La cuestión nacional y el proletariado. Agenda ‘La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos’.

Dibujo. Puños se levantan conjuntamente.

La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos

Agenda

La cuestión nacional y el proletariado

Stalin. El marxismo y la cuestión nacional – 1913.

Citado por Pierre Vilar en Iniciación al vocabulario del análisis histórico – 1980

«Presionada por todos los lados, la burguesía de la nación oprimida se pone en movimiento de forma natural. Apela a su “pueblo” y empieza a invocar “la patria” a grandes gritos, haciendo pasar su causa por la de todo el pueblo. Recluta por sí misma un ejército entre sus “compatriotas” en interés de “la patria”. Y el “pueblo” no siempre permanece indiferente a esta llamada, se agrupa en torno a su bandera: también a él le alcanza la represión de arriba y eso provoca su descontento.

Así empieza el movimiento nacional.

La fuerza de este movimiento nacional está en función del grado de participación en dicho movimiento de amplias capas de la nación: proletariado, campesinado.

Que el proletariado estreche filas bajo la bandera del nacionalismo burgués depende del grado de desarrollo de las condiciones de clase, de la conciencia y de la organización del proletariado. El proletariado consciente posee una bandera propia y no tiene necesidad de formar bajo la bandera de la burguesía.

Por lo que a los campesinos respecta, su participación en el movimiento nacional depende ante todo del carácter de la represión. Si la represión afecta los intereses de la “tierra”, como fue el caso de Irlanda, las grandes masas de campesinos forman inmediatamente bajo la bandera del movimiento nacional.

(…) En algunos casos, la burguesía consigue arrastrar al proletariado al movimiento nacional, y la lucha nacional adquiere entonces, en apariencia, un carácter “popular general”, pero solo en apariencia. En su esencia se trata siempre de una lucha burguesa, beneficiosa y deseable básicamente para la burguesía.

Pero de ello no se deduce en modo alguno que el proletariado no deba luchar contra la política de opresión de las nacionalidades.

Las restricciones a la libertad de desplazamiento, la privación de los derechos electorales, las trabas al uso de la lengua, la reducción del número de escuelas y otras medidas represivas afectan a los obreros tanto como a la burguesía o más…

Ahora bien, la política de represión nacionalista tiene también otra faceta peligrosa para la causa del proletariado. Aparta la atención de grandes capas de la población de las cuestiones “nacionales”, de los problemas sociales, de los problemas de la lucha de clases, enfocándola hacia las cuestiones “nacionales”, los problemas “comunes” al proletariado y a la burguesía. Y esto crea un terreno favorable para predicar la mentira de la “armonía de los intereses”, para diluir los del proletariado, para avasallar moralmente a los obreros. Así se levanta una seria barrera contra la obra de unificación de los obreros de todas las nacionalidades.»

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