Explotación laboral y violaciones en Huelva
–La revista alemana Correctiv describe un infierno de violaciones y abortos a mujeres trabajadoras inmigrantes en los campos de fresas onubenses–
«Acosadas, insultadas y violadas, eso es cotidiano para miles de mujeres que trabajan en los campos de tomates y fresas de España”… Así se inicia el reportaje de Correctiv realizado en los campos de fresa de Huelva y en el que describe un auténtico infierno para las trabajadoras del campo onubense procedentes de Marruecos.
La investigación, que ha sido llevada a cabo junto a RTL Nachtjournal y BuzzFeed News, ha sido publicada con fecha del 30 de abril en su página web y se centra en la historia personal de Kalima, una trabajadora de la fresa en Palos de la Frontera que asegura a esta revista que “la vida allí es un infierno: no hay cocina, ducha solo una vez a la semana, una habitación para seis mujeres para dormir. Y luego está su supervisor, Abdelrahman, un hombre de Marruecos. Él viene por la tarde, tiene los números de teléfono de todas las mujeres y las obliga a tener relaciones sexuales con él, todas las noches con una mujer diferente”.
No es un caso aislado, según señala la revista: “CORRECTIV habló con docenas de trabajadoras en la región española de Huelva, la mayoría de ellas marroquíes, que informaron haber sido hostigadas, violadas, chantajeadas, agredidas físicamente o insultadas por sus superiores”.
La revista también indica que “alrededor del 80 por ciento de las importaciones de fresas alemanas provienen de la región de Huelva en Andalucía. Bajo un mar blanco de invernaderos de plástico, se cosechan más de 300.000 toneladas de fresas cada año, lo que convierte a Andalucía, la llamada “California de Europa”, en el mayor productor de fruta de Europa”.
Otra de las trabajadoras, Sabiha, quién asegura que su capataz, Juan, “golpea y patea a los trabajadores, es un infierno en la tierra”.
Según la revista, existe una creciente necesidad de mano de obra barata y manual en Huelva. “Viniendo de regiones de Marruecos donde los trabajos son escasos, Kalima, Sabiha y sus compañeros de trabajo vieron la oportunidad de trabajar en España como un escape de la precariedad económica. Comenzando a trabajar a las 6 de la mañana hasta el almuerzo y luego de nuevo por la tarde. No ganan más de 30 euros por día. Las empresas no los compensan en caso de mal tiempo, reducción temporal de la producción o por razones completamente arbitrarias, como la sanción de errores. Los perpetradores usan esta dependencia financiera de las trabajadoras”.
Sobre la alta tasa de abortos
Según la revista alemana, hay otra indicación que viene a demostrar sus acusaciones contra los campos de fresas de Huelva: “La tasa de aborto en Palos de la Frontera es muy alta, y la mayoría de las mujeres que buscan el aborto son trabajadoras migratorias. Según declaró una trabajadora del centro de salud a esta revista, en Palos y la ciudad vecina de Moguer hubo 185 abortos en 2016, el 90 por ciento elegidos por las trabajadoras inmigrantes en el campo”.
El único sindicato que habla sobre el tema es el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). En Huelva tienen solo dos representantes, José Antonio Brazo Regalado y su esposa. Conduciendo con él a través de los invernaderos, él expone su teoría sobre por qué el abuso es un tabú en Huelva. “Una mujer vino a mí llorando, porque su jefe abusó de ella”, dice.“La sensación de impotencia es enorme. No podía hacer nada. Es imposible”. Declara José Antonio Brazo a esta revista y añade que “Huelva tiene la peor explotación del trabajo agrícola en Andalucía, esto es la esclavitud”, dice.“Instituciones, Guardia Civil, inspección laboral, miran hacia otro lado”.