialista basada en la propiedad colectiva de los medios de producción. Una sociedad en la que la mujer se podrá incorporar plenamente a la economía productiva en igualdad de condiciones que el hombre, y las labores domésticas del hogar podrán ser suprimidas con la implantación a cargo del Estado de comedores públicos, guarderías, lavanderías y todo tipo de servicios necesarios. Sólo a partir de ahí, en el largo camino hacia el comunismo, podremos ir acabando con la doble opresión, patriarcal y de clase, que sufre la mujer.
El feminismo está en contra de esta vía socialista, porque en realidad tiene un carácter burgués y reaccionario ya que pretende sustituir la lucha de clases por la lucha entre los dos sexos; lo que incluso le lleva a montar campañas políticas contra las organizaciones comunistas por ser mixtas, y entender que la mujer está en ellas subordinada al hombre. No es extraño que hasta los fachas de Ciudadanos se hayan apuntado al feminismo. Y tampoco es casual que en estos momentos en los que se está dando cierto desarrollo del movimiento obrero y la lucha antifascista, se esté promocionando tanto desde todos los partidos políticos institucionales a ese feminismo. Tratan de hacerles sombra, confundirles y frenarles, pero el movimiento obrero y antifascista continuará hacia adelante.
Por otra parte, todo apunta a que vamos a tener un otoño bien caliente, empezando por Cataluña. Si bien no nos podemos fiar de la burguesía, Torra y compañía parecer decididos a continuar exigiendo el derecho a la
autodeterminación, y a impulsar la vía unilateral hacia la independencia. En las próximas semanas y meses podremos ver si esto es así, o no. Claro que lo fundamental es que los CDR puedan demostrar que son capaces de tomar la calle e impulsar la desobediencia civil a todos los niveles.
La convulsa situación internacional también es un factor que puede ayudar bastante al procés; en la UE se mantienen bastante críticos con la represión al movimiento catalán, y Putin ya ha expresado su apoyo a sus justas reivindicaciones.
¡Hai qu’armala!. Lucio