La mitad de Europa y parte de Asia obtuvieron su condición de Estado a manos de la URSS. Rusia no es la URSS, pero igual no conocías estos datos históricos. Y ‘Yo estuve en Ucrania, y te están mintiendo’. OTAN no.

Mapa de Rusia, Ucrania…

Repaso a la historia:

Rusia

Datos que igual no conocías.

Rusia no es la URSS, pero…

En redes (extractos)

¿Estás preguntando sobre los resultados de la «agresión» rusa? Son los siguientes:

La mitad de Europa y parte de Asia obtuvieron su condición de Estado a manos de este Estado en particular.

Recordemos quién exactamente:

-Finlandia en 1802 y 1918 (hasta 1802 nunca tuvo estado propio).

-Letonia en 1918 (hasta 1918 nunca tuvo su propio estado).

-Estonia en 1918 (hasta 1918 nunca tuvo un Estado propio).

-Lituania restauró el Estado en 1918 gracias a Rusia.

-Polonia restauró el Estado con la ayuda de Rusia dos veces, en 1918 y 1944.*

*¡La división de Polonia entre la URSS y Alemania es solo un período corto!*

-Rumanía nació como resultado de las guerras ruso-turcas y se convirtió en soberana por voluntad de Rusia en 1877-1878.

-Moldavia como Estado nació dentro de la URSS.

-Bulgaria se liberó de la opresión del Imperio Otomano y restauró su independencia como resultado de la victoria de las armas rusas en la guerra ruso-turca de 1877-1878, que tenía este objetivo. Como ‘agradecimiento’, el Estado de Bulgaria participó en dos guerras mundiales como parte de las coaliciones anti-rusas. Bulgaria ahora es miembro de la OTAN y tiene bases estadounidenses en su territorio. Después de 1945, no había ni un solo soldado ruso en su territorio…

-Como resultado de esta guerra, Serbia nació como un Estado soberano.

-Azerbaiyán como estado se formó por primera vez como parte de la URSS.

-Armenia se ha preservado físicamente y revitalizado como Estado solo dentro de la URSS.

-Turkmenistán nunca ha tenido un Estado y lo formó solo como parte de la URSS.

-Kirguistán nunca tuvo la condición de Estado y lo formó solo como parte de la URSS.

-Kazajstán nunca tuvo la condición de Estado y lo formó solo como parte de la URSS.

-Mongolia nunca tuvo un Estado y lo formó solo con la ayuda de la URSS.

-Bielorrusia y Ucrania también obtuvieron la condición de Estado por primera vez como resultado de la Gran Revolución de Octubre dentro de las repúblicas de la URSS. Y no fue hasta 1991 (también de Rusia) que obtuvieron la independencia total.

-El papel de Rusia-URSS en el nacimiento y formación de Estados como China, Vietnam, Corea del Norte, India, Grecia, Argelia, Cuba, Israel, Angola, Mozambique, etc. también vale la pena considerarlo.

Mapa de la URSS.

-También se llevó a cabo lo siguiente:

La liberación de Austria del Tercer Reich en 1945; la liberación de Checoslovaquia del Tercer Reich en 1945; La posición de Stalin en las negociaciones con Estados Unidos e Inglaterra, que le dio a Alemania la oportunidad de mantener su condición de Estado después de la derrota en 1945…

-Ayuda soviética a Egipto, tras lo cual pudo resistir y consolidar su independencia en la guerra con Israel, Gran Bretaña y Francia en 1956-57.

-La intervención de la URSS en 1967, que detuvo la guerra entre Israel y Egipto (en realidad salvó a los árabes de la derrota en dos guerras en 1967-74).

-El papel crucial de la Unión aseguró la independencia de Angola en 1975.

-Y finalmente lo principal. Fue la URSS la que, tras ganar la Segunda Guerra Mundial, desempeñó un papel clave para asegurar la independencia de la mayoría de las colonias de Europa occidental en el proceso de descolonización global iniciado por la Unión. La historia de Rusia sugiere que dentro de cualquier poder y sistema, ha sido constante en la defensa de los principios de independencia y autodeterminación de naciones y naciones. Fue ella quien, de todas las formas posibles, ayudó a crear un mundo multipolar en cualquier momento y en todo momento… Ahora, más que nunca, es fundamental hacer todo lo posible para que el mundo nunca olvide esto, recordar siempre cómo el pueblo soviético contribuyó a la liberación de Europa del fascismo.

Foto. Guardia nocturna en el Donbass.

Ucrania

-Yo estuve en Ucrania, y te están mintiendo.

Nos están mintiendo: una importante parte de la población ucraniana que más activamente apoya la intervención por la que aboga Washington, Londres y Varsovia pertenece a partidos y movimientos ultraliberales, de extrema derecha o directamente neonazis.

Este artículo lo firman dos periodistas que viajaron y cubrieron de 2015 a 2019 el conflicto de Ucrania en la región de Donbass. Ante la desinformación y el silenciamiento de otras voces, este artículo busca transmitir los enfoques invisibilizados y las malas prácticas informativas en torno al conflicto.

Nueve años después del estallido del conflicto en el Donbass ucraniano, volvemos al punto de partida. Como periodistas y testigos en terreno de la guerra en Ucrania, nos produce especial dolor este eterno retorno a lo que fuera tragedia, y ahora es una farsa tan esperpéntica que resulta muy difícil de tragar; y eso que en cuestiones de política internacional tenemos tragaderas por aquí. Si no, que se lo digan a Javier Solana, que pasó de dar mítines anti Otan en el Hebe de Vallecas a ordenar el bombardeo de Belgrado. Pero eso fueron otras guerras.

La que nos ocupa hoy no puede comprenderse sin antes conocer el mapa político ucraniano y como éste responde a brechas lingüísticas, religiosas y culturales que se remontan siglos atrás. No puede simplificarse el conflicto a una cuestión de gas, rublos y tanques, pues lo que hay en juego se trata en gran medida del control de un relato. Y por desgracia para nostálgicas como las que suscriben, tampoco se puede resumir ya con lógicas de la Guerra Fría; aunque derive directamente de ellas. No podemos pedir a la opinión pública que se acerquen a la política internacional cuando esta se explica a golpe de conflictos de usar y tirar, (¿Alguien se acuerda de las afganas? ¿y qué ha ocurrido con Kazajistán?) pero sí es legítimo pedir un poquito más de nivel del periodismo mainstream y de la clase política que nos mete en una guerra a golpe de fragata.

Quizá pedimos demasiado: Boris Johnson se marcha a Kiev para tapar sus fiestas locas en Downing Street, mientras que su Ministra de Exteriores no es capaz de situar la ciudad rusa de Rostov en el mapa. A Biden le falla la memoria y cuando quiere decir Afganistán dice Ucrania, perdón, Iraq, porque total, qué más da, y mientras, Pedro Sánchez se hace fotos telefoneando a la OTAN y ofrece Rota y fragatas, pero, como en Bienvenido Mr. Marshall, los americanos vuelven a pasarle de largo y le excluyen de la ronda de negociaciones. Lo más grave es que ya nada de esto nos sorprenda.

En materia de manipulación informativa, tampoco estamos mejor. Quienes hemos cubierto conflictos armados sabemos que las guerras no las hacen las historias individuales, sino que deben situarse en la historia y en el análisis geopolítico; nada hay más colectivo que las guerras. Sin embargo, es mucho más efectista narrar un conflicto desde los testimonios, desde la lágrima, el dolor y la empatía. Lo preocupante es que sólo nos llegan las voces de una parte del conflicto, las que interesa amplificar, porque a no ser que saques historias de vidas destrozadas por el exilio y la muerte, nadie va a comprarte que mandes una fragata a un país a cinco mil kilómetros, donde no se te ha perdido absolutamente nada.

El problema viene cuando ninguna de esas historias se sostiene: en solo dos semanas, hemos visto como El Diario rectificaba una noticia en la que entrevistaba a una activista ucraniana que resultó ser nieta de un criminal de guerra de las Waffen SS-Galitzia, la división ultranacionalista ucraniana que desplegó las políticas nazis en el territorio. El Mundo entrevistaba también a Ivan Vovk, un portavoz de la Asociación Patriótica de Ucranianos en España, cuyas redes sociales le mostraban haciendo el saludo nazi rodeado de parafernalia militar alemana; y Televisión Española entrevistaba a unas mujeres mayores en Jarkov como “voluntarias civiles”: lástima que se les colara en plano las banderas con emblemas ultras y nazis del Batallón Azov, el destacamento militar fascista para el que las señoras de bien cosían redes de camuflaje.

Quienes conocimos otras caras del conflicto también tenemos relatos. El de la maestra de Kirovsk que se quedó sin escuela. El de la infancia abandonada a su suerte en hospicios sin futuro. El de las babushkas que alimentaban los comedores populares. El de los voluntarios del “no pasarán” llegados de toda Europa. Pero no es nuestra intención romantizar una guerra: solo los imbéciles y los fascistas, como Marinetti, que decía aquello de que la guerra es bella, pueden idealizarla. Nuestra intención es hacer un llamamiento a no caer en los errores de hace casi una década, en normalizar la agresión y el dolor de un pueblo, en trivializar un conflicto que lleva una década clavado en Europa…

https://www.elsaltodiario.com/opinion/estuve-ucrania-estan-mintiendo

Mapa. Bases de la OTAN en torno a Rusia.

-Bases de la OTAN rodeando a Rusia. Luego es «Rusia la que quiere guerra».

«Stop NATO» Puño ataca el logo de la OTAN.

-STOP NATO – OTAN.

Misma niña 2016 y 22.

-Manipula que algo queda.

Misma foto de niños saludando al ejército de Ucrania. Lástima que la de 2022 ya saliera publicada en 2016.

Foto. En Salónica, queman bandera OTAN.

-Grecia:

Salónica: Manifestación de apoyo al Donbass y contra la OTAN. Queman una bandera de la OTAN.

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