«Esto sucede en la calle», «Estuvimos en las jornadas antifas», «Te mando un saludo solidario, por la amnistía». Escribir a las y los presos políticos. Romper el aislamiento.

Sobre foto de una celda «Cartas a prisión. ‘esto sucede en la calle'»

Escribiendo a los presos políticos

—Varias personas nos preguntan que qué contar a un o una presa política cuando les escriben por primera vez. Pues pueden ser una multitud de cosas. Tu entorno, sobre el barrio y su movimiento. Lo jodidas que están las cosas de curro y sin futuro visible, lo que vivimos en las jornadas antifas de no se qué población… Solidarios que ya llevan varios intercambios de cartas, entran al debate con temas que hayan ido saliendo. O como en este caso, sobre cómo una persona solidaria vé las realidades que le rodean, en su pueblo, en el análisis de internacional, o en el intercambio de dudas y opiniones. Romper la incomunicación que imponen a los revolucionarios prisioneros. Que palpen la calle, a través de sus luchas, sus problemas, sus combates—

“Vaya desde aquí un saludo intenso. (…) Como imagino que en este año la carta ya no te llegará, sirva como refrescantes palabras que auguren un magnífico inicio de año y cómo no ¡que no decaiga a lo largo del mismo, o sea, un magnífico 2020 de firmeza y resistencia!

Pues comentarte y confirmarte que como certeramente apuntas en tu carta la cosa en Madrid pintaba y sigue pintando muy bien. A la manifestación proamnistía que citas, y que reunió efectivamente a 5.000 personas, coincidiendo contigo que es un salto cualitativo, se unió la políticamente muy exclarecida campaña de denuncia que hicieron junto con otras organizaciones el 6 de diciembre, acerca de la Constitución. Esto decían en la explicación de la misma:

«41 años de Constitución 80 años de represión.

Para el 41 aniversario de la Constitución Española el MAR Madrid, junto con otras orgs., hemos realizado esta campaña para denunciar por los distintos barrios el carácter antipopular y represivo de la CE, que utilizan para seguir negándonos derechos y libertades. Nos cuentan que la represión y la dictadura acabaron en el 78, pero es mentira. Los 41 años de CE, han venido a consolidar: 80AñosDeRepresión. ¡Contra su Constitución, resistencia!»

Creo que poco hay que comentar, como no sea el afilado carácter de denuncia política de la organización popular. Se acompañan en la info fotografías con cartelones editados y pegados en distintos barrios de Madrid.

Con respecto a Euskal Herria, decirte que la cosa sigue, paradógicamente (lo digo comparando con años atrás) más lenta que en el resto del Estado. No podía ser de otra manera dada la recientísima (en el tiempo) dejación de los principios por parte del MLNV constitucionalista y la ya comentada otras veces desorientación y desmoralización que esto provoca.

No obstante te diré, que aunque lenta, la cosa por lo menos no baja. En este año, la manifestación nacional proamnistía que se hace, como siempre, el último sábado de noviembre congregó a más de 2.000 personas bajo el lema ¡luchar es legítimo! ¡Amnistía total! El carácter de la misma fue combativo por idéntica situación que en Madrid, el exclarecimiento político creciente que aumenta poco a poco en cada vez más sectores de las clases populares vascas.

Fruto de la cada vez más creciente inquietud y disconformidad política, parece que va despertando lo más rebelde y avanzado y se cristaliza en el surgimiento de pequeñas estructuras, pequeñas organizaciones, o intentos de organización, que responden a la inconformidad con la situación actual, y es de comentar que en casi todos estos nuevos surgimientos se pone el acento (al menos teóricamente) en la necesidad del marxismo como ideología para salir de la crisis.

De esta manera, surjen la Coordinadora Juvenil Socialista (GKS), por otro lado la organización Jarki, el giro hacia el marxismo de la organización estudiantil Ikasle Abertzaleak (Estudiantes Patriotas) (…) Pero vamos, que como denominador común, tienen, casi todas ellas, como digo, la búsqueda en el marxismo de una salida o respuesta a esta situación.

Sobre cartel fotos presos políticos «Cartas. Escríbeles».

(…) Donde la cosa ha tenido movimiento es en Colombia, con la vuelta a la resistencia armada de otro sector de lo que fuera la organización político-militar FARC-EP hace unos meses y la salvaje represión desde el paro nacional del 21 de noviembre, poniéndose a la par de la desatada en Bolivia, Ecuador y Chile.

En cuanto al primer asunto, aclararte que ahora voy a ahondar en 3 grandes sectores de lo que fueron las FARC-EP que han vuelto a las armas pero que no están juntos y a los que diferencian algunos rasgos:

En lo que se refiere al primer sector, anunció su vuelta a la rebelión armada el 29 de agosto.

*Este grupo (llamado FARC-EP, Segunda Marquetalia) se podría decir que viene políticamente escarmentado en un sentido. En el de no entregar las armas y «no ponerlas fuera del uso en la política», como ellos dicen, antes de ver garantías concretas y avances que cimienten el paso.

Hay bastantes integrantes de los que encabezaron las mal llamadas negociaciones de paz en La Habana.

No obstante en la actualidad siguen cayendo para mí en un tremendo desatino político al proponer un Gran Acuerdo Nacional en la actual situación de paro y resistencia que se vive en Colombia, con el mismo gobierno que se rió de ellos a la cara incumpliendo lo pactado y firmado a todo bombo y platillo, y asesinando además a más de 600 líderes sociales y 170 excombatientes. Es algo que no puedo comprender si lo analizo bisceralmente, pero que si acudo a la cabeza sí que logro encuadrar: la cosa es que en ese sector no predomina una dirección marxista, sino bolivariana, y eso hace que prevalezca la idea de que si el pueblo entero está en la calle, la demanda, por numerosa, será más fácilmente escuchada y más fácil será que el Estado entable negociaciones con todos los organismos populares.

«Creemos en la potencia transformadora del común», es alguna de las consignas que a mi modo de ver ligan la solución de los problemas a la mera movilización, contundente pero únicamente a la movilización, y no a la eliminación del Estado actual previo paso para conseguir justicia social, si bien esta opción está al menos en la retórica de sus discursos.

No tiene en cuenta la inquebrantable firmeza con que la burguesía defenderá sus intereses de clase, cristalizado en el que parece imparable regar el suelo de sangre de los colombianos más humildes.

Las FARC-EP (segunda Marquetalia) creo que son todavía una organización chiquita que está en periodo de formación y entrenamiento más que de accionar. Tienen, eso sí, mucha relevancia política. No puede ser de otra manera (lo de su tamaño) si comenzaron la formación de la organización el 29 de agosto.

*Luego estaría un segundo sector, al que de momento siguen llamando Disidencias de las FARC-EP, que sí que acude más al marxismo en sus comunicados y razonamientos. Son expresados en un lenguaje más sencillo y no tan literario como los primeros, y por llevar más años tienen más capacidad militar y arraigo entre el pueblo.

Las noticias sobre estos dos primeros sectores evidentemente hay que mirarlas con el lente de la información de guerra, de manera que solo resaltan, o bien sus fracasos, o bien una lectura en ese sentido aunque las acciones sean acertadas y diáfano su mensaje político.

*Y por último estaría un tercer sector con quien no se podría contar para la causa revolucionaria, pues han distorsionado totalmente su conciencia y supuestamente están al servicio del lucro personal con negocios como el narcotráfico. Lo integran antiguos combatientes de las FARC-EP y muchas veces son dados de baja por militantes de los otros dos sectores.

Creo que debería imponerse la coherencia y predominar un ambiente de diálogo y unidad entre las dos primeras tendencias guerrilleras mencionadas que concluya en unas nuevas FARC-EP.

De lo demás, qué te voy a contar. Los franceses recordándonos lo que es una huelga general de verdad, y sabiendo también lo que quieren, ya que en las calles del país aparecen pintadas con lemas como: «Mai 68 on s’en fout on veut 1793», “No nos importa el 68, queremos un 1793”.

(…) Solo añadiré que no cesa la denuncia de vuestra situación ni tampoco el arraigo y expansión de la solidaridad y simpatía que generáis con vuestro ejemplo.

Quedo a tu disposición para aclarar dudas o desarrollar más alguno de estos temas o cualquier otro que me propongas.

¡Hai qu’armala!”

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