Emma Goldman, su compromiso con la CNT, y Attilio Bortolotti / Valerico Canales, asesinado en Adaja / Cabeza la Vaca, siguen apareciendo cuneteados / Chinches en el campo de concentración.

Foto. Emma Goldman.

Memoria histórica imprescindible:

-Emma Goldman.

Nacida el 27 de junio de 1869, fallecida el 14 de mayo de 1940, siempre antifascista.

Llegó a representar a la CNT española en Londres.

Emma Goldman mantuvo su activismo hasta el final de sus días. La muerte la encontró luchando por una causa más, la de tres anarquistas afincados en Toronto entre los que se encontraba Attilio Bortolotti.

Foto. Attilio Bortolotti.

Bortolotti, también conocido como Tilio y Arthur Bartell, era un anarquista italiano emigrado a Canadá, en la frontera con Estados Unidos, entre Windsor y Detroit. Había participado en la campaña por la liberación de Sacco y Vanzetti, y en 1926 reventó un acto organizado por los camisas negras italianos en Windsor. Según narró él mismo, cuando el cónsul italiano visitó aquella ciudad canadiense y dio un mitin al aire libre, Bortollotti levantó la mano para hablar, pero el cónsul le negó su derecho a hacerlo. Entonces el italiano le llamó cobarde y uno de los líderes fascistas que había sobre el estrado le dijo: “¡If you have the guts, come here and speak!” (¡Si tienes agallas, sube aquí y habla!).

Bortolotti sólo tardó cinco segundos en subir. Le dijo al cónsul que ellos, los fascistas, “eran un montón de asesinos, unos mentirosos y muchas cosas más”. A su espalda había un gran retrato del rey Vittorio Emmanuelle III. Lo arrancó de la pared, lo hizo trizas y lo arrojó a la cara del cónsul. En menos de un minuto se organizó una gran pelea, de la que pudo escapar con ayuda de su hermano, mientras oía la sirena de la policía que acudía al reclamo del alboroto montado…

https://serhistorico.net/2023/06/29/los-ultimos-dias-de-emma-goldman/

Revisando fotos de Valerico Canales.

-Fausto Canales, hijo de víctima del franquismo: “Hemos hecho todo para condenar estos asesinatos”

En el verano de 1936, diez personas fueron detenidas ilegalmente en Pajares de Adaja (Ávila) y asesinadas por la represión franquista. Fausto Canales, hijo de una de las víctimas, es pionero en el trabajo por la memoria y la reparación. El 5 de julio, los trabajos de exhumación en Cuelgamuros consiguieron identificar a cuatro de las víctimas cuyos restos reposaban en la caja 198. Una de ellas es Valerico Canales, padre de Fausto.

Esta historia dura casi 90 años. Es la historia de Fausto Canales por recuperar la memoria de su padre, asesinado en el verano de 1936 por la represión franquista en la retaguardia.

Agosto de 1936. A las dos de la madrugada del 20 de agosto de 1936, un comando falangista irrumpió en el pueblo de Pajares de Adaja (Ávila). Fueron llamando puerta a puerta a las casas de quienes figuraban en un listado por haberse significado por sus simpatías con la República. “Llamaron. Le maniataron con unos hatillos: unas guías de esparto con las que, cuando se hacía la siega a mano, se ataban los haces. Con las manos atrás, se llevaron a mi padre. Yo dormía. Eran las dos de la mañana, aproximadamente”, explica Fausto Canales, que aquella noche tenía dos años y dormía junto a su hermano, de cuatro, en una habitación separada por un pasillo de la de sus padres. Vivían en una casa modesta, con dos habitaciones y una cocina al fondo. Su padre se llamaba Valerico Canales. Era jornalero. Fue asesinado en el verano de 1936. Es una de las diez víctimas de Pajares.

“La misma madrugada que se llevaron a mi padre, mi madre, desolada, me cogió a mí en brazos”. Los llevó a él y a su hermano hasta la casa en la que vivían sus padres, los abuelos de Fausto Canales. “Ahí nos hemos criado. Mi madre no quiso volver a nuestra casa. Tal fue el impacto de desconsuelo y de soledad, que no lo superó. Era una mujer que tú le hablabas… No me decía nada. Me decía, bueno sí, que mi padre era muy bueno, muy honesto, muy trabajador. Pero no me daba detalles. Entonces todo lo que yo sé es por mis abuelos. Cuando tuve uso de razón, mi abuelo y mi abuela me contaron todo lo que había ocurrido”.

https://www.elsaltodiario.com/perfiles-con-tiempo/fausto-canales-hijo-victima-franquismo-valle-caidos-cuelgamuros

Foto. Trabajos en una fosa en Cabeza la Vaca.

-Cabeza la Vaca (Badajoz), siguen apareciendo cuerpos.

Localizan los cuerpos de otras seis víctimas de la represión franquista.

Con estas seis nuevas víctimas, halladas en una misma fosa común, asciende hasta diecinueve el número de personas represaliadas cuyos cuerpos han sido recuperados hasta el momento en dicho emplazamiento.

El grueso de los asesinatos por el fascismo en Cabeza la Vaca se concentra entre el 26 de agosto –en el que se asesina a tres mujeres, siendo éstas las primeras víctimas del pueblo— y octubre de 1936. De todas ellas, al menos una treintena habrían sido enterradas en el cementerio de la localidad, por lo que se espera poder continuar los trabajos en próximas campañas para poder localizar a todas las víctimas.

Foto. Colchones al sol en el campo de concentración.

-Chinches.

«Atravesaban la carne y notabas salir la sangre como un manantial de agua insondable».

Luis Herrera Santana – Preso político campo de concentración de Gando.

Era obligatorio sacar los colchones al sol del solsticio de junio para que los chinches al golpearlos se trasladaran a otro lugar, un ritual ridículo que nos ordenaban los falanges del campo de concentración de Gando. Allí seguirían los bichos chupándonos la sangre, adquirí la habilidad hasta de identificarlos y en mi debacle mental diferenciarlos por su personalidad; los había feroces, implacables, otros juguetones como conocedores de nuestro drama y cuando se llevaban a un compañero para asesinarlo buscaban de forma natural otro cuerpo, nos elegían como quien elige a una mujer en un prostíbulo, incluso si no le gustaba tu sangre cambiaban de preso. Luego había otros que solo se alimentaban sin parar hasta adquirir dimensiones que daban miedo, no diferenciaban entre reos y guardias también les gustaban los glóbulos de aquellos nazis canarios que escandalizados se iban corriendo a enfermería para que los trataran de las enfermedades que ellos creían que trasmitían, a nosotros en cambio nos daba todo igual, incluso algunos como yo deseábamos la muerte pero no nos atrevíamos a cortarnos las venas por miedo a lo que pudiera venir después.

https://viajandoentrelatormenta.com/chinches/

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