Revolución, Resistencia y Memoria
Patrimonio de La Humanidad
Xabier Peñalver
2022, Txalaparta.
Sudáfrica (y III):
-Tumba y Museo de Nelson Mandela, en Qunu
El pequeño pueblo de Qunu, de humildes casas de barro cubiertas de paja, en medio de suaves colinas verdes, fue el lugar en el que Nelson Mandela creció, a escasos 20 km del pueblo de Mvezo que le vio nacer. Al quedar en libertad tras 27 años de cárcel, construyó una casa en este lugar, donde pasaría largas temporadas a partir de dejar su mandato en 1999, asentándose finalmente en Johannesburgo al empeorar su estado de salud.
Tras su muerte a los 95 años, el 5 de diciembre de 2013, fue enterrado, después de diez días de luto. En su funeral participaron, bajo una gran carpa blanca, 5000 personas, destacando entre ellos sus familiares y un gran número de líderes mundiales: El ataúd fue colocado con 95 velas y un retarto del líder fallecido. Porteado por generales, el presidente Zuma le dio su último adiós en nombre de todo el pueblo sudafricano: “Que te vaya bien, héroe de los héroes”.
Qunu se encuentra a 34 km de Mtthatha, capital comarcal, entre Durban y Port Elizabeth.
Si bien la vieja casa en la que pasó la niñez ya ha desapacido, el pequeño pueblo cuenta con un museo, inaugurado en el año 2000, para rendir homenaje a la dedicación y lucha por la libertad y democracia del estadista Mandela, y se desarrolla en torno a sus años de juventud. Este centro se complementa con otros dos situados en su cercano pueblo natal, Mvezo, y en el edificio Bhunga de Mthatha.
-Estatua de Nelson Mandela en Pretoria
Se inauguró en 2013, tras su entierro, ante los edificios Union Building, sede del Gobierno en Pretoria desde donde Nelson Mandela dirigió el país entre 1994 y 1999. Fabricada en bronce, con 9 m de altura y 4,5 toneladas, muestra a Mandela con los brazos abiertos como símbolo de unidad y reconciliación.
Conocido popularmente como Madiba, nació en Mvezo en 1918, se unió al Congreso Nacional Africano en 1944, y fue elegido en 1952 voluntario nacional jefe de la campaña de desafío (desobediencia civil contra seis leyes del apartheid). Fue arrestado en 1955, acusado de traición y, en 1960, tras la prohibición de la ANC, pasó a la clandestinidad. Un año después se le pidió dirigir la lucha armada, y viajó por diversos países para entrenarse y buscar apoyos. Se unió al Partido Comunista Sudafricano y fue miembro de su comité central.
Detenido en 1962, fue sometido a varios juicios, entre ellos el conocido de Rivonia, durante 1963, en el que fue condenado a cadena perpetua y conducido a la prisión de Robben Island.
Fue liberado en 1990, después de pasar en la cárcel 27 años, y tras las conversaciones oficiales mantenidas para acabara con el apartheid, fue elegido presidente de la ANC y designado por el pueblo en las elecciones de 1994 como primer presidente negro del país, cargo que ocupó hasta 1999, cuando renunció. Murió en Johannesburgo en 2013.
-Parque de La Libertad, en Pretoria
Situado en la colina de Salvokop, al sur de la ciudad de Pretoria, este parque de 52 hectáreas fue inaugurado en una primera fase el 27 de abril de 2004, en el décimo aniversario del Día de la Libertad. Posteriormente fue reinaugurado en 2007 y cuenta con un moderno diseño.
Numerosos senderos recorren las colinas de este parque conmemorativo, entre estanques, monumentos y esculturas. Fue creado para homenajear a quienes defendieron la libertad de Sudáfrica luchando contra el colonialismo y el apartheid. Están representados no únicamente ciudadanos sudafricanos, sino también luchadores internacionales tales como el expresidente de Mozambique Samora Machel, el dirigente revolucionario guineano Amilcar Cabral o el guerrillero Che Guevara.
La principal estructura del parque es el Muro de los Recuerdos, construido por Stocks Stefanutti, con una longitud de 697 m, en el que se incluyen más de 95.000 nombres de fallecidos en la lucha por la justicia y la libertad en el país. En este muro están incluidos 2.107 cubanos muertos en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola, en 1988, a la que Mandela se refirió como “punto de inflexión en la lucha contra el apartheid” Además de este muro, el parque incluye un anfiteatro, la “llama eterna”, 200 altos juncos de metal que representan el renacimiento de Sudáfrica, una galería de los líderes y un santuario.
Dentro de las luchas por la libertad de este país conviene recordar —además de la librada contra el apartheid y de las dos guerras intercoloniales entre los neerlandeses Boers y los británicos, a finales del siglo XIX, por dilucidar quién dominaba Sudáfrica- la heroica lucha del pueblo zulú contra la invasión británica, y que, a pesar de lograr importantes victorias humillantes para los británicos, fue finalmente aplastada.
Tanzania:
-Monumento del esclavo, Stone Town Isla de Zanzíbar
El conjunto escultórico, realizado por la artista sueca Clara Sornas, sirve como recordatorio de los esclavos que fueron introducidos en cámaras subterráneas en las que apenas entraba el aire y la luz, hasta el momento de ser vendidos en un mercado próximo y enviados a ultramar. Representa a cinco esclavos con cadenas y collares originales de la época. En las proximidades, la catedral anglicana de Zanzíbar, levantada por el obispo Edward Steere nada más desaparecer la trata de esclavos, se ubicó en el mismo lugar en el que se producía la venta de seres humanos. Junto a esta catedral, bajo el ST. Monica Hostel, se conservan en la actualidad visitables dos de las antiguas celdas.
En el siglo XIX, Zanzíbar era mundialmente conocida por el comercio de especias y de esclavos, calculándose en 50.000 los que pasaban anualmente por este lugar. Esta actividad continuó hasta el año 1873, cuando los británicos prohibieron este tipo de comercio en la isla.
La estratégica situación del enclave lo hacía un lugar idóneo para el comercio de esclavos por parte de los colonizadores europeos y de los comerciantes árabes.
El explorador R. Burton describió en 1856 el mercado de Zanzíbar de forma contundente: “Los negros aguardan en fila, como animales. Todos estaban espantosamente delgados, las costillas les sobresalían como arcos de barril y no pocos tenían que acuclillarse, enfermos en el suelo”.