Haydée Santamaría. Comunista cubana: “Iba presa, esposada, maniatada, y me sentía más fuerte y más libre que aquellos que con la toga de justicia me iban a juzgar”.

Foto. Haydée Santamaría.

Mujeres luchadoras y sabias

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Haydée Santamaría

Cuba 1923 -1980

Hija de españoles, Santamaría era la mayor en una familia de cinco hermanos. Desde sus estudios primarios su maestro le enseñó valores patrióticos, en especial los de José Martí. Al terminar la primaria se trasladó a La Habana. Tras el golpe de Estado de 1952, junto a su hermano Abel y otros revolucionarios, editaron los periódicos clandestinos Son los mismos y El acusador, realizando una intensa labor de agitación. Tras conocer a Fidel Castro, su pequeño apartamento en La Habana se convirtió en centro del naciente movimiento revolucionario, conocido como Generación del Centenario.

En 1953 participó en las acciones del 26 de julio, ocupando el Hospital Civil Saturnino Lora para apoyar a los asaltantes del Cuartel Moncada. Cooperó como enfermera atendiendo a los heridos. Tras los sucesos, ya prisionera, no rebeló ninguna información pese al chantaje de torturar y asesinar a su hermano y a su novio. “…morir por la patria es vivir” fueron sus palabras en aquellos momentos. Resumiendo lo que sienten muchas mujeres revolucionarias del mundo que han caído bajo la represión, afirmó: “Iba presa, esposada, maniatada, y me sentía más fuerte y más libre que aquellos que con la toga de justicia me iban a juzgar”.

Santamaría, junto a Melba Hernández, fue condenada a siete meses de prisión en el Reclusorio Nacional para Mujeres Guanajay. Fue una de las encargadas de sacar de la cárcel en forma clandestina, elaborar y distribuir el alegato de Fidel Castro en el juicio ante sus captores conocido popularmente como La historia me absolverá. Tras su liberación se integró en la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio y posteriormente, como combatiente guerrillera, formó parte del pelotón Mariana Grajales, en la Sierra Maestra, formado exclusivamente por mujeres.

Posteriormente se ocupó de obtener fondos y armas y aglutinar a los revolucionarios en el exterior. Regresó a Cuba al triunfar la Revolución. Siendo ministra de Educación fundó, en 1959, la institución cultural la Casa de las Américas. Fue creadora y patrocinadora del Movimiento de la Nueva Trova. Formó parte de la Dirección Nacional de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y en 1965 estuvo entre los fundadores del nuevo Partido Comunista de Cuba, del cual sería electa miembro de su Comité Central.

Formó parte de la presidencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), fundada en La Habana en 1967 para coordinar la lucha insurreccional en todo el continente. Al año siguiente viajó a Vietnam como parte de una delegación solidaria de Cuba con el pueblo vietnamita.

En una de sus charlas, Santamaría le dijo a un estudiante: “Para mí ser comunista no es militar en un partido; para mí ser comunista es tener una actitud ante la vida”. “Soy enemiga ya no de matar por gusto, soy hasta enemiga de ser violenta por gusto. Creo que hay que hacer un gran esfuerzo para ser violenta, para ir a la guerra, pero hay que ser violenta e ir a la guerra si hay necesidad”.

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