La otra cara de la historia: Sobre lo que no pasó jamás, y lo que sí está escrito. El «Testamento» de Lenin. Otro bulo desmontado.

El «Testamento» de Lenin, en todo caso el del imperialismo.

La otra cara de la historia

-Sobre el «Testamento de Lenin»

Sobre lo que no pasó jamás, y lo que sí está escrito.

Colaboración:

(…) Lenin había sido operado para quitarle una bala en un hombro, del atentado que sufrió en agosto de 1918. Además, había sufrido meses atrás una parálisis (…)

…A mediados de junio de 1922 hubo una ligera mejoría. En julio, Lenin fue autorizado por sus médicos a recibir visitas, a condición de no hablar de política. Se le prohibió leer los periódicos.

A principios de octubre se sintió lo suficientemente bien para reanudar su trabajo y regresó a Moscú. Los médicos le ordenaron un severo régimen: no más de cinco horas de trabajo al día y dos días de descanso completo por semana. Pero Lenin se desentendió del régimen desde el primer día y se enfrascó de nuevo en la tarea de jefe del Estado. Los días de descanso sí eran respetados: no aparecía por su despacho, pero celebraba conferencias y recibía a sus colaboradores en su apartamiento. El 31 de octubre pronunció un discurso en la sesión del Comité ejecutivo de los Soviets. Era su primera aparición en la tribuna desde su restablecimiento. El 13 de noviembre, en el IV Congreso de la Internacional Comunista, Lenin se dejó ver de nuevo, haciendo un breve balance de cinco años de la revolución rusa y esbozando las perspectivas de la próxima revolución mundial. Su discurso, pronunciado en alemán, duró una hora. Después tomó la palabra el 19 de noviembre, en la asamblea plenaria del Soviet de Moscú. Esa fue su última aparición en público. El 12 de diciembre, Lenin tuvo que dejar de trabajar en su despacho. Clavado en la cama, incapaz de escribir, se puso a dictar artículos, notas, “páginas del diario», y a leer, o más bien hojear, según sus propias palabras, algunos libros.

((En esa época es cuando sucede el cuento de lo que ha pasado a la historia como el «testamento» de Lenin)).

La carta que escribió al nuevo secretario general del partido, Stalin, el 15 de diciembre de 2022, sobre su posible intervención en el próximo Congreso de los Soviets, no permite descubrir el menor signo de hostilidad en Lenin hacia Stalin.

Foto. Lenin y Stalin, camaradas.

Sin embargo, diez días después «dicta» una nota que dice: «Stalin ha concentrado en sus manos un poder inmenso y no estoy seguro de que pueda usarlo siempre con suficiente prudencia.» Una posdata, agregada el 4 de enero siguiente, recomienda a los camaradas «reflexionar sobre los medios de desplazar a Stalin de su puesto».

Pero resulta, que en su artículo posterior, «Sobre la reorganización de la Inspección obrera y campesina», dictado por él los días 19, 22 y 23 de enero, y en el que preconiza la fusión de ese organismo con la Comisión de control del partido, Lenin declara que «el comisario del pueblo para la Inspección puede y debe ser mantenido en su cargo» y que los compañeros de la Comisión de control que serán introducidos en el seno de la Inspección le deben acatamiento. Lo cual quería decir que los poderes de Stalin iban a ser todavía más extensos.

Trotski se opuso al plan leninista de reforzar el Comité Central, y propuso crear, en contraposición al CC, un Consejo del Partido compuesto de miembros y suplentes del Comité Central, miembros de la Comisión Central de Control y «veinte o treinta» representantes de las regiones y localidades, que sería también elegido por el Congreso del partido y que diese directivas al Comité Central y controlase su trabajo. El Comité Central rechazó decididamente las objeciones de Trotski a la ampliación del Comité Central y su idea de crear en el Partido un «doble centro».

El 9 de marzo de 1923, Lenin sufrió un segundo parálisis, que le dejó sin voz. (…)

Folleto del artículo «Cómo debemos reorganizar…», de 1923.

-Con el árbol caído, a recoger testamentos.

Pero Trotski afirma que poco tiempo después (de dicha ‘nota’), hacia mediados de febrero, Lenin le había propuesto formar «un bloque” a fin de realizar una “campaña contra el burocratismo del aparato soviético», es decir, para emprender la misma tarea que deseaba ver realizada por Stalin… Confieso aquí mi perplejidad. Por un lado, nada me autoriza a suponer que Trotski haya inventado completamente la entrevista durante la cual Lenin le hizo esa proposición; por el otro, es absolutamente imposible creer a aquél capaz de tal duplicidad. El caso es que Trotski pretende que durante esas «semanas de lucidez”, Lenin se separó resueltamente de Stalin y buscó un acercamiento con él. Los textos citados por Trotski parecen darle la razón. Pero su lectura incita a admitir que más bien pudo ser (en todo caso) por un incidente de orden privado, y no desacuerdo político, lo que debió provocar ese brusco cambio de humor fácilmente explicable en un hombre enfermo. En la nota citada, la misma que los adversarios de Stalin han titulado después, un tanto pomposamente, el “Testamento” de Lenin, éste parece considerar a Stalin demasiado caprichoso, poco educado, poco paciente y poco leal.

Un ex diplomático soviético, Dmitrevski, citado también por Trotski, cuenta que en una conversación telefónica con Krupskaja, Stalin le contestó de una manera tan grosera que ella, bañada en lágrimas, fue a quejarse a su marido, quien había declarado entonces que, desde aquel momento, “rompía todas sus relaciones personales con Stalin”. Todo esto es difícil de creer y verificar…

Un periodista norteamericano, Max Eastman, admirador entusiasta, aunque un tanto molesto, de Trotski, consiguió, sin que se sepa cómo, una copia de ese documento y la publicó en el New York Herald, mediante una retribución más que adecuada y una parte de la cual, por lo demás, sirvió para sacar a flote a una publicación antiestalinista en Francia. Así fue como el dicho “testamento» se puso en circulación. En su libro ‘Después de la muerte de Lenin’, aparecido a principios de 1925, Eastman habla extensamente de ese documento, y siempre a favor de Trotski. Pero éste se sintió tan molesto que creyó necesario insolidarizarse públicamente de apologista tan celoso. Hizo publicar en la revista ‘Bolchevik’ una carta justificativa en la que decía, entre otras cosas: «Vladimir Ilitch no ha dejado «testamento» alguno, y el propio carácter de sus relaciones con el partido excluye toda idea de «testamento». La prensa extranjera designa bajo ese nombre generalmente, deformándola hasta el punto de hacerla irreconocible, una de las cartas de Vladimir Ilitch que contiene consejos de carácter organizativo. El XIII Congreso del partido la ha estudiado con la mayor atención… Todas las disertaciones sobre el pretendido escamoteo del “testamento» no son más que habladurías malévolas, contrarias a los verdaderos deseos de Vladimir Ilitch y perjudiciales al interés del partido (fechado el 1° de julio de 1925 y publicado en el núm. 16 del mismo año, págs. 67-70).

Krupskaia, por su parte, había protestado en una larga carta dirigida a la redacción del ‘Sunday Worker’ contra lo que llamaba “las fantasías de Max Eastman” (texto ruso, íd., págs. 71-73).

En su libro sobre Stalin, Trotski evita hablar de esas dos cartas. Los más recientes biógrafos de Stalin (hasta 1973), tampoco las mencionan.

O sea, uno de los bulos más recurridos de la falsa historia, con los que el troskismo relacionado a la CIA ha seguido contaminando la verdadera historia comunista.

El propio Trotsky lo negó, y reconoció que como máximo se trataba de una carta, elevada a ‘testamento’, hablada en el partido y difundida por los enemigos del partido.

Siempre han ocultado, y la importancia es vital en un partido comunista, la diferencia entre una nota, una posdata de ésta, una carta, o un artículo dirigido al Congreso del Partido para su inclusión y discusión.

Se oculta que tras dicha nota, Lenin escribió posteriormente un artículo para el Congreso, donde no sólo criticó la labor política de Stalin, sino que la potenció al pedir mayores poderes para los cargos que desempeñaba.

Otra infamia desmontada.

E.

Infos:

-«Lenin», de Gerard Walter. Grijalbo 1973. Pág. 437 a 444.

-Distorsiones y falsedades del “trotskista” Eastman, en su libro “Since Lenin Died”

https://carlosagaton.blogspot.com/2013/01/distorsiones-y-falsedades-del.html

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