Santi Rodríguez Muñoz desde Jaén. Estar escribiendo… y cacheo de celda de represalia. «Proceder mafioso, típico del aparato carcelario, que figura en su arsenal de métodos represivos encubiertos».

Foto. «Santiago Rodríguez Muñoz. Preso político GRAPO»

Cartas desde prisión:

Santiago Rodríguez Muñoz

Cárcel de Jaén. 19 Diciembre 2021.

«…Esas factorías de Macro-Granja de carne industrial son repugnantes desde todos los puntos de vista. Debido a la carne pútrida que sirven en el rancho carcelario, llevo ya once años con el menú vegetariano. Consumo de vez en cuando alguna conserva de pescado y no extraño comer carne en absoluto. Por lo demás, la dieta vegetariana es tan indecente como las demás en esta cárcel. Sobre todo por su pésima elaboración, que muchas veces se reduce a precocinados de cuarta categoría fritos en aceites de quinta categoría o a verduras que se presentan apenas descongeladas, sin ningún tipo de preparación y duras como piedras. Comida aparente que es indigerible en la práctica y no satisface las necesidades alimentarias básicas. Y todo esto se complementa aquí con un servicio de economato sin parangón con ninguna otra prisión del país, por lo pobre y mal gestionado.

Dibujo. Cerrojo de celda.

Retomo la carta tras ordenar la celda después de un cacheo de la misma, que me ha sorprendido escribiéndote. En la de al lado se han parado un minuto, mientras que en la que ocupo el nota se ha explayado durante media hora, impregnándolo todo con su mala baba. Coincide que esta mañana el sujeto este me montó una escena en público, con la pretensión de amedrentarme. Sin éxito, claro, de ahí que esta tarde, con la excusa de un registro general, se haya plantado en la celda para montarme una represalia. Proceder mafioso, típico del aparato carcelario, que figura en su arsenal de métodos represivos encubiertos.

El sistema carcelario fascista aplasta a los presos mediante dos mecanismos complementarios, dentro de un proceso destructivo único.

Al preso se la machaca por acción y por omisión, como resultado de la incompetencia y de la mala voluntad, la suma de lo necio y lo malvado. Negligente para lo bueno y diligente para lo malo es la divisa de la cárcel. Por otra parte, al cuadro general del maltrato organizado, fruto de una fría planificación centralizada, se añade la iniciativa individual de los ejecutores directos, muchos de ellos estimulados más por la afición personal que por el mero cumplimiento del servicio. Es decir, la vileza de la institución es multiplicada por la iniquidad del carcelero a título particular. Lo segundo, claro es, solo cabe en el marco de lo primero, que lo posibilita, pues se trata de un medio arbitrario e intimidatorio, gobernado por el abuso de poder y la cultura de la impunidad.

En mi caso concreto, todo esto se traduce en que llevo casi dos décadas en primer grado a cientos de kilómetros de León, desarraigado de mi medio social y familiar. Al margen de las innumerables perrerías resultantes del acoso programado a mi estructura física y moral, como por ejemplo que durante todo este tiempo han violado sistemáticamente todas mis comunicaciones orales y escritas, grabando incluso todos los contactos íntimos con mi pareja en pos de crearme daños psicológicos, este es el marco general establecido para liquidarme a fuego lento en mi condición de rehén político. Sobre esta situación de fondo operan los francotiradores, como el carcelero provocador que a lo largo del día de hoy ha procurado joderme con los medios a su alcance, al amparo de su uniforme. Y quizá lo siga intentando, porque juega con ventaja y yo me hallo en el lado perdedor de un desequilibrio de poder. Pero ni este matón cretino ni sus patrones, por más dolor que me puedan deparar, van a lograr que renuncie a mi conciencia de clase, a mi identidad comunista, ni a mi voluntad de luchar contra todo lo que representan.

Bueno, la carta ha tomado derroteros imprevistos por influencia de la acción enemiga. A ver si para la próxima puedo sustraerme a las bajezas carcelarias y ocuparme de asuntos más gratos. Me despido, no sin antes desearte lo mejor para ti y todos los tuyos en el año entrante. Te abrazo fuerte.

Santi.

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