Memoria Histórica imprescindible:
Canarias: De la ocultación de un genocidio
Cuando presentamos en la Embajada Argentina en 2015 como denuncia a incorporar a la «Querella argentina» más de 1.800 asesinatos franquistas con nombres, apellidos y lugar de asesinato en Canarias, en un trabajo titánico de investigación realizado por dos abogados en apenas mes y medio, un inmenso esfuerzo y sin cobrar un céntimo, que de haber tenido más tiempo y tener más medios se hubiera llegado a muchos más crímenes fascistas en las islas, se demostró que fueron muchas las personas desaparecidas, que los datos de algunos historiadores a sueldo del régimen borbónico actual están falseados, basados en datos que dulcifican el genocidio, encubriendo a los criminales.
Evidentemente la «Historia oficial» prevalece sobre las investigaciones que se salen del tiesto de lo políticamente correcto, que provocan que los acomodados al estatus quo con buenos sueldos y plazas fijas en la administración pública se echen las manos a la cabeza, justo en el momento en que se produce cualquier «desvío» de lo que se dejó «atado y bien atado» en la farsa de Transición hecha a la medida de los asesinos, de sus herederos encubridores, y no digamos de los partidos actuales defensores a ultranza del régimen monarcofranquista español.
Cuando hay personas desaparecidas en una dictadura siempre sucede lo mismo, en Argentina también se cuestiona y se dice desde los sectores cercanos al fascismo que son cifras desproporcionadas, que solo fueron unos pocos miles los que fueron torturados y asesinados salvajemente.
En Canarias y resto del Estado ha pasado exactamente lo mismo, más en estas islas desafortunadas, que por el enquistamiento oligarquico en cada estamento se ha ido ocultando, encubriendo, falsificando, edulcorando lo que fue un genocidio salvaje, en una zona sin frente bélico, con una programación premeditada meses antes del golpe de estado del asesinato de miles de personas vinculadas directa o indirectamente a la democracia republicana.
La verdad absoluta no existe, es muy difícil cuantificar la cantidad exacta de asesinatos, a las familias se le decía en los campos de concentración, centros de detención y comisarías cuando iban a buscar a sus familiares que ya los habían liberado, cuando en realidad ya estaban en el fondo de pozos, simas volcánicas, fosas, cunetas o el propio mar.
Si en un trabajo a toda prisa para enviar a la jueza Servini llegamos a 1.800 crímenes, si solo en San Andrés (Tenerife) hay 300 cruces de cemento en el fondo del mar, puestas por los familiares de los desaparecidos en ese pueblito pescador. ¿De cuántos desaparecidos podemos estar hablando solo en Canarias?
La historia, la memoria, no es patrimonio exclusivo de nadie y jamás absolverá a quien la manipula o tergiversa.
–http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com/2019/05/de-la-ocultacion-de-un-genocidio.html