Memoria histórica imprescindible:
-Identifican 290 fosas con 1.372 víctimas del franquismo en la Región de Murcia.
Una web permite a los ciudadanos consultar el censo elaborado por investigadores ligados a la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica.
Casi 300 fosas comunes e individuales que albergan los restos de un total de 1.372 víctimas mortales de la Guerra Civil y la represión franquista en la Región de Murcia. Estas son las cifras que arroja la primera fase del proyecto de investigación desarrollado por la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica (Famhrm), y que ha permitido la catalogación de fosas concentradas principalmente en la capital y Cartagena, pero también localizadas en Caravaca de la Cruz, Lorca, Totana, Librilla, Jumilla, Águilas, Mazarrón y otros muchos municipios de la Comunidad. «Hay fosas por toda la Región, muchas más que las localizadas inicialmente por el Ministerio de Justicia».
–https://www.laverdad.es/murcia/fosas-murcia-guerra-civil-20211117120423-nt.html
-Mulleres na guerrilla antifranquista.
Para moitas mulleres comprometidas no seo da Federación de Guerrillas de León-Galiza de 1942 a 1946 e da II Agrupación del Ejército Guerrillero de Galicia-León de 1947 a 1951, no territorio de Ourense, do Bierzo e da Cabreira, resultou difícil testemuñar o seu pasado compromiso.
–https://www.nosdiario.gal/articulo/memoria/actrices-da-resistencia/20211117174025132594.html
-Cartafol da barbárie fascista na Galiza.
15 láminas de óleos, debuxos e gravados antifascistas de artistas galegos.
A genialidade do melhor das nossas artes plásticas, como também dos diversos géneros literários, foi utilizado para combater o terror das baionetas, que 20 de julho de 1936 inícia o genocídio galego, contra os melhores filhos e filhas da naçom do Trabalho.
A sublime habilidade das maos de Castelao, Arturo Souto, Luis Seoane, Carlos Maside, Manuel Colmeiro, Federico Ribas, Uxío Souto, coincidírom no mesmo propósito: combater as atrocidades e ilimitada crueldade dos que financiárom, armárom, justificárom e apoiárom, o golpe de estado do verao de 1936 contra o governo da II República espanhola.
A ditadura das quatro décadas de longa noite de pedra, e o regime no que ordenadamente mutou, nom logrou acalar os nossos criadores, foi incapaz de submeté-los ao terreno da beleza formal, carente de compromisso social.
A obra de Agustín Pérez Bellas, Reimundo Patiño, Xaime Quessada, Lodeiro, Conde Corbal e Eugenio Granell, assim o testemunha, no trânsito das décadas de sessenta e oitenta do passado século.
Com a genialidade que carateriza os seus debuxos, Evaristo Pereira alerta sobre a fascismo renovado que volta a ameaçar-nos.
Neste cartafol selecionamos óleos, láminas, debuxos e gravados de catorze artistas galegos, confecionados no intervalo histórico de mais de oitenta anos, ligados polo fio condutor do antifascismo, que nos convoca e apela a evitar umha nova derrota.
Estamos perante a primeira recompilaçom coletiva de debuxos, óleos e gravados de Castelao, Arturo Souto, Luis Seoane, Carlos Maside, Manuel Colmeiro, Federico Ribas, Uxío Souto, Raimundo Patiño, Xaime Quessada, Xosé Telmo Lodeiro, Xosé Conde Corbal, Eugenio Granell e Evaristo Pereira.
–https://www.facebook.com/Comite-Antifascista-Compostela-101045871815679/?__tn__=k*F&tn-str=k*F
-Crímenes del franquismo, crímenes contra la humanidad
El problema para juzgar en España crímenes de lesa humanidad es la oposición de la cúpula del poder judicial, cuya prepotencia se gestó durante la Transición.
Arturo Val del Olmo. Abogado y miembro de la Asociación de Víctimas 3 de Marzo – Martxoak 3 Elkartea.
–https://www.elsaltodiario.com/crimenes-franquismo/crimenes-franquismo-crimenes-humanidad
-Sobre Buenaventura Durruti:
“A principios de 1936 Durruti vivía justo al lado de mi casa, en un pequeño piso en el barrio de Sans. Los empresarios lo habían puesto en la lista negra. No encontraba trabajo en ninguna parte. Su compañera Émilienne trabajaba como acomodadora en un cine para mantener a la familia.
Una tarde fuimos a visitarle y lo encontramos en la cocina. Llevaba un delantal, fregaba los platos y preparaba la cena para su hijita Colette y su mujer. El amigo con quien había ido trató de bromear: “Pero oye, Durruti, ésos son trabajos femeninos.” Durruti le contestó rudamente: “Toma este ejemplo: cuando mi mujer va a trabajar yo limpio la casa, hago las camas y preparo la comida. Además baño a la niña y la visto. Si crees que un anarquista tiene que estar metido en un bar o un café mientras su mujer trabaja, quiere decir que no has comprendido nada”.
“Para mí, su heroísmo no estaba tanto en lo que dicen los diarios sino, sobre todo, en su vida cotidiana. Claro, eso lo sabe muy poca gente, lo saben los que lo conocieron en el café de la esquina, en su casa o en la cárcel.
Por las manos de Durruti han pasado millones, y sin embargo le he visto remedándose las plantillas de los zapatos porque no tenía dinero para llevados al zapatero. A veces, cuando nos encontrábamos en un bar, no tenía siquiera el dinero para pedir un café.
Cuando iban a visitarnos salía a menudo con un delantal puesto, porque estaba pelando patatas. Su mujer trabajaba. A él no le importaba; no conocía el machismo y no se sentía herido en su orgullo al hacer las labores domésticas.
Al día siguiente tomaba la pistola y se echaba a la calle para enfrentarse a un mundo de represión social. Lo hacía con la misma naturalidad con que la noche anterior había cambiado los pañales a su hijita Colette”.
Hans Magnus Enzensberger, El corto verano de la anarquía, (Barcelona, Anagrama, 2002).