Mujeres en todos los frentes: África de las Heras. Comunista ceutí, operadora de radio, guerrillera, espía.

Foto. África de las Heras.

Mujeres en todos los frentes:

Libro

África de las Heras

Ceuta 1909 – URSS 1988

Nació en el seno de una familia de la alta burguesía ceutí en la que uno de sus miembros era general del ejército, otro alcalde y juez de Ceuta y su padre escribiente del ejército. Realizó sus estudios en colegios de monjas de Ceuta y Madrid hasta que, de regreso a Ceuta, con diecinueve años, se casó con un teniente de la Legión del que se separó tras la proclamación de la Segunda República, trasladándose a Madrid definitivamente.

En la capital trabó amistad con jóvenes socialistas y comunistas, comenzando a tomar conciencia de la realidad social y política del país y participar en sus luchas. En 1934 colaboró en la Insurrección de Octubre actuando como enlace entre los grupos alzados en Madrid. Afincada en Barcelona, nace una gran amistad con los comunistas Caridad Mercader y su hermano Ramón. En ese tiempo amplía sus conocimientos y formación en los ideales comunistas y acaba militando en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y en el PSUC. Tras el levantamiento fascista de 1936 formó parte de las patrullas de control de los “quintacolumnistas” y de los interrogatorios de los detenidos.

Destacándose por sus cualidades, disposición y disciplina, en 1937 pasó a formar parte del Servicio de Inteligencia Soviético del Exterior (NKVD) y fue trasladada a Moscú para recibir una formación adecuada en la Escuela Central de Inteligencia del Ministerio del Interior. En una de sus primeras misiones, fue enviada a México para obtener la información necesaria que permitió realizar la operación de ejecución contra Trotski, en 1940, por su actividad antisoviética.

«En el verano de 1941, después de cumplir con una tarea del Centro, llegué a la Unión Soviética. Durante mucho tiempo no podía creer que mi sueño se hubiera hecho realidad. Estaba en la patria de la Revolución de Octubre. No podía asumir que veía con mis propios ojos la Plaza Roja, que paseaba por sus calles concurridas, que podría detenerme a ver el río Moscova.»

Ante la invasión de la Unión Soviética por el ejército nazi, de las Heras pasó a formar parte de una unidad guerrillera de voluntarios españoles y de otras nacionalidades, para actuar en el territorio ucraniano ocupado por los nazis. Fue lanzada en paracaídas y, como combatiente guerrillera, estuvo dos años realizando, principalmente, tareas de operadora de radio.

Tras su regresó a Moscú, adquirió la nacionalidad soviética e intensificó su formación en tareas de inteligencia y de operadora de radio para proseguir con su actividad como agente exterior. Entre 1946 y 1948 se estableció en París, como refugiada republicana española con un nombre ficticio. Pasó por ser una modista de alta costura entre la burguesía parisina y así logró relacionarse con un escritor uruguayo de renombre que, por su ideología manifiestamente anticomunista, fue la cobertura más adecuada para la misión a realizar en América Latina.

Al trasladarse a Uruguay, en 1949, se casó con este escritor para conseguir la nacionalidad uruguaya separándose de él pasados dos años. En Montevideo abrió un taller de costura que daba cobertura a la labor informadora que realizaba desde su transmisor de radio. Gracias a su trabajo, la URSS pudo disponer de una base de comunicación sólida, en Latinoamérica, para la coordinación de contactos y tareas de cobertura legal de otros agentes.

En 1956, entra en contacto con el agente italiano Valentino Marchetti, también nacionalizado soviético, superior jerárquico de todas las células y actividades conspirativas en la zona. Con él forma una nueva pareja y abren una tienda de antigüedades en el centro de la capital uruguaya que les dota de cobertura para sus numerosos viajes y relaciones con todo tipo de contactos. Gracias a su labor de información se tuvo conocimiento de la invasión de Cuba, en 1961, en la Bahía de Cochinos. La eficacia de todo su trabajo siempre mereció el reconocimiento de sus superiores en Moscú.

Cuando Marchetti acabó discrepando de la política de la Unión Soviética, de las Heras se hizo cargo de la dirección del trabajo hasta el fallecimiento de su pareja, en 1964.

Prosiguió su actividad habitual hasta que, en 1966, vendió la tienda de antigüedades y la casa, dejó todo en orden respecto a sus actividades y relaciones y salió del país para regresar a la Unión Soviética. Todavía, hasta 1971, realizó misiones en el extranjero, año en que se asentó definitivamente en Moscú. Desde entonces fue nombrada instructora de jóvenes agentes en la Sede Central de Inteligencia, dando clases a los destinados a países de habla española. Continuó en activo hasta 1985 y, tres años después, se produjo su fallecimiento, casualmente el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora.

Estas breves palabras suyas resumen la dignidad de su vida y la fortaleza de sus convicciones: «Mi patria es la Unión Soviética.Así lo siento en mi cabeza y en mi corazón. Toda mi vida he estado vinculada con la Unión Soviética. Soy miembro del PartidoComunista y creo en los ideales de la revolución, que siempre meha guiado. Ni los años ni las dificultades de la lucha han deteriorado mis convicciones. Al contrario. Estas dificultades siemprehan sido una fuente de energía para seguir combatiendo por misideas. Gracias a ello puedo vivir tranquila y con la cabeza bienalta. Nadie ni nada podrán arrebatarme mi fe hasta la muerte.»

De esta mujer es de reseñar su indiscutible valía al no ser nunca detenida ni conocida su verdadera actividad. Valía que atestiguan los numerosos reconocimientos y máximas condecoraciones soviéticas recibidas a lo largo de su vida así como el grado de general del Comité para la Seguridad del Estado (KGB), los honores militares en los funerales de Estado y el monumento que hoy permanece en el cementerio de Moscú, en cuya lápida está inscrito el nombre de “PATRIA”, en español, adoptado por ella para su trabajo conspirativo, en referencia a su sentir por la Unión Soviética.

Disponible en el catálogo de materiales.

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