¿Qué es el fascismo?: Identificar al enemigo, principal tarea del antifascismo. Por Manuel Arango Riego, preso político comunista.

Dirección de Manuel Arango, preso político comunista.

Artículo de Manuel Arango Riego

Preso político del PCE(r)

Prisión de Herrera de la Mancha

IDENTIFICAR AL ENEMIGO

Vengo tomando en cuenta tus cartas con profundidad, pues me consta que en relación al desarrollo y situación del fascismo existe un cierto nivel de confusión. A propósito de todo ello, tendrás que tener en cuenta todo el notable volumen de textos teóricos y propagandísticos que ha venido acumulando durante décadas el PCE(r), entre otros textos, se ha editado el libro “La transición, así se enmascaró el régimen del 39”, que es una recopilación de textos realizados por Manuel Pérez Martínez (Arenas) en el periodo comprendido entre 1972 y 1977.

No obstante, te avanzaré algunos de los aspectos que sobre estas temáticas es necesario tener en cuenta. El fascismo viene combinando en sus diversos campos de actuación (políticos, ideológicos, laborales, culturales, etc.) la intoxicación y la mentira con las deformaciones teóricas de diverso tipo, con el objetivo no solo de encubrir sus actuaciones, sino también con el propósito de desarmar política, ideológicamente, etc., a las masas populares y tratar de desactivar todo intento de resistencia y deseos de organización. “El fascismo –habrá señalado Jorge Dimitrov- (Secretario general de la Internacional Comunista en los años 30 y en parte de los años 40 del pasado siglo) es la contrarrevolución en el terreno represivo combinada con la demagogia y la mentira planificada”.

De ahí que en relación al fomento y reforzamiento de las posiciones antifascistas si se tuviese que establecer una necesidad básica de partida, esta sería la de conocer las causas que originan el fascismo, a la vez que es necesario conocer cómo se concreta la presencia del fascismo en los diversos campos en los que actúa. Todo ello significa tener identificado y localizado al enemigo fascista y a quienes les sirven.

Para comenzar, lo que tiene que quedar claro es que el fascismo no es una forma de dominación política temporal o pasajera dentro del sistema capitalista, sino que es la única forma de dominación política general y permanente de los Estados capitalistas; esta es una realidad que arranca con la entrada del sistema capitalista en su última fase monopolista e imperialista de desarrollo. La cual, puso término para siempre a la forma de dominación política democrático-burguesa perteneciente a la época premonopolista del sistema capitalista. A este respecto, M.P.M. (Arenas) señalaba: “El fascismo es un tipo de régimen político que se corresponde con las transformaciones económicas y sociales del sistema capitalista que han desembocado en el monopolismo y el imperialismo” (1) Por lo cual, el fascismo es el instrumento de dominación política general de la dictadura de clase de la burguesía monopolista que comanda el capital financiero.

Por otra parte, la dominación de carácter fascista aunque persigue los mismos objetivos fundamentales sea en el tiempo histórico que se encuentre, no se ha venido presentando de las mismas formas, ya que el fascismo se ha venido desarrollando y perfeccionando de acuerdo con las necesidades del sistema capitalista dirigidas a perpetuar la existencia de este sistema. De tal manera que el recorrido histórico del fascismo hasta el presente comprende dos periodos generales: el tiempo del viejo fascismo que, aunque con ciertas excepciones, acaba su recorrido con el final de la II Guerra mundial; y a partir de ahí, comenzaba a estructurarse el fascismo moderno, que enmascara o encubre su dominación a través de la puesta en marcha del llamado “Estado de Derecho”; dentro de este tipo de estado se encuentran, entre otros resortes o aparatos de su funcionamiento, el falso parlamentarismo y las mascaradas electorales, la existencia de una falsa división de poderes entre el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial; a la vez que se legalizan y son creados toda una serie de partidos políticos, que se han conformado en partidos de Estado, así como también se legalizan y se crean toda una serie de sindicatos que forman parte del aparato de explotación y saqueo de los trabajadores por otra parte del capitalismo en diversos ámbitos laborales; y este tipo de estado de falsa democracia o de fascismo encubierto y perfeccionado se culmina legalmente mediante una “carta constitucional” que, entre otros cometidos reaccionarios, “legaliza la persecución contra los verdaderos demócratas y revolucionarios, defiende la propiedad privada y la explotación capitalistas, el sojuzgamiento de las naciones oprimidas, etc.” (2).

Dibujo. El escudo Plus Ultra es un policía armado chorreando sangre.

También hay que señalar que en relación al Estado español, este fue uno de los Estados capitalistas que más tiempo acumuló instalado en las formas de dominación del viejo fascismo de “Partido único y sindicato único” y que conjugó, como indicó nuestro partido “El desarrollo del monopolismo ligado al terrorismo de Estado”. Fue igualmente con el final de la época de Franco, cuando el Estado español adopta las formas de dominación política del fascismo moderno, que venía funcionando durante décadas en los estados capitalistas, incluido en aquellos estados de más larga tradición “demócrata”. Así fue como se puso en marcha, con la llamada “transición” y la “Reforma política”, el “Estado de Derecho” español de carácter monopolista, fascista y militarista, como heredero y continuador del régimen implantado en 1939 después de la destrucción de la República democrática española.

Pero la identificación y articulación del fascismo, aún con todo lo señalado, hay que profundizarla y extenderla todavía más, con el propósito de tener una panorámica general suficiente: que permita poder distinguir realmente las actuaciones del fascismo en los diversos campos en los que se encuentra y, por lo tanto, poder hacerle frente de manera multifacética en esos diversos campos donde actúa.

Ante todo, el fascismo, como es bien sabido, destaca por el terrorismo de Estado, planificado como una política de guerra contrainsurgente contra el pueblo, ya que el fascismo considera a las masas populares (especialmente a la clase obrera), así como a las organizaciones revolucionarias y democráticas como su principal “enemigo interior” situado en el ámbito territorial del Estado español. A su vez, esta política represiva no tiene nada de temporal, sino que es la contrarrevolución permanente, la cual bajo el “Estado de Derecho” (utilizando su constitución y otras leyes) puede desencadenar, cualquier nivel represivo* por muy elevado que éste sea: desde el Estado de excepción, al Estado de sitio y de éste puede pasar al Estado de guerra sin necesidad de recurrir a los golpes de Estado o a implantación de gobiernos político-militares. A su vez, en terrenos más concretos, este terrorismo de Estado, por un lado, combina la represión selectiva con la represión y el control policiaco de masas, y, por otro lado, este terrorismo de Estado se coordina con la represión internacional a través de tratados y asociaciones policiales, judiciales y militares.

(*) Con la puesta en marcha del “Estado de derecho” se implantó, oculto detrás de diversas denominaciones, el Estado de excepción de diversos niveles represivos, que continúa hasta la fecha; e incluso se llegó a implantar en Euskal Herria entre los años 80 y 90 del pasado siglo el estado de sitio, a través del llamado plan Zen (Zona Especial Norte); al mismo tiempo, las sucesivas reformas acometidas en el ejército español conllevaron la adecuación (especialización ) de algunas de sus partes para la represión en el interior del Estado.

Igualmente, hay que dejar en claro que los partidos parlamentarios (constituidos en su mayoría en partidos de Estado) y el papel desempeñado por el falso parlamentarismo (el complejo de organismos destinados a legislar en contra de los trabajadores y del movimiento de resistencia organizado), así como las farsas electorales, uno de los instrumentos destacados de intoxicación y engaño dirigido contra las masas populares, conforman, en conjunto la principal fuerza del ataque político del fascismo moderno sustentando en su “Estado de derecho”.

Otro campo general donde la dominación de carácter fascista se manifiesta es en contribuir al sostenimiento de la explotación y del saqueo capitalista de los trabajadores, y esto se viene realizando al través de leyes, estatutos y contrarreformas, que imponen una especie de Estado de excepción laboral permanente; por eso, entre otros aspectos, la existencia de la dominación fascista criminaliza toda manifestación de lucha independiente realizada por los trabajadores. En este marco de opresión laboral, las mafias sindicales (los herederos del sindicato vertical fascista de los tiempos de Franco), colaboran en la explotación y en robo sobre los trabajadores y realizan una labor policiaca y de sabotaje contra las luchas independientes.

A su vez, la dominación de carácter fascista condiciona y conduce el sistema educativo y el ámbito cultural oficialista, a través de la imposición y difusión de todo tipo de reaccionarismo; de ahí que el sistema educativo persiga desde los primeros estadios de la enseñanza la formación de “ciudadanos constitucionalmente conscientes”, es decir, persigue la formación de ciudadanos reaccionarios, que para eso el sistema de enseñanza es parte destacada de la “Fábrica” de los cuadros a cualquier nivel y dirigentes tanto del Estado como del conjunto de sistema capitalista.

Dibujos. (a hombre le tapan ojos y boca. Y unas manos atadas con cuerdas).

Al mismo tiempo, el monopolismo y el fascismo y todas sus cohortes de colaboradores tienen en los medios de comunicación un instrumento a su servicio, al que suministran tanto las líneas editoriales como el tipo de información que han de difundir. De tal manera, que esos medios de comunicación conforman una especie de diversos órganos de difusión de propaganda política, ideológica, policiaca, militarista, etc., reaccionaria, mientras son calificados como el “cuarto poder”, naturalmente, del fascismo y del monopolismo.

Tampoco se pueden dejar de lado otros recursos que el fascismo viene utilizando para sus propósitos de “conducción” y “control de masas”. Se trata no solo de los efectos del bombardeo publicitario y del fomento constante del consumismo, sino también de la utilización de determinados adelantos tecnológicos dirigidos a provocar una dependencia adictiva de tales adelantos por parte de las masas populares; a la vez, estos adelantos tecnológicos son utilizados para extender el control político, policiaco y económico, etc.; mientras tanto, la represión viene actuando en contra de cualquier utilización de esos medios y adelantos tecnológicos dirigidos hacia el fomento de la resistencia organizada y para realizar cualquier tipo de denuncia de carácter democrático y antifascista.

Por último, dentro de las funciones destacadas del fascismo se encuentran el conjunto de medidas dirigidas a facilitar y apoyar las actuaciones militares del imperialismo español en contra de otros países (calificados como el “enemigo exterior”). En este campo, el cometido específico del fascismo consiste en proteger y relanzar todo plan militarista, mientras ha de ocuparse, mediante la represión, de imponer la “pacificación” de la retaguardia del imperialismo español constituida por la propia plataforma territorial del Estado. Así es como el fascismo y la política militar imperialista con sus agresiones en el exterior, aunque se sitúan en diferentes ámbitos de actuación, se encuentran ensamblados; como así sucedió sin necesidad de ir más lejos a partir de los años 90 del pasado siglo, con el inicio de aquella etapa de guerras y de otro tipo de agresiones imperialistas en la que se implicaron bastantes estados capitalista incluido el Estado español. Fue a partir de aquel tiempo cuando la “doctrina de la seguridad nacional” (DSN), que venía conduciendo la estrategia represiva en el Estado español, fue absorbida (modernizada y adecuada a la nuevas exigencias) por otra nueva doctrina: la “nueva directiva de defensa nacional” (DDNN), la cual elevaba y extendía la represión en el interior del estado como apoyo a la política militar del imperialismo español y para hacer frente a la agravación de la crisis general del régimen político y económico español.

(1) De “La transición. Así se enmascaró el régimen del 39”. Recopilación de textos realizados por M.P.M. (ARENAS) en el periodo comprendido entre 1972 y 1977.

(2) De “no existe más alternativa que la lucha organizada de resistencia” Informe político presentado por M.P.M. (Arenas) al pleno del C.C. del PCE (r) en Enero de 2000.

-Prisión de Herrera. Agosto, 2019

Un comentario sobre “¿Qué es el fascismo?: Identificar al enemigo, principal tarea del antifascismo. Por Manuel Arango Riego, preso político comunista.

  1. juan domingo Contestar

    Excelente y enriquecedor análisis de un auténtico pensador(que utiliza correctamente la cabeza y construye ideas lógicas y científicas).

    Gracias a PRES.O.S.org y a Manuel Arango.
    Me dais la vida con estas publicaciones.

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