Memoria histórica imprescindible:
-Las 1.500 ‘rosas’ represaliadas de Jerez de la Frontera: asesinadas, al exilio o al silencio por formar un sindicato feminista
Los cenetistas Aurore Van Echelpoel y Francisco Cuevas Noa culminan una investigación sobre el Sindicato de Emancipación Femenina, precursoras del feminismo jerezano en 1936, semanas antes del inicio de la Guerra Civil.
-Violencia y represión franquista en Madrid
…La situación de los presos izquierdistas empeoró porque se acercaron auténticos criminales para desarrollar su odio. En una nueva versión de la “Escuadrilla del Amanecer” apareció en la prisión franquista de Porlier un grupo de indocumentados. Una pandilla de criminales había entrado en el cuerpo de prisiones (Correa, Menoyos, La Rata Papelera, Queipo y otros) porque sabían que de esta manera tendrían contacto con los presos. De manera vengativa satisfacían su pasión por maltratar al género humano dejando salir su odio interior. Estos cumplían el trabajo represivo organizado por las nuevas autoridades del régimen fascista. Disfrutaban provocando a los presos para cuando protestaban darles una paliza.
A Fernanda Casado Malpisica (Colmenar de Oreja, Madrid) le arrebataron a su hijo de dos meses en su prisión madrileña lanzándolo contra un sofá. Enrique, que hoy es un jubilado, fue reclamado por su abuela para sacarlo de la Cárcel de Ventas. Sobrevivió amamantado por una ama de cría en un pueblo de Guadalajara y terminó en una inclusa. Aquel niño sigue buscando información sobre su familia…
–https://elobrero.es/cultura/60173-violencia-y-represion-franquista-en-madrid.html
-Jesús Barriopedro, fusilado a los 23 años, es el primer identificado por prueba genética de la fosa número 3 de Guadalajara
El caso de Jesús ha tenido prioridad porque su hermana, María, todavía vive a sus 96 años de edad.
Identificado el primero de los 21 cuerpos que fueron exhumados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) en la fosa número 3 del cementerio de Guadalajara el pasado mes de octubre y ha confirmado la identidad de Jesús Barriopedro, algo a lo que ya apuntaba la placa aparecida con sus iniciales y que fue encontrada durante los trabajos de exhumación.
-El practicante Eusebio Fernández Lobato y su hijo, el médico Eusebio Fernández Lorenzo, asesinados por las hordas franquistas en Zamora en 1936.
La hija, llevada al suicidio.
Eusebio Fernández Lobato, nació en 1881. En 1911 entró al servicio de la Diputación Provincial y en 1918 fue nombrado practicante de la prisión de partido. El 14 de noviembre de 1929 fue elegido presidente del recién constituido Colegio de Practicantes de la Provincia de Zamora. Tras la proclamación de la República y la convocatoria de las elecciones para las Cortes Constituyentes, se unió al grueso del colectivo médico de la provincia en su apoyo a la candidatura de Gregorio Marañón (incluido en la Conjunción Republicano-Socialista).
Su hijo, Eusebio Fernández Lorenzo, nació en 1910. En 1931 fue uno de los fundadores de la Asociación Profesional de Estudiantes Zamoranos (vinculada a la FUE). En septiembre de 1933 se Doctoró en medicina por la Universidad de Salamanca e instaló su consulta en la calle San Andrés. En marzo de 1936 fue nombrado médico de la beneficencia municipal.
Tras el golpe de estado de 1936, Eusebio Fernández Lorenzo fue destituido como empleado municipal. El 29 de agosto, el pleno de la diputación golpista, propuso al gobernador civil “el cese inmediato en sus respectivos cargos” de los 3 ya asesinados, el médico Felipe Anciones, el practicante Manuel Rodríguez Alonso y el enfermero Francisco de Pedro Ballesteros, así como 14 de sus empleados –entre ellos Eusebio Fernández Lobato- “por considerarlos contrarios al movimiento militar y popular salvador de la patria”, lo que se llevó a cabo 2 días después.
Eusebio Fernández Lobato y su hijo Eusebio no tardaron en ser detenidos, y el 20 de septiembre el gobernador Hernández Comes autorizó su asesinato. La noche del 20 al 21 de septiembre de 1936 ambos fueron fusilados en el cementerio de Zamora, tras haber sido sacados de la cárcel provincial, supuestamente con destino a la de Bermillo de Sayago.
El mismo año se conoció el suicidio de otra hija, la maestra Felicitas Fernández Lorenzo que resultó muy afectada por el asesinato de su padre y hermano, y estaba sometida a un fuerte acoso por los franquistas.