El Cartelismo: un Arte de Masas -II- Los artistas gráficos se movilizan en la guerra.

Cartel de Martí Bas. «Feu tancs, que son els vehicles de la victoria».

Pluma Pincel Palabra 1931-1939 Al servicio de la Cultura Popular

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El Cartelismo: un Arte de Masas -II-

La vida cultural y artística, en la época del Frente Popular, se concentró principalmente en tres ciudades: Valencia, Barcelona y Madrid, habiendo un intenso intercambio entre ellas.

Los cartelistas y muralistas no escaparon a esa regla, tal como testimonian diferentes publicaciones periodísticas catalanas que publicitan los logros de cartelistas madrileños, en especial los de Bardasano:

«… Totes les façanes de Madrid en guerra están signades per un nom que restarà ja unit per sempre més a la sevadefensa: ‘Bardasano’. I ara, comença a signar les parets, també infranquejables, de Barcelona, capital de la Catalunya lliure” (*). O la exposición organizada en 1938 por la Juventut Socialista Unificada bajo el título L’art al servei del poble, que contó con obras del citado Bardasano, Paquita Rubio, “Cheché”, etc. y que fue inaugurada por Josep Renau.

En Barcelona, meses antes del 18 de julio, se fundó, impulsado por Helios Gómez, el Sindicat de Dibuixants Professionals (SPD) cuyo objetivo en un principio era la defensa laboral de ese gremio. Una vez que la sublevación fascista fue aplastada en la capital catalana, un grupo de dibujantes armados requisó un palacete, donde el sindicato organizó un taller que facilitara la producción de carteles, pancartas, murales e incluso la decoración de trenes al estilo soviético. Todo ello cambió por completo el aspecto visual de las calles catalanas y de otros lugares. Los primeros carteles fueron editados por el recién creado Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC). Al grupo inicial de dibujantes se le añadieron pronto otros profesionales: rotulistas, tipógrafos e ilustradores, hasta contar en pocos meses con 1800 afiliados. Quienes estaban dedicados por completo a su profesión artística, tanto en Barcelona como en otras capitales, eran considerados y pagados como milicianos del Frente de la Cultura.

El SPD, por razones programáticas, se había adherido a la UGT, pero aceptaba encargos de otros sindicatos y formaciones políticas, así como del Comissariat de Propaganda de la Generalitat.

Cartel de Carles Solà. «Mes homes, mes armes, mes municions!.

La sucesiva movilización de los afiliados por un lado y los “sucesos de mayo” de 1937 por otro, afectaron de lleno al sindicato. El grupo de dibujantes más activos, encabezados por Joaquim Martí Bas abandonó el SPD y formó la “célula de dibujantes del PSUC”, que continuó con la labor que consideraban prioritaria: frenar el avance del fascismo, llamando a los obreros a incrementar su producción de armamento y pertrechos militares y a los campesinos a redoblar sus esfuerzos para alimentar a las masas populares de las ciudades.

(*) “Todas las fachadas de Madrid en guerra están firmadas por un nombre que quedará unido para siempre a su defensa: ‘Bardasano’. Y ahora comienza a firmar las paredes, también infranqueables, de Barcelona, capital de la Catalunya libre”.

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