Artículos desde prisión:
Pablo Hasél
Prisión de Ponent
-EL NUEVO FRENTE ANTIPOPULAR
La campaña del pánico al Reagrupamiento Nacional de Le Pen, ha dado sus frutos en el Estado francés y la participación en la farsa electoral ha rozado el 70%, la más elevada desde 1997. Incluso en los barrios periféricos de las grandes ciudades, los más castigados por la pobreza y donde la abstención era especialmente alta, se ha disparado el voto al llamado Nuevo Frente Popular. Esta coalición de partidos liderada por Jean-Luc Mèlenchon de la Francia Insumisa, que incluye organizaciones que dicen oponerse al capitalismo como el Partido Anticapitalista, presentó un programa para los primeros 100 días de mandato en caso de acceder al Gobierno.
El programa, que puede encontrarse en castellano por internet, empieza planteando la declaración inmediata del estado de emergencia social. Desglosando una serie de medidas para mejorar la calidad de vida en materia de trabajo, sanidad, vivienda, precios de productos básicos, educación, etc. Varias de estas, aunque recortadas, han sido reivindicadas en los estallidos sociales de los últimos años en el E. francés. Como por ejemplo la derogación del atraso en la edad de jubilación, que el NFP propone fijar en los 60 años. Objetivamente y pese a ser reformas muy insuficientes, en caso de ser llevadas a cabo mejorarían el día a día de la clase obrera y de los sectores populares. Pero el papel lo aguanta todo y este programa, como tantos más, es una vendida de humo a la altura de las falsas promesas electorales a las que nos tiene acostumbrados la “izquierda” del capital. No será porque aquí no lo hayamos comprobado.
Desde la Unión Europea llevan tiempo anunciando más recortes, lo que llaman “políticas de austeridad” (menos para los ricos, por supuesto). El E. francés, como miembro protagonista del club mafioso de oligarquías que es la UE, también va a echar mano a la tijera. No solo para garantizar los beneficios multimillonarios de los grandes capitalistas que dirigen el Estado, también para aumentar aún más el gasto militar como potencia imperialista encuadrada en la OTAN. Por lo tanto, este programa sacado a modo de cebo para rascar votos no será cumplido. El NFP, lejos de oponerse a la UE y luchar por su salida, llama a reforzarla. Salvando las distancias, porque Grecia no es una potencia económica como el E. francés, existen varias similitudes respecto a la victoria de Syriza en 2015. Estos prometieron un programa rompedor -también para “frenar a la ultraderecha”- y acabaron plegados a las exigencias de la UE, empobreciendo aún más a la población y estableciendo campos de detención de la UE para inmigrantes en condiciones infrahumanas.
En lugar de plantear una ruptura con la OTAN imperialista, proponen armar más al fascismo ucraniano, a sus milicias nazis, promoviendo el enfrentamiento contra Rusia. Para colmo, en nombre del antifascismo y de la paz. El Mèlenchon que hace escasos años denunciaba el apoyo de la UE a los nazis ucranianos que masacraban el Donbass y a cualquier antifascista en toda Ucrania, ahora es un esbirro más de los sicarios de la OTAN. Acusando a Putin de “tener toda la responsabilidad de la guerra”, omitiendo que Rusia se defiende del acoso, de las amenazas y agresiones imperialistas que la UE-OTAN de la mano de Ucrania, llevan perpetrando desde hace muchos años incumpliendo sus propios compromisos.
Respecto a Israel, dicen que dejarán de subministrarles armamento (nada comentan de la compra), pero decir eso y seguir en la UE-OTAN que tanto ayudan al sionismo es de un cinismo sangrante. Mientras califican de “terrorismo” a la resistencia palestina que reducen a Hamas y promueven que sea condenada en la Corte Penal Internacional. No plantean la ruptura total de relaciones (larga es la colaboración del Mossad con los cuerpos represivos franceses y las grandes empresas sionistas tienen peso en territorio galo) y se limitan a reconocer las fronteras de las resoluciones de la ONU que legitiman las tierras saqueadas a Palestina durante décadas a base de genocidio, apartheid, torturas y encarcelamiento.
El programa tampoco defiende el cese de la sobreexplotación/saqueo neocolonial que el E. francés impone principalmente en África, pero también en otras latitudes. Donde para asegurar su dominación criminal, el ejército francés tiene una fuerte presencia. Por fin expulsado a la fuerza en lugares como Mali, por la rebelión de los africanos. Pero el NFP no apoya las luchas antiimperialistas que van cogiendo impulso. No es de extrañar cuando el farsante Mèlenchon estuvo directamente implicado en varias guerras imperialistas, ya que fue asesor del Presidente Mitterrand y un alto dirigente del Partido Socialista (otro partido perteneciente al NFP) durante los dos mandatos de Mitterrand, de 1981 a 1995. Apoyando la primera Guerra del Golfo contra Irak en 1991, las masacres de la OTAN en Somalia y Yugoslavia o el genocidio en Ruanda ejecutado por el régimen respaldado por Mitterrand. La complicidad, cuando no apoyo explícito, del NFP con la barbarie imperialista enemiga de tantos pueblos, es incompatible con un auténtico Frente Popular. En todos los aspectos, están a años luz de los Frentes Populares realmente progresistas que hubo el siglo pasado.
En cuanto a las libertades, el programa vuelve a caer en abstracciones y graves olvidos. Salvo alguna excepción como la “prohibición del reconocimiento facial”. Dicen que se ampliarán y que se pondrá fin a la represión, pero no concreta la derogación de las numerosas leyes represivas, ni plantea una amnistía total para los represaliados y presos políticos. Cabe recordar que en los recientes estallidos sociales hubo heridos de gravedad por la policía, multados, imputados pendientes de juicio y encarcelados. Tampoco proponen justicia y reparación para estos. En todo caso, recordemos lo que ha pasado aquí con la Ley Mordaza y otras leyes que prometieron derogar hace años y que encima han ampliado. Igual que Podemos, Sumar o el PSOE, el NFP no se ha ganado ninguna credibilidad que merezca confianza, todo lo contrario. Prueba de ello es que Geoffroy Roux de Bezieux, jefe de la organización patronal Movimiento de Empresas de Francia (Medef), dijo que consideraba a Mèlenchon “listo para gobernar con un programa sólido y coherente”.
El NFP es el viejo timo de la socialdemocracia que acude en auxilio del capitalismo en crisis. Si este sistema depredador es la raíz de todos los problemas, estos no podrán ser solucionados con quienes quieren perpetuarlo y blanquearlo ofreciendo migajas que ni siquiera cumplen. En el E. francés la abstención era muy elevada y las calles una olla a presión con frecuentes revueltas, de ahí que intenten frenar el desbordamiento popular por la vía institucional. La misma “izquierda” que por sus reiteradas traiciones y políticas antipopulares hizo crecer al Reagrupamiento Nacional, hoy se vende como “el muro de contención frente al fascismo” de la mano de Macron y los suyos. Con quienes ya pactaron en la farsa electoral para asegurar el “cordón sanitario”. Con quienes ya están en negociaciones para formar Gobierno. Un cordón sanitario que no aplican a la hora de oponerse a la explotación, a las desigualdades abismales y al imperialismo, ahí son similares a los de Le Pen.
Con el Gobierno italiano de la fascista Meloni, como con otros actuales calificados de “extrema derecha”, ha quedado probado que no implican grandes cambios respecto a gobiernos tachados de “centro-izquierda” o incluso de “izquierdas” como el que padecemos aquí. Son dos caras de la misma moneda, brazos del mismo sistema. Otra cosa es que los oportunistas reduzcan el problema a la extrema derecha para ganar votos-poltronas y evitar que se analice en profundidad. No fuera que quedara claro que para combatir a la “extrema derecha” y al resto de lacras, también hay que combatirlos a ellos. Las oligarquías los prefieren mucho más que a los Reagrupamiento Nacional o VOX de turno, pues las políticas antiobreras y antipopulares que imponen generan menos conflicto en las calles si se ejecutan en nombre de la “izquierda”. Como apuntan varias organizaciones revolucionarias francesas al margen del tinglado: hay que construir un fuerte movimiento independiente de la política burguesa para luchar con determinación, boicoteando y denunciando todas sus artimañas que buscan anular la combatividad y blanquear la opresión. El resto es crear ilusiones vanas y fortalecer el perpetuo frente antipopular de los capitalistas.
Pablo Hasél. 19 julio 2024