Cambio de módulo y sin teléfono.

13/03/2016

Pues sí, cuando menos lo espera uno suena el audífono y dicen: recoja las cosas que se tiene que cambiar de módulo”. Nos cambiaron a unos cuantos del módulo porque se rumorea que lo quieren hacer de “respeto”, pero también nos movieron a todos los presos políticos. El caso es que, encima, no me han habilitado los teléfonos para este módulo y ya no podré avisar del cambio hasta el lunes.

La primer impresión que me ha dado este módulo es que tiene peores condiciones que el otro en general y, sobre todo, para poder estudiar y escribir, pues no tienen una sala en el patio para ello, está más lleno de gente, es más ruidoso, etc. Pero bueno será cuestión de ir adaptándose. Como ya llevo años en esta cárcel en todos los módulos conozco gente y eso facilita las cosas.

Los últimos escritos de internet que me has enviado son bastante interesantes. Llama bastante la atención que en Grecia los trabajadores ya hayan tenido que hacer una tercera huelga general contra el gobierno de Syriza, lo que demuestra la catadura de estos reformistas y oportunistas para servir al gran capital griego y europeo, cuando prometieron al pueblo todo lo contrario y tenían el apoyo de este para enfrentarse al capital con todas las consecuencias, salir incluso del yugo de la UE y poder emprender la vía hacia el socialismo que es la única que tiene futuro.

Pero ya advertimos de que este tipo de partidos políticos promete mucho pero no son de fiar, lo que debe de servirnos de ejemplo para el caso de Podemos, que son de la misma cuerda.

Otra peculiaridad de Grecia es el gran número de huelgas generales, de un día, que vienen realizando (no recuerdo si son 13 o más en los últimos años), un método que el propio Lenin rechazaba por considerarlo perjudicial para los trabajadores. Solo veía apropiada la huelga general indefinida ligada a la insurrección, que es muy diferente. Pero una huelga de un día señalada de antemano y con los servicios mínimos que suelen imponer, hasta les viene bien a los empresarios en la actual situación de crisis y saturación de los mercados. En realidad se trata de una artimaña de las mafias sindicales (que en los regímenes monopolistas están supeditadas al capital financiero y su Estado) , para encauzar las huelgas y la indignación de los trabajadores y, finalmente, tratar de sumirlos en la impotencia y las desmoralización.

Mas las huelgas de todo tipo siguen siendo un buen método de lucha para arrancar mejoras concretas a las empresas o incluso derechos sociales al Estado, así como para elevar la conciencia de los trabajadores. No obstante, para poder elevar el nivel del enfrentamiento también es necesario unir a las reivindicaciones de carácter económico otras de carácter político y social. En este sentido son realmente importantes en estos momentos las huelgas de solidaridad. Y en nuestro país por la persistencia del régimen fascista son también muy necesarias las huelgas reivindicando las libertades y derechos democráticos, de expresión, asociación, manifestación, etc.

Por otra parte, para poder desarrollar un verdadero sindicalismo de clase que vaya desplazando a la CC.OO. y la UGT vendidas al poder, también es necesario luchar por las libertades y derechos sindicales que brillan por su ausencia aquí. Están prohibidas las huelgas políticas y de carácter solidario. Pero así mismo, los requisitos que exigen para poder hacer una huelga de mero carácter económico, el aviso por antelación, servicios mínimos del 70%, o más, etc. convierten la huelga, que debe de ser un acto de fuerza y lucha radical, en algo testimonial sin la mínima presión; un paripé inútil. Y en ese sentido ni que decir tiene que no nos podemos dejar llevar por la cháchara pacifista de los medios de desinformación y manipulación política e ideológica.

En una huelga es realmente justo el acoso a los esquiroles y la denuncia de su comportamiento, las barricadas y cortes de calles y carreteras, los escraches, etc. ¿O es que acaso es un acto pacífico la imposición de multas o el encarcelamiento de obreros por ejercer el derecho a la huelga, o la propia legislación de excepción, como la misma ley mordaza, etc.? Esto entre otras muchas cosas que todos sabemos.

Finalmente, es preciso remarcar la necesidad de adaptar los métodos de lucha sindicales a la situación de los regímenes monopolistas e imperialistas actuales, y en concreto a nuestro Estado fascista; estableciendo Círculos Obreros fuera del control de la legalidad sindical y las mafias sindicales, que puedan desarrollar la lucha lo más subterráneamente posible. Un buen ejemplo de ello (aunque habrá que adaptarlas al momento actual) fueron las antiguas comisiones obreras nacidas en el pozo minero de la Camocha de mi tierra.”

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