La paliza y criminalización policial en Cádiz a uno de los detenidos tras la manifestación antifascista.

Foto. Moratón de golpe a Vicenzo por la P.N. en Cádiz.

La Policía y sus ‘democráticos’ métodos

Uno de los detenidos en la manifestación de Cádiz: “Me pegaron patadas, puñetazos y de todo”

Uno de los arrestados por la Policía Nacional asegura que no participó en los disturbios y que ha sido golpeado por agentes del CNP, quienes sostienen «que no hay constancia de ninguna conducta inapropiada»

Como en otras ciudades andaluzas, Cádiz acogió una manifestación convocada por grupos antifascistas, en protesta por los resultados electorales del pasado domingo 2 de diciembre y la entrada en el Parlamento Andaluz de la formación ultraderechista Vox. La concentración de Cádiz, en un principio fue pacífica, pero acabó con actuación policial y graves desórdenes públicos, contenedores quemados, lanzamiento de piedras y supuestas agresiones a varios medios de comunicación.

La manifestación tuvo como desenlace la detención de dos hombres, de 23 y 41 años de edad. Uno de los dos detenidos -que salieron con cargos en la tarde del día siguiente- ha denunciado a la Policía Nacional por, según sus declaraciones, haber sufrido abusos policiales durante y después de la detención, y asegura que no participó en las revueltas. Vicenzo, asegura que fue detenido y golpeado con una porra extensible sin oponer resistencia, -algo que niega, por su parte, la Policía Nacional- y que luego fue trasladado a la comisaría, donde recibió “una paliza”.

Vicenzo cuenta que estaba sentado frente a la subdelegación del Gobierno al término de la manifestación cuando un grupo de personas empezó a quemar contenedores muy cerca de donde se encontraba. El joven, que estaba con dos amigas, una de ellas testigo en su declaración judicial, salió corriendo tras levantarse “con las manos en alto” junto a los demás hacia la Avenida, “Cuando estábamos ya por la gasolinera que está antes de las Puertas de Tierra ya no podía correr más, porque estoy gordo. Y de la nada se para un furgón al lado mía. Me dice: ¡Alto! Como no había hecho nada, me paré y me puse con las manos en alto. No tenía miedo. Pues recibí el primer golpe con una extensible en la rodilla”, asegura en sus declaraciones.

«Luego me siguieron golpeando, y me dijeron “ya no vas a decir ni una palabra más”. Me levantó uno, que era el más grande, me empezó a pegar patadas en los costados y me dijo fuera de aquí, pero por mi rodilla no me podía levantar y me caía al suelo. Escuché cómo venían corriendo seis o siete más diciendo No, no, no. Se tiraron hacia mí, me pusieron la rodilla en la cara, me pegaron patadas, puñetazos y de todo. Me pusieron las esposas y me metieron en el furgón”.

El joven hispano-peruano, que lleva nueve años residiendo en el país, asegura que ahí empezó toda su odisea. Una vez llegado a su destino, la comisaría de la Policía Nacional, dice que le levantaron la cabeza y le golpearon en la nariz. “Me engrilletaron por la espalda, me subieron y parecía que me iban a arrancar los hombros. Como no podía ver, me empujaron contra el detector de metales, contra la puerta y contra una columna, y me dijeron que me tirara al suelo”, comenta. “Empezaron a pegarme patadas, porrazos y escuché cómo metían a otro más (el segundo detenido, al que confiesa no conocer). Nos dijeron que abriéramos los ojos y nos echaron spray de pimienta, que vi el bote perfectamente, a cinco o diez centímetros de la cara, para pegarnos y que no viéramos quienes eran”, sostiene.

Una vez en la comisaría, Vicenzo denuncia haber sido agredido y haber sufrido insultos xenófobos y racistas como “panchito” o “sudaca”, además de amenazas, como perder la nacionalidad española. “Me quemaba la cara, gritaba y no podía hablar. Sentía puñaladas los ojos. Me pegaron patadas en los huevos diciéndome zampabollos, panchito de mierda, puto peruano de mierda“, declara. “Entraban de dos en dos en el cuartito donde nos estaban pegando. Y se reían. Que me toca ya a mí, decía uno. No he pasado peor noche en mi puta vida”. Según el joven, luego le entró un ataque de ansiedad y le echaron cubos de agua sin éxito, hasta que lo llevaron al hospital.

Foto. Mano izquierda inflamada y vendada.

En el camino asegura que la Policía le dijo: “Hay que ver que un fascista te tenga que llevar al hospital, tienes que empezar a correr en las manifestaciones, zampabollos”. Allí, asegura que después de haberse orinado encima por los golpes, dice que se rieron de él y que dijeron ante los sanitarios: “Este se pone a quemar contenedores, se va cayendo y se mea”, así como que “se le había caído un contenedor en lo alto”. Ante los problemas de vista de ambos y la pregunta de los sanitarios dice que la Policía respondió “que era del humo, de quemar los contenedores”. Al responder que era del spray de pimienta, la Policía contradijo al otro detenido. “Es el humo, es el humo”.

El detenido sostiene que ahí no acabó su periplo. “Me pusieron una gasa con betadine y ni siquiera se dignaron a lavarme los ojos. Luego me llevaron en el carrito y me chocaban, dándome en la pierna y yo gritando de dolor”. En el camino hacia los calabozos de San Fernando, donde durmió esa noche, asegura que conoció al otro detenido, que le dijo “no chilles que es peor”. Al día siguiente, al encontrarse en el juzgado con su madre reconoce haberla encontrado llorando. Tras una larga espera, asegura que le piden seis años de cárcel.

«Estoy con dolores en el pecho, no puedo hablar y respirar bien, he meado un poco de sangre. La espalda la tengo jodida, me pisaron la columna, me han dado en la cintura… me han jodido pero bien. Tengo los tobillos gordos, que me duele al caminar. Mi madre me ha tenido que ayudar a cambiarme como si fuera un bebé”, se lamenta. “Mira que yo soy grande. Si la paliza que me han dado a mí se la dan a un chico flaco… Yo no quiero que se quede impune, he denunciado el abuso policial en el mismo juzgado”.

Ahora tiene que presentarse en comisaría los días 1 y 15 de cada mes, ya que se encuentra a la espera de juicio.

La Policía Nacional de Cádiz, a través de su departamento de prensa, preguntada por lavozdelsur, señala que no quiere hacer declaraciones sobre el proceso, ya que se encuentra judicializado. Sin embargo, y haciendo referencia al atestado sostienen a ese medio que “los detenidos fueron interceptados a las diez de la noche en la Avenida (…) al haber sido vistos, sin ningún género de dudas, lanzando efectos, incitando a las masas y cruzando contenedores a su paso (…) Se deja constancia de la violencia que ha presentado un gran número de los manifestantes, habiendo sufrido los policías una auténtica lluvia de lanzamiento de botellas y piedras así como que los actuantes solo han hecho uso de lanzamiento de salvas”.

El responsable de prensa de la Policía Nacional de Cádiz reconoce que “no hay constancia de ninguna conducta inapropiada de los compañeros”, ni de que exista ningún tipo de “información reservada”. Y en esa línea, asegura que en el trato con los detenidos “hay una normativa muy clara” y que el uso de la fuerza queda relegado al momento de la detención si los detenidos presentan resistencia. Al mismo tiempo, declara que en la manifestación la Policía no cargó. “No se han lanzado pelotas, no hemos cargado con nada. Solo hubo salvas, es decir, detonaciones para asustar”. A los detenidos se les imputa delito de resistencia, de desobediencia, de atentado contra agentes de la autoridad y de desordenes públicos.

En: lavozdelsur.es

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