La feroz respuesta del gobierno de la CEDA a la proclamación del Estado Catalán: 70 personas muertas en los enfrentamientos, más de 250 heridos, 3000 detenidos, el Estatuto de Autonomía y 129 ayuntamientos suspendidos.

Foto. Una multitud en Barcelona en octubre 1934.

La solidaridad, arma imprescindible entre los pueblos

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Proclamación del Estado Catalán

Tras la subida al poder de la CEDA en 1933, el peligro de implantación del fascismo era inminente. Para hacerle frente, todas las fuerzas antifascistas se pusieron en movimiento; sus acciones culminaron con la insurrección popular de octubre de 1934.

En Catalunya, el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, llamó al pueblo a la lucha, y comunistas y socialistas convocaron a la clase obrera a una huelga general. La Generalitat tomó el acuerdo de «proclamar el Estado catalán y ofrecer refugio al Gobierno provisional de la República federal española en el territorio catalán, hasta que las circunstancias le permitan instalarse en la capitalidad del Estado».

La respuesta del gobierno republicano-derechista no se hizo esperar. Se decretó el estado de guerra en Catalunya; el Ejército tomó las ciudades y asaltó la Generalitat; Companys y todos los Consellers de la Generalitat fueron detenidos, confinados en el buque Uruguay, fondeado en el puerto de Barcelona y, posteriormente, encarcelados en el penal del Puerto de Santa María y en el de Cartagena.

Foto. Octubre 1934 Barcelona. (multitudes en torno a un tranvía).

El balance represivo muestra la feroz respuesta del gobierno republicano de la CEDA: 70 personas muertas en los enfrentamientos, más de 250 heridos, 3000 detenidos, el Estatuto de Autonomía y 129 ayuntamientos suspendidos.

Los líderes militares de la insurrección fueron condenados a muerte, aunque posteriormente les fue conmutada. Companys, al igual que los Consellers fueron condenados a 30 años de prisión. Tras el triunfo del Frente Popular fueron liberados todos los presos políticos y el Estatuto restaurado. Companys, como presidente de la Generalitat, reivindicó en su primer mitin su convicción en la victoria: «Recogemos las lecciones de la experiencia, volveremos a sufrir, volveremos a luchar y volveremos a ganar. Difícil es la labor que nos aguarda; pero os digo que estamos seguros de nuestras fuerzas, que nos llevarán hacia adelante por Catalunya y por la República.»

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