Sobre las escuchas telefónicas y el espionaje. En España, desde 1939, a diario. Centenares de miles de personas en política, espiadas por muy diversos medios.

Servicios secretos españoles y otros espías.

Guerra sucia es fascismo:

Sobre las escuchas y espionajes a políticos.

Opinión:

Sería para reírse de que ahora mucho ciudadano se haya escandalizado por el asunto de las escuchas telefónicas y el espionaje, si no fuera porque entre estos escandalizados honestos, lo son jóvenes de 17 a 24 años que casi nada saben de la historia reciente de lucha en el Estado español. Tienen la memoria histórica silenciada, blanqueada, constreñida en libros de texto escritos con sólo una parte de la historia política, en visitas a museos de memoria del franquismo y del «terrorismo» sólo de sus víctimas, en medios de control de la información que les orientan a seguir a ídolos de barro para alejarles de los problemas reales de su barrio.

Las escuchas telefónicas, el control de Correo, los dispositivos de seguimiento, o de los nuevos medios desde la implantación de internet, no han dejado de producirse ni por un sólo día en su llamada «transición», sí, la del fascismo franquista a la del fascismo coronado.

Hay miles de relatos, testimonios, denuncias, juicios que no han llevado sino al bloqueo absoluto de cualquier investigación. Y los más afectados, criminalizados, represaliados, sin duda alguna, lo han sido los militantes revolucionarios, sus familias y entorno, periodistas de investigación, y los colectivos y organizaciones populares.

Y lo han realizado, la policía y los servicios secretos ¿quién si no? desde poniendo toda la casa de una familiar de una revolucionaria comunista llena de micrófonos de escucha (se han dado más de 20 casos diferentes), a controlar todo lo que sucedía en las sedes de Herri Batasuna, incluso con el Cesid en los pisos de arriba de las sedes, a fotografiar descaradamente y hacer seguimientos a una asamblea del SRI, a controlar cientos de cabinas telefónicas ante la llamada de un militante, a poner dispositivos de seguimiento en coches u objetos de amigos, familiares o militantes políticos… hasta el que los colectivos serios, en sus reuniones internas hayan forjado en acero la consigna «llevar el teléfono encima es como portar a un picoleto».

Todos los colectivos, organizaciones o militantes revolucionarios mínimamente públicos han sido, son y serán espiados. Es la primera regla de las policías y cuerpos de inteligencia mundiales, y a los españoles les viene de lejos, como de 1939, ininterrumpidamente, a diario, a cientos de miles de espiados.

Sobre mapa España como gran cárcel «Escuchas y espionaje desde 1939».

Yo recomiendo a la gente joven sobre este tema en concreto, al que concateno con la guerra sucia en general: tortura (con numerosos asesinados en plena ‘democracia’), malos tratos, seguimientos, secuestros parapoliciales, jueces sordos y ciegos pero no mudos, represión brutal, BVE, GAL… que siempre intenten recordar datos objetivos que les debiera hacer dudar sobre todas las mentiras que les cuentan:

  • Las centenares de miles de personas espiadas por muy diversos medios.
  • Las decenas de miles de detenciones políticas, muchas de ellas llevadas a cabo tras esas escuchas o espionajes.
  • Los documentos (muchos en redes, otros muchos en libros de necesaria lectura) de detallados seguimientos a militantes políticos, solidarios con presos políticos, familiares -sobre todo madres- de militantes (sobre todo los clandestinos), presos revolucionarios -filtrando Correo o manipulándolo-…
  • O para ir más a sus tiempos, los centenares de multados o juzgados tras «investigar» sus redes sociales.

Estas escuchas actuales a políticos catalanes y vascos, a ministros y presidente, sólo son la punta del iceberg de toda la basura que ocultan los fondos reservados, los servicios secretos creados por Carrero Blanco y solo coloreados hasta llegar al CNI.

Lo que les debiera de preocupar, es que el fascismo coronado avanza sin cesar, volviendo a sus orígenes si hiciera falta, sí, esos de la cuneta, la picana y el «Todo por España».

Sánchez es tan culpable de las escuchas actuales como lo fue cuando blanqueó al criminal GAL solo siendo un jovenzuelo trepa.

El PP son tan culpables de las escuchas actuales como lo fue que su fundador fuera el ministro de censura criminal fascista.

Llaman Pegasus a lo que fue el pinchazo telefónico de los ‘70, la guerra sucia parapolicial de los ‘80, la instalación de un troyano en tu ordenador en los ‘90, o a la guerra sucia sacando información a golpes y torturas desde hace 83 años.

Jóvenes: No lo olvidéis, iguales perros con distintos collares.

Remitido.

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