Opinión sobre la criminalización a los presos políticos desde la prensa.

Dibujo. (La cámara de TV solo proyecta imagen de donde el agredido parece el agresor)

Presos políticos y su tratamiento por el periodismo burgués

OPINIÓN

Como persona indirectamente aludida en el artículo que se publicó en el Diario llamado «Norte de Castilla» en el que se tergiversa sin disimulo la biografía y palabras del preso político del PCE(r) Lucio García Blanco, tomo inopinadamente la palabra y respondo:

Lo de persona indirectamente aludida lo digo porque uno de los textos de Lucio que se menciona en ese simulacro de artículo lo escribió en respuesta a una de mis cartas.

En un artículo titulado «El separatismo catalán logra apoyos en los residuos del Grapo en la cárcel de Topas», publicado el 24 de diciembre del pasado año, el periodista Ricardo Rábade nos da una magistral lección de cómo no se debe hacer un artículo, o de cómo la clase burguesa a través de sus medios de control de la información tiene que retorcer la realidad hasta lo inverosímil para hacer encajar las cosas en sus delirantes e imposibles esquemas.

Podría tirarme folios enteros desglosando los errores del periodista al servicio del capital, pero en realidad todos se resumen en uno: no hacer su trabajo ni si quiera con un mínimo de intención de realizarlo correctamente.

Y esto lo digo porque cuando un periodista, señor Rábade, va a escribir sobre alguien, supuestamente tiene que informarse, leer todo lo habido y por haber sobre esa persona, y eso es algo que usted no hace, y si lo hace oculta convenientemente lo que le interesa, lo cual sería todavía más grave.

Hasta el más principiante de entre los principiantes estudiantes de periodismo sabe que lo que digo es verdad, pero claro, todo cambia, y además todo vale, cuando se trata de atacar a una persona que se distingue por mantener sus posiciones políticas invariables desde 1976, y esto, no por cabezonería, sino por convicción, aunque luego se pueda pensar lo que se quiera sobre dichas posiciones.

Todo vale, sencillamente porque las normas que guían el trabajo de un periodista, saltan por los aires cuando el periodismo, olvidando su independencia y objetividad a la hora de informar, y olvidando el rol histórico que ha tenido de marcarle líneas rojas al poder cuando se excedía en su autoritarismo, se pone al servicio de este Estado y se vende, diciendo, ya no lo que corresponde, sino lo que al Estado le interesa bien encuadrado dentro de la defensa de los valores del mismo y por supuesto en contra de todo rastro de consecuencia y práctica política honesta ante el pueblo.

Usted, señor Rábade, hace referencia varias veces a la web de preSOS, de lo que se puede deducir que tal vez la ha visitado o le han hablado de ella, siempre para referirse a la persona sobre la que usted escribe.

Sin la más mínima vergüenza, tergiversa, pilla de aquí y de allá, con el objetivo de hacer que encajen las piezas de un puzzle que de otra forma sería imposible de conformar.

Menciona lo que le interesa, y claro, esto lleva consigo aparejada la otra cara de la moneda, calla lo que le interesa también.

Si hubiese consultado con más tiempo y atención dicha web, y si no hubiera decidido poner su pluma al servicio de los intereses del Estado, olvidando (y renunciando) a su profesión y al rol de esta, habría visto y contemplado la información de manera objetiva, y de haber procedido así, hubiese comprobado usted que el preso político del PCE(r) Lucio García Blanco, no es que últimamente le haya dado por soltarse con esto del tema catalán, sino que desde el año ¡2010! se viene publicando en dicha web toda reflexión suya digna de ser publicada.

De paso, hubiese comprobado que en todas y cada una de sus cartas publicadas desde ese año, de lo que él presume es de lo que puede, es decir, de ser desde 1976 militante del PCE(r) y no de otra cosa. En ninguna verá usted que haga alusión a militancia armada en los GRAPO.

Ah, ya, que en 2007 cuando le detuvieron en el juicio posterior le condenaron por tenencia de explosivos. Bueno, para explicar esto no tiene que recurrir usted a la fuente de información que son los escritos de Lucio García, sino que, presuponiendo que le será más fiable, recurra a los testimonios de los propios peritos de la guardia civil, cuerpo que seguramente le merecerá todo el respeto pese a las mil tropelías realizadas ininterrumpidamente desde 1939, y comprobará que los explosivos a los que se alude son unos simples petardos de feria, cuyos efectos dañinos tuvieron que ser calificados por los propios peritos de ese cuerpo militar como «nulos».

No tiene usted nada de credibilidad. Podría haber consultado también en la web de preSOS la entrevista que se le hizo a Lucio García Blanco en el año 1992 en la revista Área Crítica, en la que se hacía periodismo de verdad, no como ese que usted realiza, y que también está publicada, del mismo modo que las cartas que usted utiliza para entresacar lo que le conviene, ocultando lo que le perjudica, llegando a poner en duda las torturas que Lucio García Blanco padeció en sus detenciones y que relata en su autobiografía.

Y hablando de la revista Área Crítica (en la que como digo se hacía periodismo de verdad) pongo en su conocimiento que esa revista acabó desapareciendo a fuerza de represión, y su director encarcelado. Por lo que se ve, esto no es digno de que usted lo mencione en sus artículos, ni si quiera en un cínico ejercicio de solidaridad corporativa.

Por cierto, en el blog del SRI (Socorro Rojo Internacional) también está publicado el testimonio de torturas que Lucio García Blanco sufrió tras su última detención en julio de 2007, aunque para usted no sea ni siquiera digno de mención (esto tampoco).

En fin, ya sé porqué puede dormir usted tranquilo todos los días con su conciencia: PORQUE NO LA TIENE.

Es capaz de llamar «General Franco» a uno de los mayores genocidas que ha visto este planeta (y no lo digo yo, lo dice la ONU), pero no es capaz luego de contrastar la información contada por una persona, que, a nada que se lea su autobiografía con algo de atención, es irrebatible que escribe con las únicas armas de la sinceridad y la convicción.

Sirve usted con voluntad y consciencia total a los intereses de este Estado, que desde luego no se creó para favorecer a los de abajo.

De lo mínimo que se le puede calificar es de vendido y de chapucero, si es que todavía no ha sido tipificado como delito por la Audiencia Nacional el llamarle eso a alguien, que todo llegará.

Por cierto, ya le ahorro yo el esfuerzo de buscar el tema, si quiere escribir artículos interesantes (y no basura conformada a fuerza de imposibles conexiones como la realizada el 24 de diciembre) haga uno sobre el origen de ese tribunal.

Puede que se lleve alguna sorpresa si es que después de investigarlo, elaborarlo y publicarlo todavía conserva usted su puesto de trabajo.

Un solidario. Euskal Herria.

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